En Rheingau
Schloss Johannisberg, uno de los mejores viñedos del mundo

Viajamos hasta el estado federado alemán de Hesse, a la región vinícola del Rheingau. A casi 200 metros sobre el nivel del mar, el sol baña la ladera de 45º de los viñedos de Johannisberg durante más de 1700 horas al año, una auténtica excepción en esta zona del río Rin. Luisa Denis. Imágenes: Archivo
Estamos en una bodega histórica, cuna del riesling contemporáneo, reconocida como uno de los mejores viñedos del mundo por The World’s Best Vineyards. En las tierras de la bodega alemana Schloss Johannisberg, ubicada en la región del Rheingau, llevan haciendo vino desde hace 1200 años, que se dice pronto. La referencia más temprana a los cultivos de uva en este latifundio está documentada en el año 817, cuando el emperador Luis el Piadoso se hizo con los viñedos de la zona, aunque la leyenda traiga a Carlomagno como precursor de la cultura enológica de la región, pues se dice que fue él quien ordenó a sus sirvientes plantar vides allí tras observar desde su palacio de Ingelheim que la nieve se derretía antes en la orilla contraria del río. Esta tradición vitivinícola, que continuaría con los monjes benedictinos que se establecieron en el predio a partir de 1100, alcanzó su punto de inflexión cuando Konstantin von Buttlar, el entonces príncipe-abad de Fulda, encargó cultivar casi 300 000 vides de uva riesling en 1716, la que se convertiría en única referencia varietal de la bodega hasta nuestros días.
Aquí fueron pioneros en la provechosa implantación de la Spätlese o cosecha tardía, tras descubrir por accidente los beneficiosos matices de la podredumbre noble, cuando el mensajero que debía autorizar el inicio de la vendimia se retrasó dos semanas, lo que motivaría que las uvas presuntamente estropeadas se entregasen a los campesinos y estos acabaran elaborando vinos de gran calidad. Asimismo, la bodega implementó, mucho antes de que la impresión comercial de etiquetas llegara a la viticultura, un llamativo sistema de etiquetado por colores, lo que generaría una explosión enológica en la zona, hasta el punto de que el nombre de la bodega se convirtiese en un adjetivo genérico para este tipo de vinos en el Nuevo Mundo.
Hoy, Schloss Johannisberg produce 11 referencias de riesling que recorren con solvencia el espectro elaborador de la variedad –desde el trocken (seco) y la vendimia tardía hasta el eiswein y el beerenauslese (vino de postre de “bayas seleccionadas”)–, que presentan, en algunos casos, buenas posibilidades de guarda.
En 1816, el emperador austriaco le regaló esta heredad a su ministro de Relaciones Exteriores, Klemens von Metternich, el notorio “árbitro de Europa” y gran enemigo de Napoleón, con el compromiso de que realizara un pago anual en vino a la corte. En 1974, la bodega fue comprada por la familia Oetker al último descendiente de la casa Metternich.
- El magnífico palacio y la basílica sufrieron graves daños durante la II Guerra Mundial y fueron reconstruidos a mediados de los 60. Las 35 ha de viñedos están en suelos de roca sedimentaria y loess de la región. La denominada Bibliotheca Subterranea de la bodega contiene 25 000 botellas de añadas cuya unidad más antigua se remonta a 1748.