Aprobado alto para los tintos y rosados jumillanos en su XX Certamen de Calidad
Los vinos de Jumilla pasan el examen
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La semana pasada se celebró en la localidad murciana el vigésimo Certamen de Calidad de sus vinos, que mostraron buen nivel general y alguna que otra sorpresa. Raquel Pardo
En su edición número veinte, el Certamen de Calidad de Jumilla se celebró en lo que será el futuro museo del vino jumillano (hasta entonces las catas se hacían en el Ayuntamiento, un antiguo hospital del siglo XV). El concurso elevó a las bodegas Alceño y Bleda como las triunfadoras, con tres y dos oros respectivamente y la mayor parte de las medallas de plata y bronce. Durante día y medio, 21 catadores, principalmente periodistas y compradores de vinos españoles, y una delegación procedente de la Feria Interwine china, ataviada con su correspondiente cámara de fotos para inmortalizar el momento jumillano y recibir al instante miles de visitas en su país, se encerraron en el viejo almacén de esparto remodelado para convertirse en museo del vino y catar a ciegas las 107 muestras de vinos concursantes. Al certamen solo pueden presentarse vinos cuya producción total por partida sea de 3.000 botellas como mínimo, a excepción de los vinos de reserva, a los que se exige un mínimo de 2.000 botellas, y los dulces, con 1.000 botellas como umbral mínimo para participar.
La monastrell, en buena forma
El Certamen divide en siete las categorías participantes, según la producción de la zona, donde la mayor protagonista es la uva monastrell, en bastante buena forma en lo que a vinos embotellados respecta (y que, según estadísticas del consejo, ronda el 90% de la comercialización total). Con ella se elaboran sobre todo vinos tintos, la mayor (y mejor) baza de la denominación, que en el certamen arrojó una calidad notable, con tintos mediterráneos, sabrosos y potentes. Los tintos de otras variedades y los tintos de monastrell con barrica fueron las estrellas de esta edición, cuyas añadas a examen, principalmente 2012 (aunque había categorías que admitían vinos con más tiempo) no fueron, según un representante de la bodega Casa de la Ermita, buenas para los jóvenes. Curiosamente, Casa de la Ermita fue precisamente quien se llevó el oro en la categoría de tintos sin barrica 2012-2013.
La gran sorpresa del certamen fueron los rosados, cuya pequeña representación (se cataron nueve muestras) provocó la unanimidad del jurado en cuanto a su calidad. Algo que no ocurrió con los vinos blancos, de los que se presentaron 17 muestras más llenas de entusiasmo que de calidad notable. No en vano la denominación ha ido reduciendo su producción de uva blanca en la última década, que ha pasado de más de cinco millones a 2,3 en la campaña 2012-2013, mientras la de tintos ha ido creciendo progresivamente.
La Denominación entregó sus premios el pasado viernes, durante una cena en la que participaron los consejeros de agricultura de las comunidades de Murcia y Castilla- La Mancha (Jumilla es una de las tres Denominaciones vinícolas que abarca más de una provincia en sus territorios amparados), Antonio Cerdá y María Luisa Soriano, respectivamente, además del alcalde de Jumilla, Enrique Jiménez, y del presidente del Consejo Regulador, Pedro Lencina. Durante la cena de gala, además de entregar los premios a las bodegas galardonadas, se nombró un nuevo Presidente de Honor de la DOP Jumilla, un cargo que cambia cada año y que en esta ocasión fue a parar al periodista manchego Jorge Jaramillo.