Del 25 al 27 de mayo en Jerez de la Frontera
Vinoble 2014, la edición del optimismo

La feria de los vinos nobles, generosos y dulces se despidió el pasado martes 27 con más presencia nacional que internacional y el empeño de continuar en 2016. Raquel Pardo
La falta de tiempo en la preparación de Vinoble es una de las conclusiones que, tras su clausura el pasado martes, planea entre los asistentes y colaboradores a la hora de valorar esta edición. Con un total de 45 stands en el precioso entorno del Alcázar de Jerez, de los que 32 fueron de bodegas y organismos españoles (en 2006, por ejemplo, se doblaba la cantidad de expositores), esta ha sido la entrega más nacional, donde los vinos de Jerez, ciudad anfitriona, han cobrado el mayor protagonismo entre los expuestos. También ha habido sidras, vinos valencianos, navarros, cordobeses o canarios, pero se ha echado de menos más presencia, por ejemplo, de sauternes, oportos, marsalas o tokajs (que sí tenían representación gracias a distribuidores nacionales como Coalla Gourmet o la división española de Negrini, que participó también con alimentos italianos), grandes vinos del mundo en esta categoría cuyos buques insignia no han participado en esta edición.
El comisario de Vinoble 2014, el periodista asturiano David Fernández- Prada, reconoce que esa falta de tiempo (apenas cinco meses) ha sido clave a la hora de traer representantes internacionales: “ha sido difícil, se necesitaba dinero y tiempo”, comenta tras la edición que ha contado con el menor presupuesto de su historia, “pero el 90% de los expositores de este año ha garantizado su presencia en 2016”. “Falta el salto internacional, pero ya hemos puesto los cimientos” añade, y concluye que “hemos hecho el mejor Vinoble posible” con los medios de los que se disponía por parte del comisariado, menos de 75.000 euros que se han ido, en su mayor parte, a convocar ponentes internacionales y nacionales de la talla de los Master of Wine ingleses Sarah Jane Evans y Tim Atkin y el español Pedro Ballesteros, y periodistas especializados y grandes conocedores del vino como Paz Ivison, Víctor de la Serna, Andrés Proensa o Juancho Asenjo, además de personalidades como el profesor Jesús Barquín (cofundador de Equipo Navazos, una de las firmas más innovadoras en vinos generosos del sur de España), los sumilleres César Cánovas (Monvínic), David Seijas (ElBulliFoundation) y los cocineros Ángel León (Aponiente), Dani García, Marcos Morán (Casa Gerardo) y Ricardo Costa (The Yeatman, Oporto), que inauguraron una nueva división gastronómica en la feria, Gastrovinoble, con showcookings y maridajes con vinos de la feria.
Un Vinoble más internacional, el principal reto
Uno de los expositores habituales de Vinoble que ha repetido este año es Gramona, cuyo director comercial, Toni Pérez, resume su paso por esta edición como “una sensación extraña, un primer día de subidón, como de volver a casa”, y destaca también “una presencia de sumillería y otro público profesional de primer nivel, aunque echamos de menos más presencia de compradores internacionales, que sí hubo en ediciones anteriores”. Para Pérez, este Vinoble ha sido “de transición” y se muestra optimista cara a 2016, destacando, también, la cantidad de público que ha poblado las actividades paralelas a la feria organizadas por muchas bodegas anfitrionas, como Sánchez Romate, González Byass o Tradición, repletas de visitantes.
Para el director general del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jerez-Manzanilla de Sanlúcar-Vinagre de Jerez, César Saldaña, “lo más importante de este Vinoble es que ha vuelto, y todo apunta que para quedarse”, tras un 2012 (el año en el que no se celebró ninguna edición de la feria pese a los intentos de sacarla adelante casi sin presupuesto) en el que, confiesa, hubo muchas dudas. El director comenta que la sorpresa de esta edición ha sido grata y destaca el programa de catas y conferencias, aunque reconoce que el número de stands ha sido pequeño, eso sí, “porque la labor comercial comenzó en enero” y “se partía de una credibilidad dañada” tras el intento fallido de 2012. Tanto Saldaña como Fernández- Prada destacan el perfil profesional de los visitantes (unos 8.000, se asegura desde la organización) que, pese a ser escépticos al principio, han quedado gratamente sorprendidos. Saldaña recalca que en 2016 deberá haber un Vinoble “en el que se acentúe la presencia internacional con bodegas importantes de denominaciones como Oporto o Sauternes”, cuyos bodegueros han de venir a pisar el albero del Alcázar para entrar en contacto directo con los profesionales que visiten la feria.
Algo parecido opina el presidente del consejo jerezano, Beltrán Domecq, para quien Vinoble como marca “es fantástico, es una exposición de vinos únicos que se hace en un marco como el Alcázar de Jerez” y de cuya presencia este año “estamos satisfechos” aunque también reconoce el poco tiempo del que ha dispuesto el comisariado para intensificar la labor comercial.