Carácter mediterráneo

Vino valenciano, valiente y valorado

Martes, 23 de Mayo de 2023

Etiquetada en...

Con mucha viña y una copa de vino, el sector del vino valenciano tiene un plan. Ana González Barranco

En tiempos de marketing y bussiness communication parece sencillo conocer la vida de una bodega. Simplemente abriendo las redes sociales, buscando un perfil y entrando para ver su romanticismo, uno se siente Blanca Suárez en El verano que vivimos o Russell Crowe en Un buen Año.

 

El único detalle que muchas veces se olvida es que, en la tierra de las flores, de la luz y del amor - como bien describe el himno de la Comunidad Valenciana -; se puede disfrutar de una bodega sin añadir más luces, cámara o acción.

 

Entre Moixent, la Font de la Figuera y Fontanars se encuentra Terres del Alforins, un paisatge de vins. Tres municipios con mucha vida que delimitan el triángulo conocido como “La pequeña Toscana”, cuna de algunas de las mejores bodegas de la DO Valencia.

 

[Img #21953]

 

Después de haber celebrado el Día del Vino DO (13 de mayo) y con la celebración de la 10ª edición de la Mostra de Vins Terres dels Alforins el sábado 20 de mayo, hemos decido hacer nuestro particular homenaje y publicar la carta de una estudiante valenciana de gastronomía que nos desvela el plan del sector del vino valenciano: "Un paseo por sus caminos arbolados y campos de cultivo eternos sorprende a todo el que se calce unas botas y pise su tierra. Sus tonos verdes y ocres pintan un cuadro de viñedos que entre olivos, extensiones de trigo y antiguas masías con paredes de piedra, emocionan a cualquier urbanita valenciano con debilidad por una buena copa de vino”.

 

A pie o rodeado de burros, con un bodeguero con casta y carácter, barba gris, piel morena, manos curtidas, camiseta oscura y botas de campo como compañía, el urbanita valenciano podrá entender de verdad cómo es realmente esa buena copa de vino.

 

Así fue la pasada temporada de vendimia con Pablo Calatayud, ingeniero agrónomo y apasionado de los vinos al frente de la bodega el Celler del Roure. Entre visitas y compromisos, una breve conversación y un agradable paseo por los caminos de tierra fueron suficientes para confirmar lo que el paladar ha anunciado a los amantes del vino en los últimos años: el vino valenciano tiene un plan.

 

Como todo, como vino y como Valencia, el objetivo de este plan también empieza con v: poner en valor la tierra valenciana, sus variedades y sus vinos memorables.

 

Toda persona interesada en este sector valiente y de pasión, entiende que no hay vino sin campo ni vides, no hay campo sin manos que lo mimen, no hay manos sin una pasión que anime, y no hay forma de entender el vino sin alguien que lo verbalice. Estos son profesionales del “caldo” y la barrica que con tierra en las suelas, uva entre las manos y palabras de experiencia, trabajan día a día por elevar el vino valenciano poco a poco a su máximo exponente.

 

[Img #21954]

 

Profesionales que independientemente de la puerta de la “La pequeña Toscana” a la que se llame, comparten una misma visión. Bodegas con nombre y vinos con renombre que lejos de buscar reconocimientos particulares, plantan su semilla y la cuidan para que dé frutos.

 

Porque en este plan las herramientas para trabajar la tierra son la constancia y el conocimiento; los mejores tratamientos para la vid, el cuidado y el respeto; y el mejor entorno para elaborar el vino, el terroir valenciano, su gente y su historia.

 

Esa gente que ha permitido que hoy en Valencia se pueda hablar de vino, y esas generaciones más recientes que hoy se muestran curiosas por una copa de este. Porque como explica Toni Arráez, de Bodegas Arráez, el vino, además de estudiarlo, compartirlo y catarlo, hay que disfrutarlo.

En restaurantes gastronómicos, y allí donde haya buena gastronomía; en casa, en los bares tradicionales y en ocasiones especiales; valorarlo y pedirlo, dándole vida a los encuentros y mucha viña a este plan.

 

Quien ha leído Comprender el vino del maestro Pedro Ballesteros, sabe que un viñedo no es un regalo de la tierra, es el fruto del sudor de sus hacedores, y del orgullo de sus propietarios.

 

Del mismo modo, este plan no es un sueño romántico, es la realidad de enólogos, vendimiadores, viticultores, pequeños productores, grandes sumilleres, distribuidores, restauradores, periodistas… valencianos que trabajan para poner los cimientos adecuados y lograr que en Valencia el vino de calidad no sea un resultado puntual. Como afirma Eva Pizarro, sumiller y docente de la materia, "El potencial está, ahora la cuestión es trabajar en él”.

 

Porque como todo buen caldo, este también se cocina lento y con tiempo, y como en todo buen plan, más lejos se llega cuanto más contribuimos, y más se disfruta, cuando el vino es el fiel compañero.

 

 

 

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.