Sobremesa para... Cáceres
Diez sabores que no conocías de Cáceres

Una ciudad Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO como Cáceres esconde muchos secretos entre su patrimonio, historia y, por supuesto, también en su gastronomía. De hecho, estos atractivos han propiciado que Cáceres aparezca en la lista de los ‘100 mejores lugares del mundo’, publicada por la prestigiosa revista estadounidense TIME. Cáceres
Todo buen gourmet conoce el jamón ibérico, la Torta del Casar, el pimentón de la Vera o las cerezas del Valle del Jerte entre otros. Pero claro, a todo buen amante de la gastronomía no le basta con conocer los platos estrella de la zona. Un verdadero “foodie” querría meterse de lleno en la cocina cacereña y descubrir todos los secretos y sabores desconocidos que se esconden tras la cultura de Cáceres, a dos pasos de ti. Tengas o no hambre, prepárate para salivar porque este artículo te revelará un nuevo mundo culinario en tu próxima visita a esta joya de Extremadura.
1.- Patatera
Si solamente pudiéramos recomendarte que probaras uno de los productos menos conocidos de Cáceres en España sería la patatera. Este manjar para el gusto, insistimos en que no estamos exagerando, está compuesto de papada de cerdo ibérico y patata cocida, además de estar condimentado con sal, ajo, especias, en algunas ocasiones calabaza, y por supuesto, siempre con Pimentón de la Vera. De hecho, del Pimentón de la Vera debe su reconocible apariencia exterior dominada por los tonos rojizos. ¡Mucho ojo! Aunque a simple vista para el ojo inexperto pueda parecer un chorizo o incluso una morcilla, su sabor no tiene nada que ver con estos dos y una diferencia más con la morcilla es que tampoco se elabora con sangre.
El origen de la patatera es humilde, pues nació en tiempos de escasez, cuando la falta de carne se suplía con patata para aumentar la cantidad de matanza. Este embutido es muy versátil, ya que puede comerse untada o simplemente cortada a rodajas cuando su curación ha sido mayor. En ambos casos, un poco de pan de pueblo es la guinda para su degustación. Cuando la vayas a comprar o pedir, te recomendamos que preguntes si es dulce o picante ya que existen las dos variantes y, aunque todas están riquísimas, el picante aún sin ser muy acusado no es para todo el mundo.
De todas formas, su utilización se extiende también por los restaurantes de la ciudad en diferentes propuestas, donde podrás encontrarlas en platos con carnes, patatas, risottos de arroz, huevos o hamburguesas entre otros. Ya en el artículo sobre Comerse Cáceres a mordiscos os recomendamos comerla con miel y queso de cabra tras un breve paso por el horno… ¡Maravillosa! Seguro que cuando pruebes cualquiera de estos platos querrás replicarlos en casa.
Y, por si fuera poco, ahí no terminan las buenas noticias ya que la patatera, además de rica, ¡es muy económica! Prepara el coche o la maleta porque querrás llevarte ristras enteras. Las puedes encontrar durante todo el año en Cáceres porque se elaboran en Malpartida de Cáceres, un pequeño municipio junto a la capital de la provincia, que además celebra todos los años la ‘Pedida de la patatera’ para homenajear a esta delicia culinaria.
2.- Morcilla
Si hablas de morcillas probablemente se te venga a la mente Burgos salvo si eres de Extremadura. ¿Por qué? Porque los cacereños cuentan con su propia morcilla “guardada” de la fama nacional. Hablamos de Arroyo de la Luz, un pequeño municipio muy cerca de Cáceres que elabora unas morcillas para chuparse los dedos.
La diferencia de estas respecto a sus homólogas de Burgos está en su frescura, ya que no se dejan secar para que estén tiernas en boca, y en su tamaño porque son más gruesas que las producidas en otros territorios del país.
Estas morcillas frescas contienen sangre y cebolla y se cuecen con un poco de laurel. Al primer mordisco descubrirás una explosión de sabor que te dejará con ganas de más. En muchos bares podrás encontrarlas como tapa y es que es ideal para comer sola, con pan, huevos, o incluirla en el cocido o las lentejas. Si quieres nuestro consejo, hazlas con cebolla o con tomate… ¡Pura ambrosía!
Por todo esto, si tienes la oportunidad de probarlas, ¡no lo dudes!
3.- Cachuela
Si nunca has untado un trozo de pan con cachuela estás tardando en hacerlo. Es un producto con un sabor potente ya que está elaborado con hígado de cerdo frito en manteca de cerdo con ajo, cebolla, pimentón y otras especias, machado y cocido al final, pero está riquísimo.
No es tan fácil encontrarlo como una Torta del Casar o el jamón ibérico, omnipresentes en la ciudad, aunque quizás esa es su gracia. Merece la pena buscarlo en las tiendas de productos artesanales, en su histórica Plaza Mayor de Cáceres o los alrededores encontrarás varias, y probarlo untado en las tostadas como si fuera un paté.
