OTRAS REDES SOCIALES
Estaba yo el otro día compartiendo los restos de pan de casa con unos patos y unas ocas, habitantes de un lago al norte de Madrid cuando, sin buscarlo, me llegaron, desde su anaranjado pico, comentarios de cata sorprendentes. Convencido de que los patos se comían todo lo que les echas, me dejó sin palabras su facilidad para identificar el producto procedente de una tienda y de otra. Comentaban con pasión la tersura húmeda del pan llamado ‘Campeón del mundo’, que venden en Ahorramás. Una oca ponía pegas a los panecillos integrales y con semillas que hay en Mercadona, pero los aceptaba gustosa. Y el de Aldi, y el de Alcampo… No salía de mi asombro. Sir Cámara
Sin salir de mi asombro, observé que las aves no son tan tontas como se dice y se supone. Sus valoraciones panaderas, obviamente sin palabras, pero con una actitud diferente ante cada trozo de pan, me llevó a hablar con ellas inconscientemente. El tipo del kiosko de cervezas, que hay al pie del lago, me miró con gesto de sospecha etílica. No le hice caso y, aunque empezaba a llover, seguí a lo mío porque noté que los patos y las ocas cuando hablaba con ellos hacían gestos, o eso me pareció, no sólo de aprobación a los diferentes panes, sino de entender además lo que les estaba contando.
En vista de ello, no pude contener las emociones que me produjeron los recuerdos, que aún tenía recientes, de un viaje a Soria. Las aves se arremolinaron junto a mí prestando una atención increíble a mi relato. Casi llegué a pensar que me preguntarían si he andado muchos caminos, si he abierto muchas veredas… Pero no, no fue tan desmedida mi emoción. Les dije que junto a la plaza de toros de esa preciosa ciudad , en la calle Venerable Palafox, el restaurante Garoa me sorprendió con algo no muy usual: su atención y la elegancia con sencillez en unos platos excelentes. Es un local grato, sin las pretensiones del momento desde la cocina con amor y con mimo. Y un menú diario riquísimo a precios asequibles y sensatos…
Una oca que salía del agua me preguntó qué tal hacían los torreznos, pregunta muy interesante porque cuando las delicias de una provincia alcanzan la fama, hay mucho oportunista que se aprovecha del personal despistado y que hace mal nombre a sus productos estrella.
¡!Y qué torreznos!!!, le dije. Buenísimos. Un pato azulón, que se acababa de incorporar al evento, comentó que Soria, para ellos, sobre todo para las ocas, les queda muy lejos y además muy peligroso ( otro día hablaremos de los magníficos pates que allí se elaboran).
Hombre… Perdón, pato, tenéis alternativas más asequibles. Mira, desde aquí, tomando dirección sur por el cauce del Jarama, llegaréis a otro sorprendente templo del disfrute gastronómico. En Fuente el Saz de Jarama tenéis Casa Benito, junto a la iglesia, en la plaza.
En fin, oye, que me tengo que marchar a comprar el pan… Si eso, si os animáis a bajar ya me contaréis la semana que viene o la otra. Me despedí emocionado y quedaron agrupados en unos cuantos círculos, posiblemente enviando miles de “me gusta” al calvo que les da pan y conversación cada semana.
Pues eso
SOBREMESA no comparte necesariamente las opiniones vertidas o firmadas por sus colaboradores.