Cómo abrir una botella de vino sin sacacorchos

El corcho permite mantener las propiedades del caldo durante un largo periodo de tiempo, gracias a su función de barrera del oxígeno (que lo degrada) y de bacterias o moho que pudieran estropearlo. Pero, ¿cómo abrir una botella de vino sin abridor? Descarta desde ya empujar el corcho hacia dentro: puede estropear la calidad de nuestro vino.
Un cuchillo o navaja
El truco para no perder un dedo en el intento es el siguiente: usa un cuchillo dentado, o una navaja del mismo tipo, para que se agarre mejor al material. Introduce el filo por el corcho, con cuidado y ejerciendo una ligera presión. Muévelo de atrás hacia delante para que lo atraviese todo. Cuando haya ocurrido, gira hacia delante y hacia atrás para ir retirando con precaución el corcho. Mantén el filo dentro de este, gira el cuchillo levemente y continúa el proceso hasta retirarlo todo y que no se caigan trozos al vino.
Sí, ¡con un zapato!
Sobre las distintas maneras que puedes estar pensando en torno a cómo abrir una botella de vino sin sacacorchos, ésta es una de las más curiosas. Retira el plástico protector de la botella y deja el corcho al aire. Sitúa la botella de vino en la abertura de tu zapato. La idea es que botella y zapato queden alineados frente a ti. Es decir, debes de ver el corcho de frente. Continúa golpeando la suela de tu zapato contra una pared.
En la otra mano debes de estar sosteniendo la botella de vino con suavidad. Repite el proceso de golpear la suela del zapato contra la pared. Recuerda que la botella debe estar en posición horizontal y protegida por el zapato para que no se rompa. No consiste en golpear fuerte, sino en golpear seguro y firme. Unos cuantos deberían valer para que el corcho empiece a moverse. Tras realizarlo, deberías apreciar cómo ha salido unos centímetros. Es cuando puedas, cógelo con los dedos y extráelo manualmente. En caso de que no tengas zapatos, envuelve la botella con una toalla o sostén un libro mientras golpeas.
Un tornillo y alicates
Hazte con esos dos objetos y límpialos, ya que cualquier resto de suciedad puede echar a perder el vino. Elige un tornillo largo mejor que uno corto. Introduce este girándolo en el centro, cógelo con los alicates en horizontal y estira hacia arriba con movimientos suaves hacia delante y hacia atrás. Es una de las mejores alternativas para el objetivo de hoy.
O con una percha
Para sacar un corcho sin sacacorchos necesitarás una percha de las clásicas de alambre. Dale la forma adecuada al gancho para que quede recto y de ahí saca un pequeño gancho en forma de anzuelo. Sitúa el alambre recto contra el borde de la botella y el gancho mirando para dentro. Empuja para que se vaya introduciendo hasta que quede por debajo del corcho. Serán como unos 6 centímetros. En cuanto lo tengas en ese punto, ya podrás girar el alambre unos 90 grados y girar la percha con la idea de que se centre lo más posible. Mueve entonces ligeramente el corcho de atrás hacia delante para ir extrayéndolo de manera paulatina.
Prueba con tijeras
Es la manera más útil. Intenta que sean las que utilizan los niños para la escuela, ya que tienen las hojas más cortas y redondeadas. Cuando las tengas, ábrelas del todo e inserta la cuchilla más delgada en el centro del corcho, despacio y con cuidado para evitar empujarlo hacia el vino. Cuando hayas metido una parte de la hoja, gira el mango de las tijeras mientras sostienes la botella con fuerza. Ve girando. Así debería de ir saliendo el corcho hasta que puedas ocuparte de extraerlo por completo con las manos.
Con estas cinco técnicas seguro que no vuelves a preguntarte cómo abrir una botella de vino sin abridor. Realiza cualquiera de ellas con sumo cuidado de que ni se caiga dentro del caldo el corcho, ni que la botella se te pueda romper en las manos. Una vez lo consigas, ¡prepara tu copa y disfruta de un trabajo bien hecho!