Especial Aniversario
Vinoselección, 50 años de revolución vinícola (III parte)

En la actualidad, Vinoselección cuenta con más de 170 000 socios en todo el mundo. Se dice pronto, pero llenarían diez veces el WiZink Center de Madrid. Redacción Sobremesa
Los Socios
La internacionalización del Club, de la que hablaremos después, ha sumado miles de adeptos a la causa, pero es en España donde se ha producido un crecimiento progresivo muy meritorio, porque en nuestro país el consumo de vino cayó durante décadas hasta lograr un sorprendente repunte en 2017. Y aquellos informes tampoco arrojaron unos datos como para montar una fiesta, porque los españoles consumíamos –y así seguimos– la mitad de vino que en los años 70, cuando nació Vinoselección. Entonces, ¿cómo se puede crecer con semejante panorama? La respuesta es, a priori, sencilla: manteniendo la esencia de lo que debe ser un club. Esto es, elaborando vinos exclusivos, mano a mano con bodegas de renombre, consiguiendo los mejores precios del mercado y atendiendo a cada uno de los socios según sus necesidades. Parece fácil, pero detrás de esto hay muchos kilómetros recorridos, reuniones constantes, infinitas horas de trabajo y un esfuerzo brutal para lograr una cohesión que, en momentos de crisis, muchas empresas son incapaces de mantener. Haber convertido un club de vinos a la antigua usanza en un ecommerce de vanguardia tiene un mérito enorme, pero el camino es cada vez más complicado y la estabilidad económica un recuerdo cada vez más lejano.
Todo empezó el 10 de mayo de 1973 con un modesto mailing de captación destinado a clientes potenciales, residentes todos en la provincia de Madrid y pertenecientes a una base de datos muy rudimentaria que Publipost –una empresa de marketing directo que aún se mantiene activa– facilitó a Galimberti. Aquel día se depositaron 10 000 cartas en las oficinas centrales de Correos en el Paseo del Prado, junto a Cibeles. El mailing tuvo una efectividad nada despreciable del 1% y sirvió para que Vinoselección captara a sus cien primeros socios. A estos se les sumó otra veintena, todos ellos amigos y compañeros de trabajo de Massimo. Después, Barcelona, Bilbao, Granada, Valencia... La semilla estaba plantada, y el boca a boca hizo el resto. La fórmula “socio capta socio”, consistente en que un cliente se podía beneficiar de una oferta especial si lograba que un amigo se hiciera socio del Club, funcionó a las mil maravillas. Así, el final de la década y los años 80 vieron el mayor incremento de clientela de la historia del Club, que alcanzó los 90 000 socios poco después del cambio de milenio.
Vinos que han hecho historia en estos 50 años
Familia Torres, experiencia e innovación
Arraigada a la tradición vitícola del Penedès desde el siglo XVI, la Familia Torres fundó su bodega en Vilafranca del Penedès en 1870, hace más de 150 años. Su relación con el Priorat se remonta a principios del siglo XX cuando se empezó a comerciar con vinos embotellados de esta región –la etiqueta más antigua que aún se conserva es de la añada 1923–. A finales de los años 90, la quinta generación plantó las primeras viñas en el Priorat y construyó una bodega en el municipio de El Lloar, que inauguró en 2008 y en la que elabora Secret del Priorat, Salmos, Perpetual y Mas de la Rosa. Hoy cuenta con 70 hectáreas de viñedo en propiedad en las zonas de El Lloar y Porrera, donde se encuentra Mas de la Rosa y el nuevo proyecto de Els Tossals, el viñedo de piedra llicorella más alto del Priorat. Familia Torres aplica en sus viñedos la viticultura regenerativa para recuperar la fertilidad natural de los suelos y la biodiversidad y contribuir a mitigar el cambio climático.
Mas de la Rosa
Mas de la Rosa Vinyes Velles es un proyecto personal de Miguel Torres Maczassek, quinta generación de la familia, y el vino más exclusivo de cuantos elabora la bodega. Nace de un pequeño viñedo de 1,9 hectáreas en un paraje bello y recóndito donde crecen viejas cepas de garnacha y cariñena de más de 80 años, plantadas en vaso tradicional en esas laderas empinadas que son paradigma de la viticultura heroica del Priorat. Con una intervención mínima, dejando que el viñedo hable y exprese su esencia, el resultado es un vino elegante, noble y sincero, que refleja de forma fiel y hedonista la tipicidad de este histórico viñedo, una de las primeras fincas vitivinícolas de Porrera (Tarragona).
