Edición 2022
Barcelona Wine Week afianza su posición como encuentro de referencia en el mundo del vino

En su segunda entrega, primera tras la pandemia, la feria barcelonesa ha contado con más de 650 expositores y más de 18 000 visitantes, que consolidan su interés como feria de referencia internacional del vino español. Raquel Pardo
Más allá de las flamantes cifras (60 DDOO presentes, 6000 reuniones de negocios, 40 actividades, 10 000 metros cuadrados o más de 165 000 copas servidas), Barcelona Wine Week ha vuelto tras una primera edición que sufrió el revés del miedo ante la pandemia que, pocos días después, provocaría el confinamiento del país entero. Pospuesta en su edición 2022 de febrero a abril, BWW abrió sus puertas el pasado lunes con mucha energía y el optimismo de quien echa a andar tras un tropezón inesperado, se limpia el arañazo y echa un paso adelante con alegría.
La edición 2022 de BWW versó sobre lo autóctono, y en torno a esta idea, con las variedades indígenas como protagonistas, se crearon una serie de actividades en el marco de BWW Hub, un programa creado por la empresa de formación Enoaula: variedades recuperadas, innovación, el mercado de lo autóctono en la distribución, variedades tradicionales del Empordà, viticultura regenerativa, la identidad del Bages son solo algunos de los temas que se pusieron sobre la mesa de manos de reputados expertos en la materia, uno de ellos, por cierto, colaborador de Sobremesa, el divulgador Santiago Rivas, quien dio la vuelta a la tortilla hablando, precisamente, del rechazo a ciertas variedades importadas por no ser autóctonas, un concepto que ha venido a llamar xenofobia ampelográfica, y que trató en una cata donde participaron bodegas con vinos de variedades como la syrah o la cabernet sauvignon.
Una de las presentaciones que despertaron gran interés, pese a celebrarse a una hora impopular y coincidiendo con la celebración, en Sant Sadurní d’Anoia, del centenario de Gramona (lo que provocó que muchos periodistas, productores y distribuidores no pudieran estar presentes) fue la que hicieron François Chartier e Isabelle Moren, al frente de Chartier World Lab, centrada en la demostración científica de que la biodiversidad del paisaje incide en el perfil aromático de los vinos. El equipo mostró algunos datos interesantes acerca de la relación entre vino y paisaje, de la que siempre se habla pero pocas veces en sentido científico, y reveló que el 60% de la microbiota presente en la uva existe también en el suelo donde crece la cepa. En Europa hay una biodiversidad que domina, con plantas como el diente de león, y eso incide en el perfil de los vinos; también influyen los procesos de elaboración (notas de barrica, autolisis de levaduras). Para demostrar esta relación, que se contiene en un manifiesto editado de forma venal por Planeta Gastro que se limita a 200 ejemplares, se pudieron catar tres vinos de dos zonas diferentes y con distinta flora y fauna alrededor: dos vinos blancos de Vinyas de Sabater, en la región de Alella, y un tinto de Pago de Carraovejas, procedente de un entorno lleno de tomillo, espliego, monte bajo y donde hay plantaciones de almendros.
“Vendemos sueños, pero está bien hacerlo basándonos en el conocimiento científico” comentó el Master of Wine Pedro Ballesteros durante la presentación, quien añadió que “cuanto más entendamos la biodiversidad, mejor poesía informada podremos contar a través del vino”.
Artisan Wine Attraction, la ínsula creciente de la BWW
Una de las zonas más pobladas, por el número de expositores y de visitantes, fue la de Artisan Wine Attraction, una isla dedicada al grupo de pequeños productores “fuertemente arraigados a la tierra, el respeto por la naturaleza y el vino” como se definen, en inglés, en su perfil de Instagram. En este espacio se congregaron, según la portavoz del colectivo, Pilar Higuero (productora de A Pita Cega, en la región del Ribeiro pero fuera de la DO), 81 bodegas, 12 más que en la edición anterior, para mostrar vinos de pequeñas producciones (algunos llegaban tan solo a una barrica, es decir, rondando las 300 botellas), la mayor parte, con variedades olvidadas, recuperadas y, tal como rezaba el lema de la feria, autóctonas. “Es un movimiento muy bonito, que ha ido surgiendo y que lidera un grupo de mujeres”, comenta Higuero acerca de Artisan; “este año veo que ha venido menos gente, pero realmente muy seria”, apunta, al tiempo que asegura la presencia del grupo en la siguiente edición.
