Hotel de lujo en Tenerife

Royal Hideaway Corales Suites, expresiones de alta cocina tinerfeña en un solo punto

Martes, 07 de Septiembre de 2021

El sur de Tenerife apuesta una vez más por el lujo y la exclusividad donde la restauración pone la guinda a una espectacular fórmula del Grupo Barceló. Claudia Navarro. Imágenes: Arcadio Shelk

Al fondo de la agradable terraza de Starfish se divisa el perfil de La Gomera. Las brasas están preparadas. Víctor Bossecker, chef ejecutivo del hotel, coloca los pescados y mariscos (fabulosos carabineros, gambas, atunes, chernes, samas, viejas…) que se han capturado esa misma mañana. Así, luce en el expositor un despliegue de codiciadas piezas a las que darán un paso breve por la parrilla para no esconder su valor. Se elaboran al punto con papas canarias con mojos de guarnición y que acompañan con su siempre aconsejable elección de vinos canarios.

 

Les sobran premios, no solo por su arquitectura, sino también por sus altísimos estándares de calidad. Diseñado por el tinerfeño Leonardo Omar con una inspiración marina clara (esponja, coral, piedra, océano…) y en plena playa de La Enramada, este cinco estrellas gran lujo tiene dos vertientes que lo hacen único. La primera, el espacio de sus llamadas suites con hasta 85 metros cuadrados, que en muchos casos se convierten en apartamentos de más de 100 con varias habitaciones y algunos incluso alojan su propia piscina privada. La segunda, su gastronomía, lo que aquí nos mueve. Una apuesta contundente y valiosa por la culinaria local con los hermanos Padrón y paseos internacionales por Italia, Japón y Perú al más alto nivel.

 

El Rincón de Juan Carlos

 

[Img #19726]Se trasladaron hace poco desde su pequeño y coqueto local en Los Gigantes, donde consiguieron y revalidaron su preciada estrella. Ahora, el espacio dignifica más si cabe la cocina de Juan Carlos Padrón, posiblemente el más sólido de los cocineros canarios actuales. En el plato, con pases inolvidables como su Chipirón con ajo negro y limón en salmuera o su Anguila con angulas en una suave holandesa y su Cigala con toffee. A los postres, Jonathan toma el relevo, y nos presenta chocolate con helado de fruta de la pasión, azafrán y pistacho. Grandiosos.

 

Il Bocconcino

 

[Img #19728]Sin duda, este restaurante italiano refleja fielmente la potente personalidad de su chef Niki Pavanelli. Y tiene poco de trattoria al uso. El cocinero busca recorrer cada rincón de Italia sin olvidar la importancia de la pasta donde despunta su buen hacer. Comienza el espectáculo con su foccacia. Sorprende su Tonno vitellato con atún de las islas, el toque marino con sus espaguetis con erizo de mar y botarga rallada en mesa, el Cannellone de estofado de rabo de toro o sus Ravioli piamonteses de ossobuco y regaliz. Potencia en cada bocado y recetas transgresoras con producto local.

 

 

San Hô

 

[Img #19729]Es la mayor sorpresa, no tanto por colocarse a la cabeza de su calidad gastronómica (que podría incluso), sino por la juventud y entusiasmo de los dos chefs que lo lideran: Adrián Bosch y Eduardo Domínguez. Cocina nikkei con el recorrido natural del propio japonés llegado a Perú en sus pases, desde un corte muy puro para continuar el viaje de introducción en esa cocina peruana, mas tosca, terminando con platos que se comen con la mano. Ramen con panceta ahumada, shitake, cebolleta, lima y ají panca es uno de los platos que más sorprenden. Exotismo y pulcritud en una explosión aromática muy recomendable.

 

 

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