“Mas de la Rosa es uno de los lugares más cautivadores del Priorat, una viña resguardada y escondida impregnada de historia que se abre ante el visitante como un anfiteatro. Aquí los protagonistas indiscutibles son las viejas cepas y la riqueza del terruño, no solo por sus suelos de llicorella, sino por la biodiversidad y los acuíferos que se conjugan para conseguir el mejor fruto”.
Miguel Torres Maczassek, director general.
Fariña, emblema de Toro
Cumplidos 80 años de trayectoria, Fariña sigue siendo el hilo conductor sobre el que se escribe la historia vinícola del nuevo Toro. Manu Fariña, tercera generación, ahora al frente de la bodega, mantiene al día el legado vitivinícola de la familia, elaborando nuevas gamas de vinos a lo largo del Duero: en la Tierra del Vino -donde su abuelo Salvador comenzó a elaborar vino allá por 1942 y donde años más tarde su padre, Manuel Fariña, creó los primeros “Colegiatas”-, en Toro –donde este cambió para siempre la elaboración y la expresión de los vinos de la zona- y en los Arribes del Duero. Fariña continúa hoy abanderando la nueva generación de vinos frescos, afrutados, elegantes y amables, con presencia en más de 40 países. Vinos que nacen en la viña, cuyo cuidado supone para la bodega un trabajo de especial trascendencia con 300 hectáreas de viñedo propio, algunos de ellos centenarios, y contratos de compra de uva con viticultores de la zona con los que lleva trabajando desde sus inicios, propietarios de viñedos muchos de ellos prefiloxéricos, que constituyen el auténtico patrimonio vitícola y con los que Fariña elabora algunos de sus vinos más especiales.
Gran Colegiata Original
La historia del nuevo vino de Toro no sería la misma sin Gran Colegiata. Un vino que supuso un antes y un después en la forma de elaborar en la zona y en el estilo de los vinos y cuyos reconocimientos internacionales, en los años 80, cambiaron radicalmente la visión sobre el viñedo toresano. Gran Colegiata Original sigue siendo hoy un vino icónico, uno de los grandes embajadores de su tierra al llevar en su etiqueta el monumento más emblemático de Toro. Se elabora con la variedad autóctona, la tinta de Toro, procedente de viñedos viejos, con 18 meses de crianza en roble americano. Un tinto estructurado y amable que, hoy como entonces, sigue cosechando reconocimientos.
“Queremos celebrar los 50 años de Vinoselección con el vino que mejor representa nuestra historia, nuestra filosofía y nuestra manera de expresar el territorio en una botella. Nuestro Gran Colegiata Original atesora el valor del viñedo viejo de Toro. Es un vino frutal, con cuerpo y equilibrado, perfecto para brindar en ocasiones especiales como esta”.
Manu Fariña, director general adjunto.
J. Chivite Family Estates, chardonnay icónico
Desde 1647 once generaciones de Chivites se han pasado el testigo de la tradición vinícola. La casa ha crecido, se ha adaptado a las nuevas exigencias del mercado y del consumidor y ha creado una marca sinónimo de madurez, elegancia y saber hacer. Del siglo XVII es el primer documento en el que se nombra al primer miembro de la familia dedicado al mundo del vino. Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), Chivite aprovisionó a las tropas napoleónicas. Entre 1860 y finales de siglo, se construyó la tercera bodega de la familia, la actual de Cintruénigo y la casa relevo de postas. A la vez, se inició un intenso comercio con las plazas de Burdeos y Bayona. De su actividad comercial, da fe el número 220 que tenía la bodega en el Registro General de Exportadores. Han sido innumerables los acontecimientos en los que ha estado presente un vino de Chivite: la celebración de la Cumbre de la OTAN en Madrid en 1997; la cena de gala previa al enlace de SS.MM. los Reyes de España; en el banquete de entrega del Premio Nobel de la Paz, en 2010; la visita a España del presidente de China, Xi Jinping…
Chivite Colección 125 Blanco
Las viñas de chardonnay en suelos calcáreos y clima atlántico-continental a una altitud media de 500 metros resultan perfectas para seguir el modelo borgoñón y obtener un gran blanco que resumiera la singularidad de un terroir único, en Tierra Estella, uno de los puntos más al norte de la península. Su historia está ligada al prestigioso enólogo Denis Dubourdieu. Su sucesor y colaborador César Muñoz recordaba cómo Denis sentía pasión por la chardonnay, que había encontrado en Legardeta (Navarra) un reducto único, con unas condiciones climáticas y de suelos perfectos para obtener tipicidad, complejidad y gran capacidad de envejecimiento.
“En este chardonnay lo que más llama la atención es su gran capacidad de envejecimiento mostrándose joven en su madurez, a la vez que mantiene la tipicidad de su origen y el equilibrio de los grandes vinos. Destaca además no solo por las altas puntuaciones obtenidas año tras año, sino también por la viveza de cada una de las botellas que hemos descorchado en catas verticales ya míticas, muchas compartidas con el equipo de cata de Sobremesa y de Vinoselección”.
