El hombre efervescente
Charles Rolls

Aunque su apellido pueda sonar a coche de lujo, este británico es el creador de la tónica premium más conocida: Fever Tree. Hombre de éxito, entre sus logros también está el reflote de una ginebra de culto: Plymouth. Saúl Cepeda
Comparte nombre y apellido con otro aventurero, el que fue fundador de Rolls&Royce. Charles es un británico de novela de Kipling (quien, por cierto, escribió sobre los árboles de la fiebre –“Acacia xanthophloea”- del río Limpopo; no confundir con la chinchona, de la cual se extrae la quinina). Trabajó durante años como ingeniero de minas en las vetas auríferas de Sudáfrica e inventó la Rokabike, un curioso ingenio ciclista que combinaba pedaleo y remo al tiempo. Fue consultor de lujo en el medio empresarial y reflotó con éxito la marca de ginebras Plymouth, vendiéndola con pingües beneficios a Absolut. Es un agradable y flemático personaje literario de carne y hueso que hemos conocido en los círculos gastronómicos españoles como creador de la tónica premium de más éxito: Fever Tree. Lo hizo junto a su socio, el creativo publicitario Tim Warrillow, al cual conoció por casualidad cuando este se hallaba enfrascado en la idea de producir una ginebra East India. En un genuino caso de serendipia, sería el hoy difunto artista pop británico Richard Hamilton quien pusiera la peculiar botella de tónica en manos de Ferran Adrià. El chef, a su vez, la convertiría primero en una original sopa y después, poco a poco, comenzó a recomendar el producto, administrándolo en los gin-tonic de sus círculos cercanos (¡vaya prescriptor y vaya círculos, claro!). “El primer año de Fever Tree en España”, nos cuenta Rolls, “me da vergüenza decir las cajas que vendimos... pero a partir de que Ferran empezó a recomendarla, el éxito se disparó”.
La premisa de Rolls había sido sencilla –y no por ello menos genial–: si las ginebras asumían toda una escala de rangos cualitativos, se preguntó por qué no podían hacer lo mismo las tónicas, en sus palabras, “un producto que no existía y debía existir”. Buscó ingredientes en los lugares más recónditos del planeta para conseguir aceites esenciales diferentes. “Te he contado algunos ingredientes, pero la fórmula es mucho más que eso”, dice cuando le preguntamos si no tiene miedo a ser imitado.
Lo cierto es que su gama de productos ha puesto en guardia al mercado de la tónica y de los mixers, obrando sorprendentes cambios en meses entre las principales empresas de refrescos –inmovilistas durante años– y provocando que marcas extranjeras (muchas de ellas de gama baja) hayan ensayado su penetración en el mercado español, sumándose al plan de ruta iniciado por Fever Tree. Estados Unidos, Reino Unido y España son sus principales mercados, y en lugares como Japón resulta ser la única tónica que emplea quinina en su elaboración.