Vinos estivales
Vinos insólitos para un verano disfrutón

Burbujas ancestrales, vino gris, rosado mediterráneo con matices provenzales, un jerezano muy finolis o un inusual ribera “easy to drink”… España cuenta con vinos insólitos fruto del atrevimiento y el talento de muchos elaboradores que no se someten al canon establecido. Raquel Pardo
Un vino jerezano muy "finolis"
Finolis es, precisamente, el nombre que lleva lo último de Williams & Humbert, un vino de crianza biológica que no se encabeza, sino que se deja sobremadurar a la palomino hasta que esta alcanza una graduación natural de 14 %vol. Finolis procede de la viña Las Mercedes del Pago Carrascal y la madurez extra se alcanza primero en el viñedo y después mediante asoleo. Es un vino de añada 2016 y su crianza difiere también respecto a la tradicional de Jerez, pues es estática y no por el sistema de criaderas y soleras. Eso sí, el velo de flor se desarrolla en las botas y hace crecer en complejidad a este vino sabroso, con mucho umami, salino, que envuelve la boca. Perfecto para tomar frío este verano, quizá, sobre la cubierta de un barco a la luz de la luna. PVP: 19€ la botella de 0,5l. Disponible, en edición limitada, en la tienda on line de Williams&Humbert
Un espumoso ancestral rosado con alma riojana
Nivarius es una bodega fundada para elaborar únicamente blancos en Rioja, a partir de variedades tanto tradicionales como recuperadas de la extinción, además de la tempranillo blanco. Sin embargo, ha elaborado un vino insólito, un rosado de garnacha que, también, es un espumoso ancestral. No hay nada como tener unas normas para saltárselas.
Lía se llama este divertido vino Pét Nat que se bebe con facilidad, con intensos aromas y sabores de frutas rojas, sobre todo, de fresa, perfecto para disfrutar con comidas ligeras, ensaladas o aperitivos, un vino que no cansa. PVP: 8,90€
Un vino de verdejo ecológico manchego para impécunes
Ojo, que no estamos ante un verdejo de Rueda, sino ante un insólito, por varias razones, vino blanco de La Mancha. Mesta Verdejo procede de viñedos propios de Bodegas Fontana, trabajados en ecológico y como un ecosistema, que se encuentran en la localidad de Uclés, sede también del consejo regulador que da nombre a esta Denominación de Origen vitivinícola. Un lugar donde la palabra verdejo no surge de primeras, pero donde se elabora este vino simpático, frutal, fresco y con notas herbáceas, que se bebe sin darse cuenta e ideal para el verano, porque sigue manteniendo el atractivo con unos grados de frío, perfecto con ensaladitas, aperitivo y copeo. Además, no llega a 5€. Poco más se puede pedir. A la venta en Amazon.
Un tinto canario de una rara variedad
La malvasía rosada es propia de las Islas Canarias, pero si bien es una variedad recomendada para elaborar vinos en las islas, no es habitual que haya vinos solo de esta uva, por lo que resulta insólito un vino seco completamente de malvasía rosada. Suertes del Marqués ha sido quien ha dado el paso y lanzado, desde hace un par de años, un vino de malvasía rosada procedente de su viñedo, plantado en cordón trenzado, tipo de conducción antiquísima que la bodega conserva como un tesoro en el Valle de la Orotava, evitando su extinción. El viñedo del que procede está en la parte baja de la propiedad y se elabora con el racimo entero y pisado con los pies, consiguiendo un vino de 11,5%vol que pasa 10 meses en barrica usada de 228 litros y que se embotella sin clarificar. PVP: 31,25€*
*La nueva añada estará a la venta a partir de septiembre, confirma la bodega.
Un vino portugués enlatado
Poco a poco va calando el formato de lata para los vinos, una forma de consumo que se ha visto como insólita pero que, para determinados vinos, frescos, con baja graduación y preparados para consumir fríos, funciona a las mil maravillas y podría, si se van derribando tabúes, hacerle frente al consumo de cerveza (resulta curioso que las cervezas van subiendo de graduación y acomplejando su mensaje mientras el vino trata de ir en la dirección opuesta).