Julián Chivite, presidente ejecutivo.
José Pariente, un verdejo esencial
En 1998, Victoria Pariente funda Bodegas José Pariente. Así se hace realidad el sueño de esta enóloga de Rueda cuya inquietud fue, y es, poner en valor la versatilidad y capacidad de guarda de la variedad verdejo. Comenzó a dar los primeros pasos en esta andadura con el lanzamiento de su primer vino José Pariente Verdejo y, unos años más tarde, José Pariente Fermentado en Barrica y José Pariente Cuvée Especial surgieron como resultado del estudio continuado de los diferentes suelos y las diversas posibilidades en función de las peculiaridades de elaboración, de cada subzona dentro del término de Rueda. Estos vinos maduran en depósitos de diferentes materiales, como madera u hormigón y demuestran, año tras año, la posibilidad de conseguir grandes blancos a partir de la variedad autóctona de la zona. El último en sumarse a este elenco familiar de verdejos con crianza fue Finca Las Comas. Un vino que solo se comercializa en añadas excepcionales, creado en 2016 por Martina Prieto Pariente, hija de Victoria y directora técnica de Bodegas José Pariente.
Finca Las Comas 2021
Finca Las Comas tiene su origen en una finca de suelo calizo y pedregoso, de 2,43 hectáreas, enmarcada en el paisaje de la Meseta castellana. Un verdejo que nace en cepas viejas plantadas en 1910 y se elabora respetando al máximo la identidad de la zona de Rueda, donde el terruño se consolida como el verdadero protagonista de la diversidad de sus suelos y las infinitas posibilidades que ofrece. Gracias a su crianza de 12 meses en fudre de roble consigue retratar a la perfección la esencia de su entorno. Son 2855 botellas de la nueva añada 2021. Un selecto verdejo de guarda, con aromas de monte bajo, hinojo y sutiles toques cítricos, que en boca se muestra amplio, intenso y untuoso.
“Finca Las Comas es un vino amplio, intenso y graso. Muestra una excepcional elegancia. Un equilibrio delicado con mucha hondura en la expresión, un final abierto y un agradable toque anisado. Presenta además gran volumen en boca, sostenido por una buena acidez y una salinidad inusual que reaparece en retronasal”.
Martina Prieto Pariente, directora técnica de Bodegas José Pariente y Bodegas Prieto Pariente
Dehesa La Granja, belleza en tierra de vinos
Haciendo honor a su nombre, la familia Fernández Rivera ha dedicado a la agricultura y a la ganadería parte de esta enorme finca que adquirió a finales de los años 90 a orillas del río Guareña, al sudoeste de la provincia de Zamora, en la comarca conocida como Tierra del Vino. Las 120 hectáreas de viñedo se integran a la perfección en un entorno de respeto por la naturaleza y, bajo la bodega, un laberinto de galerías subterráneas de piedra construidas en torno al 1750 permite, gracias a una temperatura de 15ºC siempre estable, la maduración armoniosa de los tintos que se comercializan bajo el sello de la IGP Vinos de la Tierra de Castilla y León. Como los demás del grupo, son monovarietales de tempranillo que pasan siempre más de un año de crianza en barricas de roble americano. La gama incluye Dehesa la Granja y Dehesa 14 que permanece 14 años en bodega. Unos vinos muy personales que guardan la identidad de sus creadores. Parte de la finca Dehesa la Granja se dedica a la agricultura y ganadería comercializando queso, aceite y garbanzos.
Dehesa La Granja
Radicados sus viñedos en la denominada Tierra del vino Zamorana, en un paraje de condiciones rigurosas pero exclusivas, la tempranillo despliega todo su potencial y delata su valía. Se trata de suelos de arenisca, arcillas y un conglomerado de calizas, sustrato que Dehesa La Granja ha sabido optimizar en pos del mejor fruto. De resultas, un vino de gran intensidad aromática, con subrayada persistencia y elegancia, virtudes que han sido moduladas en barrica de roble americano y en el sigilo de las cuevas excavadas en piedra y que datan del siglo XII. Sin duda, un cofre pétreo que magnifica las extraordinarias condiciones de guarda de Dehesa de la Granja.
“La trayectoria de Dehesa la Granja ha caminado desde sus inicios en el año 1998. Junto con Vinoselección, los dos hemos ido creciendo juntos compartiendo una misma filosofía, nosotros en la elaboración de nuestros vinos y ellos comercializándolos, contribuyendo con ello a que ambas empresas estén consideradas en la actualidad como un referente en el apasionado mundo del vino y cultura vitivinícola. FELIZ 50 ANIVERSARIO”.
