Placer balear
Agroturismo y alta cocina en el Hotel Zoëtry Mallorca

Olivos, pinares, historia y alta gastronomía se unen en una de las fincas más bellas e inolvidables de la isla de Mallorca. El hotel Zoëtry acoge además desde hace apenas tres meses la cocina sostenible del chef Andreu Genestra. Teresa Álvarez. Imágenes: Arcadio Shelk
Bajo el paraguas de Hyatt se encuentra una de las fincas más emblemáticas de la isla de Mallorca, Sa Torre (Llucmajor), que abrió sus puertas tras la pandemia dispuesta a darlo todo. Cinco estrellas en un espacio donde comparten muros que datan del siglo XIV con ampliaciones posteriores como su molino del siglo XV o su capilla neogótica del siglo XIX. Sus habitaciones se distribuyen en el edificio principal y en pequeñas casitas distribuidas por sus amplios jardines hasta alcanzar las 101, rozando las más grandes los cien metros cuadrados. Las instalaciones incorporan dos piscinas, un spa con piscina interior, una pista de tenis, campo de fútbol y amplias zonas ajardinadas magníficamente conservadas y llenas de rincones con encanto.
En este idílico lugar para perderse se encuentra la nueva ubicación del restaurante gastronómico de Andreu Genestra (Inca, Mallorca. 1983), el chef que ha revolucionado la cocina del Mediterráneo. A punto de ingresar en los cuarenta, el cocinero inquieto y audaz ha puesto su confianza y su aportación económica en la reconversión del espacio en un restaurante gastronómico que aúna todas las necesidades de Genestra: que sea un espacio sostenible con punto de atención ecológico, que pueda tener su huerto propio (en este caso con 20 000 metros cuadrados y la implicación diaria de su padre en el cuidado) y que le permitan toda la libertad para manejar sus menús.
Andreu ofrece en este enclave una propuesta de tres menús, uno de ellos vegetal, que son un paseo real por el mare nostrum sin vincularse de manera única a las islas Baleares, sino que viajando por el gusto compartido entre los rincones que baña la riqueza de este mar. Además, complementa las degustaciones con carta, algo bastante poco usual en este tipo de experiencias.
De nuevo los ingredientes locales, el recetario cercano, los sabores reconocibles, pero con esa base depurada y transgresora del chef, más maduro y equilibrado que nunca, pero con la misma vitalidad de siempre.
El hotel ofrece gastronomía complementaria en su restaurante Es Mercat, con pinceladas orgánicas, buena materia prima y sabores equilibrados, con especial acento en un desayuno tentador.