Por esto, Gatao, un vino con origen en la región de Vinho Verde portuguesa que llega a España en formato lata de 250 ml es una opción magnífica para probar con esto de laterío vinícola: fresco, frutal, muy apetecible si se toma frío y en un formato que permite transportarlo, abrirlo y consumirlo (responsablemente) sin problemas a lugares como la playa, un picnic, un paseo en barco o un día de montaña. Además, la cantidad es idónea para tomar una copa y moderar el consumo. PVP: 1,50 la lata de 25 cl.
¿Te animas con el laterío vinícola?
Un vino rosado de Murcia con tintes de Bandol
Así, como un vino " que parece de Bandol" es como lo definió David Martínez Garrote, copropietario y cofundador del madrileño wine bar La Mestiza, y quien me descubrió este rosado. Bandol es una región vitivinícola de la Provenza donde la uva reina es la monastrell, una variedad completamente mediterránea que se cultiva también en toda la costa española del Mare Nostrum. Y precisamente de Bullas, pequeña región mediterránea situada en Murcia, y de monastrell, es el peculiar e insólito rosado Salto del Usero Rosado Organic F.B., ecológico y procedente de viñas viejas situadas a 800 metros de altitud, en el valle del Aceniche, un entorno de Interés Paisajístico. Fermenta en barrica y pasa varios meses en contacto con sus lías, lo que le da un volumen tremendamente atractivo a este vino sabroso y fresco a la vez, complejo, frutal, maduro y rotundo, definido, al que no conviene perder de vista. Ni al vino ni a la bodega que lo elabora, Bodega Monastrell, el proyecto de un matrimonio de Bullas que se ha decidido a mostrar la mejor cara de esta poco conocida región vitivinícola mediterránea, que cada vez cuenta con más vinos interesantes que no perder de vista.
Por su versatilidad, admite un buen aperitivo a base de foies o quesos, una ensalada, pasta, arroces y hasta carnes ligeras. PVP: 11,60€.
Un tinto de ribera ligero para el porrón veraniego
Que vuelva ya el porrón, ese recipiente casi extinto, rural y que precisa de cierta destreza para no ponerse perdidos de vino al beberlo, además de una capacidad para tragar algo entrenada por la práctica. Quizá ese mismo pensamiento es el que se le pasó por la cabeza al director de calidad de Finca Torremilanos, Ricardo Peñalba, cuando concibió El Porrón de Lara, un insólito tinto ribereño que, literalmente, anima a apurar la botella, pero que se disfruta mucho más en un porrón bien fresquito. Sin sulfitos añadidos, una práctica cada vez más habitual en los vinos que firma Ricardo, procede de uvas vendimiadas en dos tiempos, el primero en agosto y el otro en septiembre, buscando una complejidad y una estructura que hacen de él un auténtico vino insólito. Se cría en barricas usadas, con más de 10 años de edad, y en pequeñas tinas de hormigón. La añada 2018, que estrena este vino, tiene solo 7000 botellas, todas decoradas con una acuarela del pintor Alfonso Aguirre. El Porrón de Lara se bebe idealmente en una tarde de verano y a la sombra de un árbol, con buen picoteo, buenos amigos y buena charla. PVP: 13 euros.
Un vino blanco con todas las uvas de Rioja
Insólito es también Izadi Blanco, el único rioja que contiene en su ensamblaje todas las uvas blancas autóctonas y tradicionales de la DOCa y, además, tempranillo blanco, fruto de un afán de la bodega por recuperar y mostrar las expresiones de las uvas más riojanas: viura, malvasía, garnacha blanca, turruntés, maturana blanca y tempranillo blanco bailan juntas en este vino que ha disfrutado de una zona específica en Izadi para su elaboración y donde ha completado una crianza de seis meses. Un vino singular, fresco y frutal que viene al pelo bien frío en estas fechas, para un picnic playero o una conversación animada en una terraza con unos canapés para alimentar el cuerpo (además del alma). PVP: 10€