Pensarás que su “contundencia” sería perfecta para acompañar la comida, pero no, al menos para los extremeños. Aunque se puede tomar a cualquier hora, los cacereños la suelen tomar en el desayuno acompañada de su café o su zumo de naranja. El desayuno es la comida más importante del día y, con la cachuela, te prometemos que empezarás el día con mucha energía.
Se vende en tarrinas en las que se aprecia perfectamente cómo el hígado se queda en el fondo de la tarrina, mientras que en la parte superior la manteca de cerdo se solidifica para que veamos las dos texturas. ¿Necesitas imaginártelo? Su aspecto se asemeja a la manteca colorá de Andalucía, pero ahora tendrás que probarla para descubrir su sabor.
4.- Vino de pitarra
Los amantes del vino tienen una parada obligatoria en Extremadura gracias a los vinos con D.O. Ribera del Guadiana, a las Bodegas Habla y, por supuesto, a los vinos de la Indicación Geográfica Protegida de Extremadura. Bajo la protección de esta última aparece el Vino de Pitarra, un producto exclusivo por su poca comercialización y que te recomendamos probar si tienes la suerte de encontrarlo.
El comúnmente llamado Pitarra se creó en el norte de la provincia de Cáceres y se elabora de forma artesanal desde la época prerromana. De esta manera, la tradición por este caldo se ha mantenido intacta durante siglos en algunas bodegas familiares.
Su elaboración artesanal condiciona en gran medida su sabor y su olor, que puede variar mucho entre bodegas o incluso entre cosechas. De todas formas, es un vino con un sabor fuerte e intenso, sin llegar a ser rudo en boca, pues es bastante suave al paladar, aunque ¡ojo! No te confíes porque su graduación alcohólica es superior a la media de otros vinos.
Insistimos en que suele consumirse en entornos familiares, por lo que su producción es escasa y su “packaging” no se preocupa por atraer a la vista, pero merece la pena probarlo. ¡Si lo encuentras, acuérdate de nosotros!
5.- Tasajo
En Cáceres, la Plaza Mayor y el esplendor de sus plazas y palacios repletos de escudos nobiliarios a veces atraen todas las miradas, dejando en la sombra verdaderos tesoros escondidos como los restos romanos del Palacio de Mayoralgo, el Jardín de Cristina Ulloa o la casa Museo Árabe Yusuf Al-Burch. En la gastronomía de la ciudad pasa algo similar con el tasajo, en muchas ocasiones escondido de las luces del ibérico extremeño, ya sea jamón, lomo, chorizo o salchichón.
El Tasajo es una carne seca condimentada perfecta para usarse como aperitivo o para picotear. Tradicionalmente se hacía con carne de cabra, pero hoy se puede encontrar con carne de cerdo, ternera, venado o jabalí. Cada opción tiene su propio sabor en boca, aunque todos tienen en común su adobado: pimentón de la Vera, orégano, sal y ajo triturado. Así, esta receta ha evolucionado a través del tiempo desde su humilde origen con los antiguos cabreros de la comarca de la Vera.
Este producto será un verdadero descubrimiento para los amantes de los sabores intensos y los embutidos. Se puede comer solo, con pan o incluso con un poco de queso fresco de cabra, pero también recomendamos acompañarlo de un vino de la tierra, como el pitarra del que hemos hablado antes.
Además, es perfecto para regalar, así que no dejes de probarlo y darlo a conocer porque el tasajo bien lo merece.
6.- Tencas
En Cáceres la carne es el actor principal de la gastronomía en la provincia, pero al igual que convergen en la capital las culturas cristiana, árabe y judía, los amantes del pescado también tienen un aliado en las tencas extremeñas.
Este sabroso pez de agua dulce vive en charcas, embalses, ríos y lagunas de la región, e incluso es la estrella de su propia Fiesta de Interés Turístico Gastronómico de Extremadura. Este encuentro, llamado Día de la Tenca o Fiesta de la Tenca, se celebra cada año desde 1989 en una localidad diferente de las que forman parte de la Mancomunidad Tajo-Salor-Almonte. Ese día, la jugosa carne de la tenca se convierte en el elemento unificador de 15 localidades que ensalzan el valor de este producto con concursos, actividades y, por supuesto, degustaciones.
En la Fiesta de la Tenca se pesca, se cocina y se prueban platos como las tencas fritas, las tencas en cazuela del Casar de Cáceres, el moje de tencas o las tencas con pimentón por citar algunos ejemplos. ¿No se te hace la boca agua?
