Talento cántabro
El restaurante Cañadío cumple 40 años
Etiquetada en...

40 años hace que Teresa Monteoliva y Paco Quirós abrieron su casa en Santander. Mayte Lapresta
Corrían principios de los 80 y, Cañadío, casa de comidas ilustrada, se convirtió en poco tiempo en el lugar de referencia de Santander. Sus rabas perfectas, sus anchoas sobadas con delicadeza, sus platos de bonito o su ya clásico pudin de cabracho fueron enamorando uno a uno a los exigentes clientes cántabros gracias al buen hacer de Quirós, procedente de la escuela de Lezama e Irizar, que adoptó como suyos los modos y maneras de esa incipiente nueva cocina vasca sin obviar sus raíces locales.
Y es que en Cañadío se hicieron muchas cosas innovadoras que hoy siguen absolutamente vigentes, como la cocina vista y abierta a la sala, el servicio muy implicado en la propia cocina, la presencia del chef ante el cliente… pautas que hoy forman parte habitual de la restauración española.
Y del germen santanderino al fuerte aterrizaje en Madrid. Hermana pequeña y más informal La Maruca que se instala en Castellana y el Velázquez, formidable La Primera en plena Gran Vía madrileña y exitosa y refinada La Bien Aparecida. En todas, denominadores comunes como sus especialidades que saltan de uno a otro restaurante para dar en el clavo como su merluza de pincho, que se prepara a gusto del cliente: cogote con su refrito rebozada con esa receta original de la casa, tempura para sus buñuelos con alioli, tajada con vinagreta, rebozada… y platos adoptados de su nuevo emplazamiento como los callos, que bordan una y otra vez. Inevitable terminar con su tarta de queso casera, quizás una de las mejores del país con el permiso de la Pedroche.
Supongo que la clave del éxito de este grupo empresarial es la honestidad. Nunca fallan y no buscan la novedad, sino la continuidad y la seguridad de que si lo has probado y vuelves, encontrarás la misma calidad. Casero y rico. Con la garantía del mejor producto y con una regularidad asombrosa.
Sin duda, otra de las dinámicas que les han conducido al éxito es la coordinación perfecta de los dos equipos que, separados por más de 400 kilómetros, trabajan en sincronía en las nuevas cartas salvaguardando el carácter norteño celosamente. Ahí es necesario dar el mérito al chef ejecutivo, Jesús Alonso, que maneja mar y montaña con maestría y domina el arte de llevar a buen puerto a su numerosísimo equipo.
Y, así, en pleno aniversario y sin miedo a la pandemia, Cañadío abre en breve un nuevo local en Madrid, la mítica Cafetería Santander de Alonso Martínez… les seguiremos la pista.