En Alicante
Moments Bar, el restaurante que reúne brasa y familia
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Creía que era imposible encontrar una playa vacía en la costa alicantina, pero curiosamente, la playa de Urbanova es de esas excepciones gloriosas donde el vecino de arena está a más de 200 metros. M.L. Álvarez. Imágenes: Archivo
En esa extensión dorada a pocos minutos en coche del centro de Alicante la familia Remacha Sanz ha establecido Moments Bar, su reducto culinario. Empezó doña Raquel Sanz, madre y fundadora, trabajadora infatigable y aventurera, que dejó su tierra natal, Calatayud, para embarcarse en una compleja y exitosa trayectoria hostelera en la costa. La primera piedra, unos recreativos en esa urbanización playera. Y el salto a la cocina, que era lo que le gustaba. Así nace El Capricho, un coqueto restaurante para aquellos que buscan productos de primer orden recién capturados y peleados en la lonja de Santa Pola. Esto ocurría allá por 1993 y son muchos los guisos y arroces que se han cocido en esos fogones. Desde niños, sus tres hijos ayudaban en sala y cocina durante sus vacaciones y quizás ha sido esas prácticas las que han convertido a dos de ellos, Sergio y Raquel, en piezas claves del entramado que la familia ha puesto en marcha. Un seductor local a escasa distancia, con más de 300 metros cuadrados y con vistas al mar parecía una suculenta opción. Y no lo dejaron escapar ni si quiera ante el desánimo de la pandemia. Así nace Moments, un lugar donde pasan muchas cosas a cualquier hora. Porque ese es el concepto. Que puedas pasar a tomar un delicioso desayuno, que te acerques a su barra a pedir un vermut antes del almuerzo, que reserves una de las mesas siempre demandadas del restaurante y disfrutes de una cocina de producto magnífica y honrada o que esperes a la noche para pasar de sus cócteles a la iluminación especial que aparece en cada rincón de su interiorismo desenfadado que firma Toni Espuch.
Sea el momento que sea Moments es un espacio para probar el milagro de un Josper bien usado. Ese horno creado en el 69 por los catalanes Josep Armangué y Pere Juli para placer del mundo de la restauración. Es parrilla y es horno, es capaz de trabajar de continuo con temperaturas medias entre 300 y 350 grados, brasea, asa y aporta el sabor perfecto de leña sin sufrir falta de jugosidad. Y este hibrido mágico es la clave de la cocina de la familia Remacha Sanz. Porque su gamba roja, sus cigalas, su cangrejo real pasa por allí. Pero también sus verduras recogidas en la Vega Baja alicantina y las carnes de vacuno o wagyu de Cárnicas Soria, que se presentan perfectas solas o en hamburguesa. Todo rico. Todo Josper. Aunque hay licencias que no podían evitar como sus conservas gourmet para picar unas anchoas de mariposa de Yurrita o unos mejillones en escabeche de Los Peperetes. Tienen la “Rolls Royce” de las cortadoras manuales de fiambre que permite disfrutar de embutidos italianos o de Guadalest, convirtiéndolos en delicia. Y por supuesto, sus salazones, como manda la tradición local, mújol y maruca con unas almendras fritas perfectas para iniciar el homenaje. Sirven una espectacular burrata con miel trufada sobre base de tomate muchamiel y seco en aceite. Perfecta para regar con su aceite picual de Úbeda, verde esmeralda e intenso. “Hacemos nuestra propia cerveza, así como el aceite” confiesa Raquel, “nos gusta controlar la calidad que servimos”. En la carta de vinos, es Sergio el que selecciona una bodega bien construida con mucha referencia local de nivel y muchas sorpresas poco conocidas. Como buen amante enológico, pasea también por Burdeos y Borgoña. Los cócteles, lista clásica que se complementa con nuevas propuestas de autor, renovada cada dos meses y que son el final perfecto para esas tardes de música pinchada por un buen DJ.
Queda patente que no hay forma de escapar al encanto.