El jinete pone en marcha un proyecto aceitero en Córdoba

Cayetano Martínez de Irujo y el AOVE

Lunes, 29 de Julio de 2013

El hijo de la Duquesa de Alba pone en marcha en Jaén una nueva marca de aceite de oliva virgen extra que lleva el nombre de uno de sus títulos, Duque de Arjona. Jorge Salvador

Como las casualidades nunca vienen solas, la Casa de Alba acaba de lanzar al mercado una marca de aceite casi al tiempo que Cayetano Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart ha recibido de su madre el título de Duque de Arjona, una vieja población de la Campiña de Jaén rodeada por un océano de olivares. No acaban aquí las coincidencias. El televisivo jinete, que es también Conde de Salvatierra desde 1994, conoció por esos días a Brígida Jiménez, nacida precisamente en la mencionada localidad jienense, y lo que es todavía más importante para lo que nos ocupa, una cualificada profesional del sector olivarero tanto por su sólida formación técnica como por la labor que viene llevando a cabo como embajadora de los mejores aceites virgen extra. Este cúmulo de circunstancias han conducido a que Cayetano Martínez de Irujo incremente si cabe su implicación con este nuevo producto que ha sido elaborado a partir de la finca de olivos que los Alba poseen en la localidad cordobesa de El Carpio.

 

Nacido en abril de 1963, cuarto clasificado en saltos por equipos en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, y oro en el Campeonato de España 2006 en la sección de Salto Individual, este objetivo permanente de paparazzi, de buscadores de líos ajenos (a ser posible pecaminosos y cuanto más indecentes mejor) y de acólitos de la exclusiva, parece otra persona cuando no son las cámaras del corazón y los micrófonos rosa los que lo acosan y persiguen. Afirma haber tenido claro desde un primer momento que la consecución de un aceite de calidad requería rodearse de un equipo profesional eficiente y técnicamente bien dotado. Para ello los Alba se han dejado aconsejar por los sabios consejos de Brígida Jiménez (“la considero una amiga de la familia; su percepción cualitativa del mundo del aceite de oliva ha sido muy valiosa”, confiesa Cayetano) y han depositado su plena confianza en Rafael Gálvez, un joven aunque experimentado hombre de campo cuyo lema no puede ser más esclarecedor: “en el árbol, si el clima lo permite, un aceite es virgen extra; a partir de aquí lo que hay que procurar es no estropearlo”.

 

“Nuestro objetivo” –explica Martínez de Irujo– “era poner en valor una finca que cuenta con muchos atractivos, como un molino del XVIII en perfecto estado, y que ahora queremos hacer rentable. Incluso pretendemos aplicar esta estrategia a otros productos Casa de Alba, como la carne, que pronto daremos a conocer”.

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