La sumiller y Quique Dacosta

Manuela Romeralo

Miércoles, 11 de Abril de 2012

Tras catorce años encargada del servicio de vinos, destilados, aguas y, sobre todo, puros de La Sucursal, Manuela Romeralo se embarca en la aventura de Vuelve Carolina, la especie de gastrobar que Quique Dacosta abre en Valencia.  Juan Manuel Ruiz Casado

Hasta entonces, la imagen de la cualificada sumiller estaba ligada al humo de los mejores habanos y casi no hubo medio de comunicación que se resistiera a proyectar la imagen de Manuela Romeralo prendiendo o fumando alguno de sus puros preferidos. Era, con permiso de la buena cocina de La Sucursal, uno de los reclamos principales del restaurante. “La afición a los puros” –explica Manuela– “me viene de la decisión del equipo directivo de La Sucursal, que optó por crear una cava de puros con todas las garantías para la clientela. Esto me llevó a meterme de lleno en el mundo del humo. Estudié mucho y viajé a los principales destinos del puro, como Pinar del Río, en Cuba, para aprender de cerca los secretos de la elaboración y la cata de los habanos”.

 

Las leyes antitabaco interrumpieron una carrera profesional que, por supuesto, no ha perdido fuste en el ámbito privado, donde Manuela Romeralo ha seguido cultivando una afición cuyo conocimiento no duda en brindar a quien le consulta. A menudo los clientes le preguntan sobre una u otra vitola, y sobre lo que piensa del tiro o la elegancia aromática de los nuevos puros de Partagás o Cohiba. Confiesa echar de menos el ritual de una profesión que le llevaba a entablar amistad con la clientela, a abrir sobremesas donde el trago y el humo animaban la conversación. 

 

Nacida en Toledo hace cuarenta y un años, en El Romeral, topónimo del que procede su apellido, Manuela ha cambiado el humo por la dirección de Vuelve Carolina. Es, como ella misma dice, “los ojos de Quique Dacosta” en un restaurante de aire desenfadado, estética pop, precios más que razonables y cocina con fundamento. Por supuesto, además de las labores directivas, Romeralo ejerce como sumiller, encargándose de alimentar la bodega con las últimas referencias y aconsejando a la clientela con los vinos que mejor le van a los platos que diseña Dacosta, algunos de ellos homenajes a recetas de cocineros amigos. Entre los territorios del vino que más le apasionan, la sumiller no duda en destacar Champán y Jerez, y no en vano una de las ciudades que le gustan es Oporto. Mientras tanto, no deja de participar en ponencias y demostraciones de puros, y este año volverá a Brasil para demostrar en el marco de un congreso de especialistas que sigue siendo una de las profesionales mejor formadas.

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