7.- Almogrote extremeño
Si habéis viajado a las Islas Canarias sabréis que el Almogrote es uno de los productos más característicos de la gastronomía canaria. En resumen y para quién no lo conozca, el almogrote es un mojo con textura de paté, elaborado a base de queso añejo de cabra, típico de la isla de La Gomera, muy sabroso y ligeramente picante.
Aun así, algunas veces las recetas viajan y se adaptan a cada territorio. En Extremadura alguien pensó que el almogrote era perfecto para hacerle una pequeña actualización local y así nació una variación del tradicional canario que es más que recomendable para los amantes del queso.
El almogrote extremeño está elaborado con tres de los productos con más tradición en Cáceres. La mezcla local se consigue con queso de oveja viejo rallado, aceite de oliva y, por supuesto, el galardonado pimentón de la Vera. Su sabor es intenso, con mucho cuerpo y a los enamorados de los quesos fuertes les encantará. ¿El método ideal para comerlo? Untado en pan, de pueblo a poder ser, para que el almogrote sea el protagonista principal.
8.- Bombones de higo
Los amantes del arte tienen en Cáceres el famoso Museo Helga de Alvear, hogar de una de las colecciones de arte moderno más importante de Europa, y los enamorados del dulce no pueden perderse probar los bombones de higo.
Este dulce es muy típico en toda Extremadura y no es muy conocido más allá de sus fronteras. El concepto es muy sencillo ya que es un higo seco cubierto de chocolate y rellenos de pura ambrosía. Chocolate negro, avellana, chocolate con leche, trufa de chocolate, chocolate blanco y toques de brandy, caramelo o cava extremeño son algunos de los sabores que podrás encontrar en la cata de este singular producto. Si los comes de un bocado tendrás una explosión de sabor, mientras que si eres más de ir poco a poco descubrirás en su interior, de un solo vistazo, cómo se trabajó cada capa de ingredientes.
Son perfectos para regalar y los puedes encontrar en cualquier tienda gourmet o de productos típicos, e incluso en algunos supermercados. Y como cuidar del planeta y sus recursos es tarea de todos, si buscas bien, los puedes encontrar hasta con la etiqueta de ecológicos.
9.- Repápalos
El patrimonio de Cáceres es extenso, pero los dulces típicos no se quedan atrás… Aunque ya hemos mencionado los bombones de higo, dependiendo de la época del año podrás disfrutar de perrunillas, repápalos con leche, bollas de chicharrones, roscas fritas, floretas o pestiños entre otros.
Los repápalos, también conocidos como repápados, repárpalos, repámpanus o repámpagus se elaboran especialmente en fiestas, sobre todo Semana Santa. Son un ejemplo perfecto de la cocina sencilla y humilde de aprovechamiento. Su origen puede estar en la gastronomía sefardí de la España de Al Ándalus y se prepara humedeciendo pan duro, amasándolo con huevo para conseguir una forma de bola, como de albóndiga o croqueta, para posteriormente freírlo en aceite. Más tarde se une todo con mucha leche y un poco de canela y ralladura de limón y se deja enfriar. Una vez esté todo bien empapado es la hora de probarlo y dejarse llevar… ¡Exquisito! Para que te hagas una idea, su gusto puede tener un cierto parecido al arroz con leche.
Esta es una de las versiones dulces que se cocinan, aunque también pueden hacerse salados y sirven como comida principal.
10.- Roscas de Alfajor
Por último, si hay un dulce más cacereño que el Santuario de la Virgen de la Montaña, casa de la patrona de la ciudad y mirador en lo alto de la ciudad con unas magníficas vistas de la urbe y del tercer casco histórico más grande de Europa, son las roscas de alfajor. Estas roscas están elaboradas de forma artesanal con ingredientes 100% saludables ya que se elaboran con miel, pan, aceite de oliva o harina de trigo.
Lo bueno de este dulce es que seguramente podrás encontrarlas para comprar o regalar en las tiendas gourmet de la ciudad o incluso en algunos supermercados. Una vez las consigas, puedes degustarlas sin acompañamiento, pero dado su carácter “más bien seco” os recomendamos probarlas mojadas en leche o café. A los niños les suelen gustar mucho y son ideales para desayunar, merendar o como tentempié… ¡Son deliciosas!
Y hasta aquí este paseo por los productos secretos mejor guardados de Cáceres. Como habéis visto, la fama gastronómica de Cáceres y Extremadura, conocida como la despensa de España, está más que justificada. Además, la cocina cacereña siempre esconde pequeñas sorpresas para los ávidos buscadores de sabores. En este reportaje hemos incluido 10, pero os aseguramos que la lista es mucho más larga… ¡Siempre hay algo nuevo que probar y descubrir! ¿Ganas de conocer más sobre la ciudad y su tradición culinaria? ¡Pues atentos porque todavía nos queda el postre en Cáceres, a dos pasos de ti!