Rosados y alimentos navarros, armonía sin complejos

Pese a que dos de las mayores delicias gastronómicas de Navarra como el espárrago y la alcachofa son prácticamente incompatibles en lo gustativo con los vinos, incluidos los de su propia tierra, la marca de calidad Reyno Gourmet y el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Navarra se dejaron de prejuicios para montar un taller afterwork donde estos productos, al menos, convivieran sin enfrentamientos. De la mano del chef Javier Múgica, la madrileña librería gastronómica A Punto acogió una jornada post- laboral donde el relax se lograba a base de aprender a preparar estas dos verduras básicas. Múgica mostró cómo se pelan los espárragos y cómo se cuecen para disfrutar de ellos en todo su esplendor, y lo mismo hizo con las alcachofas, enseñando a los asistentes cómo reconocer si está madura y hasta dónde hay que quitar las hojas para que quede tierna.

La parte del vino se cubrió gracias a los rosados navarros, que están en plena campaña para mostrar una imagen joven y desenfadada, y quizá por eso el maridaje sin complejos con unos antagonistas como espárragos y alcachofas era una prueba más de que, al fin y al cabo, lo que importa es el momento, el disfrute. Para paliar los posibles gestos de desaprobación ante una armonía de lo más heterodoxa, Múgica preparó más tapas a base de carne de ternera navarra con Piquillos de Lodosa o foie gras, menos rebeldes, que acompañaban vinos como Gran Feudo, Alex, Zorzal, Sarría u Otazu.