Primera edición

Martes of Wine Día Zero, la quedada de amigos del vino que se va de las manos

Lunes, 17 de Julio de 2023 Actualizada Viernes, 21 de Julio de 2023 a las 21:11:01 horas

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El sábado 3 de junio un grupo de productores riojanos celebró un festival vinícola “de garaje” en San Vicente de la Sonsierra, que promete ser el germen de una quedada periódica de jóvenes talentos del vino en siguientes ediciones. Raquel Pardo. Imagen: Mario Urquiaga

Lo de Martes of Wine, que suena a juego de palabras (o broma con mala leche para disléxicos) con la figura de los sabios del vino licenciados por el Institute of Masters of Wine, en realidad es una quedada de amigos. Pero no amigos cualquiera, no. Los de los Martes of Wine son un grupo de productores de vino que concentra su actividad en la Sonsierra riojana y que ya, con una corta andadura (algunos llevan con su proyecto propio apenas una o dos cosechas), han despertado el interés de la crítica, del público y del “núcleo duro” de la prescripción vinícola, desde el MW (este sí, Master of Wine) Tim Atkin a influyentes distribuidores, sumilleres o divulgadores. Seis bodegas, alguna de nueva creación, otras con aires renovados tras la entrada de esta generación, cuyos representantes se conocen entre ellos, son amigos, hablan y catan juntos. Los martes, claro, de ahí el origen del grupo.

 

El principio, los amigos, los vinos

 

Y aunque no era martes, sino sábado, cuando escogieron para juntarse y mostrar sus vinos a un grupo de profesionales y aficionados, ese “Día Zero” que pusieron como apellido a la convocatoria indicaba sin lugar a equívoco el comienzo de algo. Vignerons de la Sonsierra, el proyecto de José Gil y Vicky Fernández; Carlos Sánchez, enólogo y viticultor con varios frentes vinícolas abiertos, entre ellos, en Gredos o este mismo en Rioja; Abeica, una pequeña bodega familiar que toma nuevos bríos con la llegada de la siguiente generación, en la persona de Ricardo Fernández; Miguel Merino, también heredero de tradición bodeguera familiar; Álvaro Loza, el más junior en esto de la elaboración, que está empezando a perfilar sus vinos; y Cupani, otra bodega ya establecida a la que ahora dan el empujón los hermanos Miguel y Enrique Eguiluz. Todos ellos forman este Martes of Wine que salió oficialmente a escena aquel tormentoso sábado de junio. Pero su intención, cuentan, es continuar mostrando cómo entienden ellos, como grupo e individualmente, el rioja del siglo XXI: “La idea de organizar este primer evento fue por abrirnos, hacer que la gente nos conozca, compartir con más personas este grupo que formamos y que nos pongan cara; que sepan lo que hacemos y nos hagan preguntas más allá de probar los vinos”, explica Carlos Sánchez sobre la iniciativa. “Trabajamos mucho para prepararlo y buscamos tiempo de donde no nos sobra, pero queríamos que el público y los medios supieran que estamos aquí”, continúa. Vicky Fernández apostilla: "Para nosotros el grupo Martes of Wine engloba varias cosas, pero sobre todo significa amistad con mayúsculas. Desde un principio, nuestra idea ha sido juntarnos para pasárnoslo bien compartiendo vinos entre amigos, aprendiendo los unos de los otros. Y eso ha ido evolucionando a algo aún mejor, que es el de generar una gran amistad, que es lo que nos ha hecho tener claro que esto tiene que perdurar".  Comenta que lo que empezó siendo una quedada para catar se ha convertido en una pequeña familia que comparte más que vino. Con un bebé que apenas empieza a andar, Fernández recuerda cómo, durante su embarazo, los miembros del grupo se ofrecieron a echar una mano en labores como el traslado de barricas, que ella en su estado no podía realizar.

 

"El Día Zero quiso trasladar ese sentimiento de unión a otros y darnos a conocer como equipo, porque juntos creemos que llegaremos más lejos en potenciar esta zona y generar interés por los vinos que aquí se elaboran. Para nosotros fue una ocasión de mostrar una cara del vino opuesta al oportunismo y la competencia, ya que el modelo que perseguimos con nuestros proyectos se basa en la unión y la sostenibilidad", explica la productora, que añade que esas quedadas en un pueblo que se va vaciando poco a poco, para el grupo "es vida, generar sostenibilidad, es la Rioja que queremos".

 

Una forma particular de entender el vino de Rioja

 

Y es que sus formas de entender el vino y la viña pretenden marcar un camino claro: elaboraciones de pequeñas dimensiones, muy vinculadas al origen y de precio alto, si lo comparamos con vinos de crianza o reserva reconocidos en la región. Para Miguel Merino, existen dos Riojas, explica: “Una muy homogénea de precios baratos que -salvo en el caso de algunas marcas muy fuertes- está sufriendo para poder vender sus existencias (y es ahí donde está el atasco de stock de vino de la DOC), y otra Rioja que está (estamos) siendo capaz de sacar adelante producciones a precios decentes, y en la que hay tanto productores pequeños como bodegas más grandes”, y cita a nombres consolidados como Muga, Luis Cañas, Remírez de Ganuza o La Rioja Alta. Concluye que ese primer bloque, el rioja homogéneo, es más grande que el segundo, “por desgracia”, y que es este el que puede dotar de prestigio a la DOC.

