8 de marzo
Día de la Mujer: el vino en tres nombres propios

Hoy es 8 de marzo y se celebran los logros de las mujeres en el ámbito de la igualdad, al tiempo que se reivindican muchos más pendientes para lograrla de lleno. En el vino, mujeres de ayer y hoy han ido aportando su grano de arena para que la huella femenina no se borre. Raquel Pardo. Imagen: Maja Petric (Unsplash)
Cristina Forner, presidenta de Marqués de Cáceres
Tercera generación de una de las bodegas más reconocidas en los lineales internacionales, con presencia en más de 120 países. Es nieta e hija de los fundadores de la bodega, que arrancaron con un negocio del vino allá por los “otros” felices años 20, los del siglo pasado, en la localidad valenciana de Sagunto. Tendría que pasar la Guerra Civil y llegar los años 70 para que naciera Marqués de Cáceres en Cenicero, con el aprendizaje que Enrique Forner adquirió en Francia y la colaboración de una de las figuras históricas de la enología moderna, Émile Peynaud. Por medio, compra de dos châteaux en Burdeos: Château Trintaudon y Château Camensac.
Trece años después de fundarse Marqués de Cáceres fue cuando Cristina Forner se incorporó a la bodega para avanzar en la internacionalización y consolidar un modelo exitoso de negocio que había colocado a la marca en muchas mesas españolas. Nacida y educada en Francia, la llegada a la bodega riojana fue un cambio radical al que Forner no tuvo reparos en adaptarse. Viajes, decisiones que ponían en evidencia el cambio generacional y, poco a poco, el hallazgo de su propio lugar en esta bodega riojana de orígenes valencianos y nombre alusivo a Extremadura. Maternidad por medio, una hija que, confiesa Forner en una entrevista a Las Provincias, “se ha educado viajando”, Forner ha mantenido la trayectoria sólida de Marqués de Cáceres, que el año pasado cumplió medio siglo con una posición muy relevante en el mercado del vino español y que cuenta, además de la sede riojana, con otras dos bodegas, en Rueda y Rias Baixas.
Yolanda García Viadero, directora de bodegas Valduero
García Viadero es la hija mayor del ingeniero industrial y empresario Gregorio García Álvarez, fundador de bodegas Valduero. A Yolanda, que le gusta el campo y es ingeniera agrónoma, no le resultó difícil incorporarse al negocio bodeguero familiar en los años 80, cuando la pujanza de Ribera del Duero era aún incipiente. Unos años después se incorporó Carolina, la hermana menor para ocuparse de la expansión internacional de la bodega.
Yolanda se ocupa de la dirección técnica y, aunque no se siente pionera, ha sido la primera fémina en ocupar un puesto en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero, abriendo un camino que luego han seguido otras mujeres, aunque continúa siendo aplastante la mayoría masculina.
García Viadero ha sido pionera también elaborando el primer blanco de albillo mayor de la Denominación, allá por los 90, cuando esta variedad estaba casi desaparecida (u oculta) en el viñedo ribereño. Viadero Blanco Natural es, además, un vino sin filtrar y fermentado con levaduras autóctonas, una apuesta de la bodega por mostrar el apego al terruño en versión blanca. La enóloga defiende la expresividad de la tempranillo cultivada sin utilizar pesticidas ni agentes químicos y aprovechando el agua de las lluvias, sin recurrir a los acuíferos de la región.
Por iniciativa de Carolina García Viadero, historiadora del Arte, Valduero puso en marcha un proyecto para vincularlo con el vino, el museo El Arte de Valduero, una fundación que inauguró en 2017 el pintor Antonio López, y donde se exponen de forma rotatoria obras de arte sobre barricas usadas de la bodega, fruto de un concurso que Valduero ha promovido en colaboración con la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense.
La Viña de Mi Madre, un tributo a la maternidad
Aunque no pareciera un nombre propio, se trata del de un vino que rinde tributo a las madres, al origen, a la importancia del cuidado. Tres hectáreas componen este viñedo que provee de uvas de cabernet sauvignon para elaborar un tinto criado en roble francés 21 meses y 24 meses más en botellero.
Tras su elaboración está Isabel López, enóloga titular de Finca Albret. López, ingeniera agrónoma, pertenece a la primera promoción de enólogos que salió de la Universidad de La Rioja, hace ya más de dos décadas. Hija de viticultor riojano, estudió Ingeniería Agrónoma y fue allí donde el vino empezó a atraer su atención, en un entorno, entonces, muy copado por los hombres, aunque, declara “en los últimos 10-15 años la mujer ha ido adquiriendo notoriedad, normalizándose su presencia y valorándose su trabajo y valía de igual manera que el de sus compañeros”. Defiende que tanto uno como el otro sexo son aptos para elaborar vino pero también para disfrutarlo, y rechaza estereotipos “afianzados en el pasado”, en su opinión, como los de ofrecer la copa de vino al hombre cuando concurren a la mesa hombres y mujeres.
Un trío de nombres femeninos que son tan solo una pequeña muestra de la presencia creciente, en todos los ámbitos, e las mujeres en el sector vitivinícola: viticultoras, enólogas, investigadoras, directoras de exportación, community managers, gerentes, bodegueras, operadoras, comerciales, presidentas de consejos reguladores, fundadoras de instituciones en pro del vino... Si bien, la mayor parte de ellas no ocupan el máximo puesto de responsabilidad, poco a poco se van incorporando y haciéndose visibles, en un esfuerzo colectivo por que se reconozca, también, el papel de la mujer en el vino.
Imagen de apertura: Maja Petric // Unsplash