Mari Cruz Fernández, directora de Familia Fernández Rivera.
El Vínculo, la unión de las dos Castillas
Su nombre se refiere al vínculo de unión entre las dos Castillas, ya que la familia Fernández Rivera emprendió este nuevo proyecto en 1999 en el Campo de Criptana, en el mismo corazón de La Mancha. Es la bodega más joven del grupo y también un homenaje a los abuelos de las actuales responsables de Familia Fernández Rivera. Y constituye una excepción al carácter monovarietal de los vinos del grupo, ya que es la única bodega que también hace un gran blanco a partir de la variedad local airén, que madura en barrica de roble como los tintos de la casa; que son un crianza y un reserva, además del parcelario gran reserva Paraje la Golosa. Unos vinos nacidos con la intención de mostrar al mundo el gran potencial de los viñedos de Castilla-La Mancha, su singularidad y el carácter único de su terruño. El edificio mantiene la identidad manchega sabiamente actualizada y los viñedos, cultivados en suelos pobres arcillosos y arenosos entre los 650 y 750 metros de altitud, superan los 50 años de edad.
El Vínculo Paraje La Golosa
Las viñas de tempranillo del Pago de la Golosa, en el Campo de Criptana (Ciudad Real), tienen más de 90 años y disfrutan de una gran cantidad de horas de sol, que suponen un ciclo de maduración y una sanidad extraordinarias. Los suelos de arena y arcilla de la finca, a una altitud de 700 metros, son determinantes para elaborar grandes vinos de producción limitada, que han llegado a ser un referente en Castilla–La Mancha. Envejecido en barrica de roble francés más 30 meses de reposo en botella, Paraje la Golosa es un tinto complejo, estructurado y equilibrado, hecho para disfrutar en el tiempo.
“El Vínculo, nuestro proyecto vinícola más arriesgado, situado en La Mancha, ese mar de vides tan grande y bello. Elegimos un nombre ligado a nuestra historia familiar y que nos permitiera unir a las dos castillas. Vinoselección, hizo que miles de clientes conociesen de primera mano un tempranillo manchego. Años después el primer vino blanco que Familia Fernández Rivera elabora, un 100% airén, también envejecido en barrica. Gracias por este camino recorrido y ojalá sigamos juntos otros tantos años más. Enhorabuena a todos los hombres y mujeres que han hecho y hacen con su entusiasmo, trabajo y esfuerzo que Vinoselección cumpla 50 años llenos de éxito”.
Lucía, Olga Y Mª Cruz Fernández Rivera, directoras de Familia Fernández Rivera.
Enate, clase en el Somontano
ENATE, una de las bodegas más emblemáticas de la DOP Somontano, cuenta con una ya larga trayectoria elaborando vinos de calidad que son fiel representación del terruño del Somontano y la mejor expresión de las variedades de uva que se cultivan en estas tierras. Dentro de la estrategia de la bodega, el concepto de excelencia no se detiene en el vino, sino que su filosofía es distinguirse a través de su maridaje con el arte contemporáneo, esencia de su carácter y seña de identidad en el tiempo.
En 1992, ENATE comenzó una colección de arte con obras de artistas nacionales e internacionales. Desde entonces, cada uno de sus vinos está asociado a un pintor de reconocido prestigio y en la etiqueta figura una obra de su autoría realizada para la bodega. Antonio Saura fue el primer artista que vistió una de sus botellas. Así, ENATE es hoy bodega y museo, y ha fraguado su personalidad en la exquisitez sumada de ambas.
Enate Chardonnay Fermentado en Barrica
ENATE Chardonnay fermentado en barrica compendia la trayectoria de la bodega, fundada en 1992, para convertirse hoy en estandarte de la marca de la mano de Jesús Artajona, enólogo y director técnico, y Antonio Saura, el primer artista que vistió una de las etiquetas de ENATE. Tradición vitivinícola e innovación se unen en la elaboración de este vino. Un verdadero estandarte de la bodega con un magnífico equilibrio entre la fruta y los matices tostados finos que aporta el roble, y en el que se hace patente un impecable trabajo de crianza en barrica francesa nueva con sus lías. Un vino que siempre sube al podio de los grandes blancos españoles.
“Ha sido un placer haber acompañado a Vinoselección a lo largo de toda nuestra trayectoria, lo que supone más de la mitad de la suya. Sus cinco décadas en el mundo del vino, repletas de éxitos, han dado forma a un negocio próspero y ha permitido grandes momentos de felicidad a quienes disfrutamos del vino”.
Luis Nozaleda, director general de ENATE.