Elegancia y singularidad
Gosset, la casa de champagne a la que le importa el vino

Gosset no es solo la maison de champagne más antigua que existe, es también una casa que se mantiene firme en un estilo donde el vino es el centro y el tiempo en botella marca las distancias con sus competidores. Raquel Pardo
Discreta, estable y en controlado ascenso es la trayectoria de la casa de Champagne más antigua, Gosset, que fija su primera añada en 1584, muchos años antes de que el vino de la región tuviera las burbujas que le han dado fama mundial. Aunque hace años que se vende en España, desde 2021 llega a nuestro país de la mano de la bodega Marqués de Murrieta, con quien ha encontrado la sinergia que busca en cualquiera de sus destinos comerciales: “Buscábamos un compañero de viaje para el mercado española y Gosset tiene principios muy similares a los nuestros”, comenta el director de Marqués de Murrieta, Vicente D. Cebrián. “Están en un momento delicioso, lo venden todo”, apostilla el conde de Creixell, que acompañó a su chef de cave y director general, Odilon de Varine, a la presentación oficial de este matrimonio de conveniencia y placer compartido, que se celebró en Madrid a principios de verano. Cebrián explicó que Gosset, hasta que se encontró con Marqués de Murrieta, “había perdido la confianza en el mercado español, y ahora, piensan en crecer aquí poco a poco y lentamente”.
Historia y futuro de la Champagne
Gosset se fundó a finales del siglo XVI de la mano de Pierre Gosset, señor y regidor de la localidad de Aÿ (hoy uno de los 17 pueblos clasificados como grand cru de la región) y viticultor, que se decidió a comenzar como négociant y elaborar, en 1584, vinos con sus propias uvas, y que en esos años, bastante antes de que el vino de Champagne se hiciera famosos por sus burbujas, eran vinos tranquilos, que competían en honores y en las mesas regias de Francia con los vinos de Beaune (Borgoña). Gosset continuó siendo dirigido por hasta 16 generaciones de viticultores hasta que, en 1993, la casa fue adquirida por la familia Renaud- Cointreau, quien ha apostado por conservar el estilo perfilado por la maison a lo largo de los años.
En 2006, Odilon de Varine se incorporó a la firma tras elaborar vinos en Alsacia y pasar por otras casas como Roederer o Deutz y con la intención de hacerla crecer en calidad, ya que su producción, que ronda el millón de botellas, se mantiene estable a lo largo de los años.
El estilo Gosset: vino, ante todo
De Varine define Gosset como una firma “familiar e independiente” y pone el acento en la libertad que ejerce en cuanto a la vinificación, elemento clave de la personalidad de sus champagnes, ya que, explica, “para nosotros el vino es más importante que las burbujas”.
El vino es importante, pero también el tiempo, ya que Gosset, según de Varine, tiene un ratio de botellas en stock que triplica la media de otras casas y su estilo viene marcado por un minucioso trabajo sobre lías y su reposo en botella, que es de un mínimo de cuatro años. “Para mí, el champagne es una forma de expresión del vino”, comenta el chef de cave, quien añade que “yo me presento como winemaker, más que como bubble maker”. Por eso, para Gosset importa la calidad del vino, el equilibrio entre la frescura y la mineralidad del territorio y la redondez y complejidad que aporta la autólisis. Para preservar la acidez natural de las uvas, los vinos base no hacen maloláctica, una práctica, todavía, aunque se va extendiendo, poco habitual en Champagne.
Otra de las acciones que marca el estilo Gosset son las catas a ciegas (en copas negras) que se realizan antes del assemblage, y que desde diciembre hasta abril, el equipo hace a diario, y en algunos días, dos veces, ya que, destaca de Varine, es importante poder sorprenderse por los vinos, evitar los prejuicios: “Se trata de no seguir una receta”, remata.
Además, la proporción de vino de reserva que suelen utilizar para las mezclas de sus champagnes es relativamente baja, y no supera el 15%, porque se trata de que esos vinos maticen simplemente lo que viene dado por la añada en curso, el vino cuyo origen está en la viña ese año. Suelen tomar primero decisiones, a la hora de ensamblar, teniendo como eje el vino del año y, conforme sean sus conclusiones, incorporan el vino de reserva. Y pese a que el peso lo lleva la añada, no la indican en sus botellas, porque, explica Odilon de Varine, “no queremos que el consumidor note diferencias entre los vinos que no son millésimé” ya que, añade, “descubrirlo rompe la magia”.
Si hablamos de dosage, de Varine recalca que, para Gosset, es una indicación secundaria porque, de nuevo, importa el vino final, más que el que sea brut, extra brut… Aun así, desvela que el equipo de bodega cata al menos una decena de veces los vinos con diferentes dosages para buscar el equilibrio en el estilo.