La enorme diversidad de procedencias, estilos y elaboraciones atrajo irremediablemente al público visitante hacia esta zona del pabellón, para catar vinos que no es fácil ver en grandes canales comerciales: rufetes de Sierra de Salamanca como las de Malahierba, tardanas de Levante como las de Gratias, arco, uva tinta recuperada por Fil·loxera y Cía en Valencia, airenes centenarias como las de GarageWine de Toledo, garnachas de Villanueva de Ávila como las de Las Pedreras, el proyecto personal de la jovencísima Bárbara Requejo o los riojas que Carlos San Pedro elabora con el sello Voelos, entre otros muchos. Presentados en pequeños mostradores de madera con la indicación del nombre de cada bodega, la austeridad de sus stands no impidió que el espacio bullera de visitantes durante casi toda la feria.
Una feria que atrae a productores de toda España
En esta edición, productores de casi todas las regiones vitivinícolas españolas se han dado cita en Barcelona Wine Week, que, como el año anterior (febrero de 2020, unas semanas antes de estallar la pandemia) se han dividido por Denominaciones de Origen o agrupaciones zonales, como Corpinnat o Rioja Alavesa, que tenían distintivo propio en los pasillos. Grandes, medianos y pequeños productores mostraron sus novedades, sus nuevas añadas o elaboraciones, también con una enorme diversidad que muestra el momento tan intenso e interesante que vive el vino español.
En la zona superior del pabellón 8 de la Fira de Montjuic se reunieron los expositores de grandes zonas productoras, Rioja Ribera del Duero y Cataluña, sobre todo, y grandes productores multi denominación, como Juvé&Camps, Península Vinicultores, ARAEX o Familia Martínez Zabala, nueva marca paraguas del grupo Faustino que se daba a conocer en la feria.
Los datos de la organización hablan de más de 18 000 visitantes profesionales, un 20% de ellos, procedentes de hasta 79 países, sobre todo europeos y estadounidenses. El presidente de Barcelona Wine Week, Javier Pagés (quien también preside el Consejo Regulador del Cava) considera que “hemos cumplido nuestro objetivo de consolidarnos como el mejor punto de encuentro para los profesionales del vino en España, desde donde proyectar la excelencia y diversidad del vino español de calidad en el mercado internacional”. Para el director general de Alimentaria Exhibitions, Antoni Valls, ha sido clave la participación de todo el sector y "poner el acento en el vino español de calidad como valor diferencial”. Asegura que se ha incrementado un 20% el número de expositores respecto a la edición de 2020 (pese al inconveniente que supuso el cambio de fechas de esta entrega, prevista para febrero de 2022) y que ya se trabaja en la siguiente edición.
Las otras citas del vino durante Barcelona Wine Week (y que no pertenecen a la Barcelona Wine Week)
Este año, Barcelona Wine Week ha tenido que “competir” para atraer público con otros dos eventos que se celebraron en las mismas fechas: el centenario de la bodega Gramona, del Penedès, que congregó el lunes 4 de abril a muchos productores, distribuidores y prensa del sector en el viñedo de Sant Sadurní d’Anoia durante una jornada de catas y degustaciones junto a elaboradores de diversas regiones; y la feria Off the Record, celebrada a modo de show vinícola alternativo, y que también citó a un público similar, atraído por nombres como los de Alvar de Dios, Javier Revert, Verónica Ortega, Cortijo los Aguilares, Eloi Cedó, Arrayán, Viña Zorzal o Barco del Corneta, promovido por el agitador y productor vinícola Fredi Torres, elaborador y asesor de bodegas como Sota Els Angels, en Empordà, o Sílice Viticultores, en Ribeira Sacra, que también dirige sus propios proyectos junto a su socio, Marc Lecha, bajo el sello Lectores Vini.