 

Merino contesta, al ser preguntado por las nuevas categorías de Viñedo Singular o Vinos de Municipio de Rioja, que “los integrantes de Martes of Wine hemos estado poco o nada preocupados por este asunto” y, de hecho, ninguno de ellos cuenta con vinos enmarcados en estas nuevas categorías: “Hemos estado más centrados en hacer lo que creemos que conviene a nuestros proyectos, sin pensar mucho en cómo colocarlo dentro de las jerarquías o clasificaciones que sé proponen desde el Consejo”.

 

El Día Zero era un día de fiesta en el que los productores abrieron al público sus bodegas, en sentido figurado, para darles la bienvenida a un estilo de Rioja que destila personalidad, talento y respeto. Por la tradición, por el paisaje, en muchos casos, por la tierra que les ha visto nacer a ellos y a sus familias. Cada bodega llevó tres vinos para probar, uno de ellos, en avanzada, con la intención de dar a conocer no solo el presente, sino el futuro que tiene el trabajo que están realizando en viñas, parajes y parcelas en muchos casos trabajadas por generaciones.

 

Entre los aficionados que se acercaron hasta el antiguo matadero de San Vicente de la Sonsierra, gente de los pueblos cercanos, colegas de bodegas y, sobre todo, aficionados al vino y amigos de los productores. Además de los vinos, algo para picar y música, que puso el ambiente festivo a este Día Zero, y una mañana de sol que se tornó tormentosa, hasta tal punto, que un relámpago, retumbando como una explosión, dejó sin luz a los asistentes durante un buen rato. Pero nada hizo parar la fiesta, ni las ganas de contagiarse de este entusiasmo por el vino que se vivía en el ambiente. “El apagón”, comenta Sánchez, “fue el remate, pero nos quedamos con la buena valoración de los asistentes, que es lo que queríamos”. El productor asegura que repetirán este encuentro que, aclara, no es tanto de comercialización como de exposición, de contar lo que hacen, sus inquietudes y formas de trabajar: “Queremos mostrar, cada uno con su estilo, cómo entendemos la elaboración, y enseñarlo desde la pasión. Vender aquí es secundario para nosotros”, concluye Sánchez.

 

El Día Zero fue, sin duda, el punto de partida de muchos más Martes of Wine, con más productores amigos, con más público, con más furor vinícola por explotar.

 

Vinos del Día Zero

 

 

José Gil Camino de Ribas 2021

 

Tempranillo y 40% de garnacha tinta, con algo de garnacha blanca y moscatel. Vino parcelario de viñedos sobre suelos de arena, un auténtico hit que ya es difícil de localizar en tiendas. Aromático, con notas de monte bajo y frutas silvestres, bonito, mineral, con boca fluida y volumen en un magnífico equilibrio. Un vinazo con todas las letras. PVP: 55 euros aproximadamente.

 

Carlos Sánchez, La Bendecida 2020

 

Mezcla de tempranillo y viura de una parcela en el paraje Valseca, de San Vicente de la Sonsierra, que Carlos cultiva en biodinámica. Sé elabora sin despalillar. Aroma de fruta negra, notas minerales, jugoso y fresco en la boca, con taninos firmes, un tinto bien identificado con el carácter de los vinos de la Sonsierra. PVP: 78 euros.

 

Abeica El Bardallo 2021

 

Magnífico tinto que procede de una viña plantada en 1958 en el paraje que le da nombre. El 55% lo componen tempranillo y garnacha y el 45% es viura con garnacha blanca y torrontés. Fermenta y se cría 11 meses en barrica. Muy complejo, muy entretenido, muy estimulante en nariz, con notas de fruta negra y minerales, maduro en su punto justo. En la boca es amplio, con un volumen que conjuga con elegancia, aéreo, grácil, muy muy elegante. Se han elaborado 1700 botellas. PVP: 45 euros.

 

Álvaro Loza Haro- Labastida 2019

 

Procede de una viña familiar que cultivaba el abuelo de Álvaro y se reparte en cuatro parcelas en los pueblos de Haro y Labastida. Los viñedos de Haro están en el meandro de Zaco y los de Labastida, en la Sierra de Toloño. Álvaro lleva una viticultura ecológica. El tinto muestra fruta exuberante roja, es expresivo, pulido y fino en la boca, de paso amable, con bonito equilibrio. PVP: 29 euros

 

Cupani Garnacha 2021

 

Elaborado a partir de una garnacha de la finca San Prudencio plantada en 1917 y tan solo se elaboran dos barricas. De encantadora nariz garnachista, con frutas rojas y bayas silvestres, intenso, elegante y preciso en la boca, pareciera perfilado con un rotulador de punta fina, sin aristas, adictivo, auténtico. PVP: 45 euros.

 

Miguel Merino Blanco 2021

 

Viura de cabezadas y garnacha blanca procedente de dos viñedos, Mingortiz (plantada en 1977 con viura) y La Loma (garnacha blanca que data de 1977). Uno de los puntos más interesantes es que combina uvas de cepas sobre suelos muy distintos y eso aporta complejidad y un plus de seducción. Con notas de fruta madura y ligero tostado, identitario, de corte clásico, con volumen, amplio en la boca, rico, largo, sabroso. Ya se puede beber, pero apunta muy buena guarda. PVP: 38 euros aproximadamente.

 


En la imagen de apertura, de izquierda a derecha: Miguel Eguiluz, de Cupani; Ricardo Fernández, de Abeica; Miguel Merino y Érika du Baele; Carlos Sánchez; Álvaro Loza; el sumiller Iván Sánchez, del restaurante Venta Moncalvillo; Vicky Fernández y José Gil, de Vignerons de la Sonsierra.  

 

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