Aunque se proveen de uva de viticultores, suelen descartar, cada año, en torno a un tercio de la vinificación y, si no utilizan el vino que procede de uvas de proveedores (que siempre son de cultivo biodinámico, ecológico o cuentan con el sello HVE- alto valor medioambiental-), lo comercializan.
Los champagnes de Gosset, una oda al rosado
La especialidad de Gosset, cuenta Odilon de Varine, es el rosado, un “gran vino de aperitivo” en sus propias palabras, que también es muy versátil y que enlaza con el origen de esta maison, que comenzó haciendo vinos tintos y rosados en la Champagne. Elaboran un total de cuatro referencias distintas de rosé a partir de la mezcla de vinos blancos y tintos, lo que es, también, una rareza en la región.
Grand Rosé Brut
Elaborado con un 55% de chardonnay y un 37% de pinot noir, lleva un 8% de vino vinificado en tinto y las uvas proceden de diferentes crus. Pasa cuatro años sobre lías. Es muy frutal, con aromas de frutas frescas silvestres y frutas blancas, además de un toque cítrico de mandarina; expresivo y vivaz gracias a su acidez, con recuerdo de fresa ácida, refrescante y placentero.
Grande Réserve Brut
Se compone de un 45% de chardonnay, 45% de pinot noir y 10% de meunier y es el rosado insignia de la casa Gosset, además de ser la etiqueta de la que más volumen se elabora, alrededor de medio millón de botellas. Elegantes notas de flores blancas y frutas como melón, cremoso y ágil en la boca, versátil, apetecible.
Grand Blanc de Blancs Brut
Un vino 100% chardonnay que se elaboró por primera vez en 2011, y de él dice Odilon de Varine que “de manera muy egoísta, creé este blanc de blancs para mí: mineral, fresco, distinto de los chardonnays de Borgoña”. De nariz herbal y fresca, con notas de fruta cítrica (pomelo, limón) y afilado en la boca, salino y mineral.
Grand Millésime 2015
Con un dosaje de cuatro gramos por litro, se compone de 59% de pinot noir y 41% de chardonnay, de él dice de Varine que se vende muy bien en España y es un vino que introduce al consumidor en el concepto del tiempo tal como lo entiende Gosset. Marino y floral en nariz, en boca es vinoso, tostado, potente y profundo. Proviene de un año maduro donde, sin embargo, la pinot destacó por su frescura, y por eso está en mayoría en el ensamblaje.
12 Ans de Cave a Minima
Gosset es la única casa de Champagne que lanza un vino enfocado en la edad, en el tiempo de reposo en botella, al estilo de los destilados. Desprende notas tostadas y aromas de pedernal y ligeras especias, es complejo, sabroso, untuoso, amplio, con un encantador barroquismo.
12 Ans de Cave a Minima Rosé
Esta referencia aún no llega a España pero se espera para el año que viene, 2024, y es una demostración de la capacidad de envejecimiento de la chardonnay, que se ha seleccionado de crus en Montagne de Reims, Vallée de la Marne y Côte des Blancs, a los que suma un 35% de pinot noir y un 8% de este porcentaje se vinifica en tinto. Tiene un dosaje bajo, de 4,5 gramos por litro. Aromático, con notas de fruta madura roja y cassis y polvo de tocador, carnoso y vivo en la boca, con carácter vinoso.
Grande Réserve
Elaborado con vinos de las cosechas 1985, 1983 y 1982 y un 43% de chardonnay, 42% de pinot noir y 15% de meunier. Un vino con treinta años de degüelle que se muestra tostado y con notas de autólisis, toques de caramelo, amplio y agradable en la boca, donde vuelve el tostado y hasta un matiz de carbón ahumado, singular y atractivo.
Celebris 2008 Vintage Extra Brut
Comenta de Varine que “no me gusta el término cuvée de prestigio porque no quiere decir nada para mí” y acuña el término “cuvée de excepción” para definir a este champagne, efectivamente, excepcional, del que se han elaborado tan solo ocho cosechas en cuarenta años, resultado de que “todos los planetas se alinean y el vino lo tiene todo: fruta, mineralidad y acidez”, comenta. Es tremendamente elegante, con una textura suave, amplio en el paladar, con acidez presente y carácter vinoso, complejo y seductor.
Celebris Rosé 2008
También un vino excepcional, del que, en 25 años, solo ha visto la luz en cuatro ocasiones incluyendo esta. De un cautivador aroma de violeta que se completa con toques de pastelería, en la boca es tostado y frutal, redondo y sedoso, complejo y rico, un champagne que necesita un trago reposado para desplegar sus encantos. Compuesto por un 72% de chardonnay y un 28% de pinot noir, un 8% de ella, vinificada como vino tinto.