Mitos del vino

Dejarse seducir por el encanto de Champagne

Lunes, 27 de Septiembre de 2021

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Epítome de glamour y distinción y con un método de elaboración único: el champagne, joya gala. David Robledo. Imagen: Álvaro Fernández Prieto

Siempre que vuelvo a Champagne, recuerdo mi primera vez, en la que muy joven y realmente emocionado llegué a un Reims que me atrapó y me sedujo desde el principio. Y es que esta región vinícola, situada al noreste de Francia, a unos 150 km de París, tiene algo de magia.

 

Es una zona donde llueve bastante, donde hace frío casi todo el año y donde hay poquitos días soleados. Una zona que quizá no es tan glamurosa como uno espera, pero gracias a estas condiciones, supuestamente adversas, a su buen hacer y a la enorme historia que tiene detrás, elabora uno de los vinos más originales, ricos, únicos, y sobre todo imitados, de todo el mundo. Sus casi 35 000 hectáreas que se reparten entre más de 300 pequeños pueblos, se dividen en cuatro zonas, aunque algunos prefieren otra clasificación:

 

1. Montañas de Reims: se sitúa entre las ciudades más importantes y conocidas, Épernay y Reims, y a la mayor parte de sus viñedos se extienden por la montaña que lleva el mismo nombre. Aquí, la pinot noir es la reina, y algunos de sus pueblos tienen la calificación de “Grand Cru” desde hace muchos años, gozando de un enorme prestigio.

 

2. Côte de Blancs: aunque hay un predominio absoluto de la chardonnay, lo que caracteriza a esta zona son sus suelos, que en casi su totalidad son de craie”, esa tiza maravillosa que aporta aromas y características tan especiales.

 

3. Valle del Marne: si antes hablábamos de dos ciudades importantes, ahora el protagonista es un río, el Marne, en cuyas laderas se encuentran los viñedos, con presencia mayoritaria de variedades tintas, sobre todo de la meunier.

 

4. Côte des Bar: zona menos conocida, se sitúa mucho más al sur, casi en Borgoña, no tiene ningún pueblo calificado como Grand Cru, a pesar de que sus viñedos son de pinot noir.

 

Como consumidor siempre me ha gustado el champagne, y creo que cada vez me gusta más, si bien es cierto que en los últimos años me he aficionado más a los de pequeño productor, conocidos como “Champagne de Vigneron”. Son vinos únicos, con una gran personalidad y elaborados de manera artesanal. Como sumiller, además, el champagne es ideal, pues armoniza perfectamente con todo tipo de preparaciones. Es, probablemente, el único vino que nos sirve desde el principio hasta el final, desde el aperitivo hasta la sobremesa. Champagne es la zona vinícola que más veces he visitado después de Jerez. Y estoy pensando que hace mucho que no he vuelto...

 

 

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