En Marbella el invierno también es bello
Los nuevos hotspots gastronómicos de Marbella que no te puedes perder

Conocida por sus playas, su blanco casco histórico y por ese microclima que ha propiciado un crecimiento natural más allá del verano, Marbella es además fuente inagotable de novedad culinaria. Teresa Álvarez. Imágenes: Archivo
Cada temporada las aperturas se suceden, llenando de inspiración el registro gastronómico de un público que no escatima gastos ni ganas de “lucir palmito” en los lugares más glamurosos de la costa malagueña. Estas son nuestras tres propuestas para vivir intensamente la cocina de la ciudad más famosa de la Costa del Sol
El Lago, un clásico con nueva estrella
Una urbanización entre laguna y campos de golf. Al fondo, el Mediterráneo que se abre entre pinares frondosos. Marbella tiene rincones muy alejados del bullicio donde se respira una paz lujosa. Un bienestar de los que no tienen prisa, poseen dinero y ganas de gastarlo. Nos recibe Antonio Jiménez, director del restaurante El Lago y perfecto anfitrión. Un servicio clásico y formal que atiende diligente las distanciadas mesas de una sala impecable que se abre en verano hacia un jardín fresco. Llevan mucho tiempo revalidando la estrella -diecisiete años consecutivos- pero en sus fogones hay renovación. La primera y obvia es la incorporación de un segundo concepto más casual y accesible que permite abrir al mediodía. En Midi la calidad se mantiene, pero el recetario se transforma en hamburguesa, tapas o raciones para compartir. La segunda y motivo de esta reflexión es la llegada de Fernando Villasclaras a la cocina. Nacido en Nerja y formado en Sollum y Mugaritz, este joven chef demuestra tener las cosas muy claras. Producto, los ingredientes justos, técnica muy medida y reivindicación del territorio. Dos menús degustación, ambos con filosofía kilómetro cero y uno de ellos vegetariano. Producto de temporada y bases hortícolas como principal fuente de inspiración van conformando un menú equilibrado que va a más, con unos entrantes conseguidos con aciertos como la porra de remolacha y fresa o ese merengue relleno con “pisto olvidado” creciendo y evolucionando en potencia y sabor hacia platos memorables como la salsa Beurre Blanc de acelgas con quisquilla casi cruda en una delicadísima combinación con esa mantequilla de fondo, goloso y refinado; o esos puerros a la brasa con pepitoria, almendra y toques ahumados regado generosamente con oloroso. Entre los fuertes, esa molleja de corazón de ternera crujiente por fuera, melosa por dentro y unos postres impecables sin exceso de dulzor.
Boho Club, la excelencia y la experiencia
Es un lugar novedoso en Marbella, en uno de los hoteles boutique protagonistas de la nueva etapa, situado en el antiguo Centro Forestal Sueco, un oasis verde (tres hectáreas de jardines) en plena milla de oro y con una cocina de temporada refinada y sorprendente. Detrás, Diego del Río, chef ejecutivo con una larguísima experiencia en fine dining que asume con fuerza un proyecto de apertura ininterrumpida, diferentes ambientes y, por supuesto, distintos tipos de oferta culinaria. Lonja, proximidad, temporalidad por descontado, aunque no se cierran a incorporar productos lejanos si la carta lo precisa como esa costilla de wagyu melosa o la imponente ostra que sirven como una imaginativa michelada mejicana. Disfrutamos con su sopa fría de maíz sugerente y sorprendentes con encurtidos vegetales y toques ahumados muy interesantes, y su lubina con tomate y leche de almendra dulce que suaviza de manera delicada la potencia de ese tomate. Interesante por su sutilidad la paletilla de chivo malagueño, que se deshace en la boa o el guiso de setas de temporada con esa reducción de oloroso tan adecuada y el toque justo de foie. En la sumillería, Richard Mena, que hace viajar al comensal por medio mundo vitivinícola en una carta que luce por su variedad y su buena selección. En conjunto, una experiencia que denota conocimiento de los productos y sus posibilidades a la vez que una búsqueda de cierta pureza en sabores y cantidad de ingredientes, con seriedad y rigor en su consecución final.
Eso si hablamos de su zona gastro, porque en Boho también hay coctelería con música en directo, eventos de todos los tamaños, brunch los fines de semana, afterwork con buenos aperitivos y menús de mediodía con propuestas ligeras y económicas. Todo con un ambiente nórdico.
Nota Blu New Brasserie, la sofisticación que luce
Es un lugar con un par de meses de andadura por lo que muchos flecos están sin perfilar. Pero desde la entrada se percibe que han venido para dar que hablar y se van a convertir en uno de los restaurantes más demandados de la exclusiva clientela marbellí. La intención es crear un ambiente muy refinado con una cocina de brasserie. Entre cazuelas y parrilla Fabian Cangas, chef ejecutivo y también socio del grupo impulsor Casanis Group, ya propietarios de otros tres restaurantes en la ciudad. La coctelería abre camino con magníficas elaboraciones clásicas a lo que ellos denominan una cocina francesa pero que encontramos global, con múltiples influencias de todo el planeta. Entre los platos que ofrece la carta del chef argentino, versiones de pizza muy resultonas, algunos juegos creativos como la presentación de los escargots con caracolas de soja albergando cada pieza y postres bastante típicos que no sorprenden, pero agradan.
En cuanto a la decoración, mármol, madera, arte, jardines, una impresionante cocina vista que ocupa toda el área central con una inmensa barra, una zona de copas independiente con música en directo y una entrada que te deja sin palabras, no en vano ocupa uno de los locales míticos de Marbella. El servicio, muy agradable pero también le falta rodaje.