Al rescate
Valtravieso y la paradoja de la memoria
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Tras presentar ‘Vino de Páramo’ y ‘El Manifiesto’, Valtravieso presentó ‘Viñedos Olvidados’, una apuesta por el rescate de zonas de viñedo tradicional abandonadas o en riesgo de ser arrancadas, así como una reivindicación del valor de las variedades autóctonas. Javier Vicente Caballero. Imágenes: Borja Merino
Del olvido a la esperanza. De la desmemoria a la visibilidad. De la España incomunicada y arrancada a la puesta en valor de suelos, variedades y singularidades. Valtravieso, la bodega de Piñel de Arriba (Valladolid) apuesta por la D.O. Arlanza, D.O. Jumilla y D.O. Ribera del Júcar para elaborar una colección exclusiva de cinco vinos basada en pequeñas elaboraciones con un enfoque de referencias de alto valor añadido, respetando la identidad propia de cada zona y bajo el sello de calidad y la singularidad. “Nos planteamos que no queríamos ser los mejores, sino los diferentes. Expresar tipicidad. Siempre promulgamos que hay muchos Riberas dentro de Ribera. Ese prisma lo trasladamos a otras zonas que nos interesan y en las que estamos trabajando”, expresa Pablo González Beteré, consejero delegado de la firma. “Para este proyecto de Viñedos Olvidados buscamos viñedos viejos, zonas apasionantes, suelos pobres para elaborar vinos elegantes, de taninos verticales, con acidez natural”, añade González Beteré. De resultas, el equipo de Valtravieso, bajo la mirada de su enólogo Ricardo Velasco Pla, ha elaborado tres vinos en la montaña de Covarrubias en la D.O. Arlanza, un monastrell en Fuente Álamo en la D.O. Jumilla y un bobal en Casas de Benítez en la D.O. Ribera del Júcar.
“Para este proyecto de Viñedos Olvidados buscamos viñedos viejos, zonas apasionantes, suelos pobres para elaborar vinos elegantes, de taninos verticales, con acidez natural”.
La bodega traslada así su conocimiento, experiencia en terreno y en vinificaciones a tres Denominaciones de Origen muy especiales y de gran potencial para presentar una colección exclusiva de cinco vinos, cada uno con una identidad propia y rasgos inconfundibles, únicos y que remiten a un pasado de penurias y metodología donde primaba la cantidad a la calidad. Eso ahora se revierte, con unas vinificaciones escrupulosas. “Con la zona de Arlanza y Covarrubias fue un flechazo, por esa rusticidad, esa fruta, esa zona de montaña tan especial a unos 1000 metros sobre el nivel del mar. Arlanza es el principal foco de este proyecto”, apuntan desde Valtravieso. Muniadona (elaborado con más de nueve variedades blancas perdidas con una base de albillo mayor, solo 400 botellas, membrillo, flores, expresión de montaña...) Cerro Cerezo (vino de parcela, boscoso, tempranillo con temperamento y acidez espléndida) y Las Mamblas (tinto de villa donde la tempranillo se engarza con bobal, mencía y garnacha, donde hay frescura y paisaje, un vino muy arropado con un gran centro de boca). En la vertiente mediterránea, Mil Cantos 2019 es una bobal de la Ribera del Júcar que surge de unas parcelas muy viejas, tiene una producción limitada y se alía con un porcentaje de airén muy viejo. Uva muy concentrada que da lugar a un vino contundente pero equilibrado, alejado de modas; por su parte, Pie Firme 2019 nos trae una monastrell esperanzadora, sin tanta extracción ni opulencia, “altitud, caliza y carácter”, a decir de sus creadores.
Durante el acto de presentación del proyecto, resultaron esclarecedoras las palabras de Pedro Ballesteros, nuestro primer Master of Wine, que afinó el concepto y despejó unas cuantas dudas. “El olvido es una acción humana. Es desesperanza, desierto, abandono. Pero recuperar suelos y variedades no quiere decir que haya que hacer las cosas como antes. Esto es un estilo completamente nuevo, mejorado. La vida es la ley del cambio. ¡Cómo no va a haber traición a la tradición! Que recuperar la memoria signifique el regreso de la gente al campo. Que hay relevo generacional, dignidad y calidad de vida. Son viñedos olvidados porque entonces era una España pobre e incomunicada. Aquello ya pasó”, declaró Ballesteros con entusiasmo, vehemencia y claridad. Lo dicho. Reescribiendo la memoria, la desmemoria y sus paradojas...