Vino personalizado

¿Quieres tu barrica privada de vino de pago? Pásate por Bodega Otazu...

Lunes, 27 de Noviembre de 2023

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Otazu Private Cellar lleva por nombre una acción de la bodega navarra en la que sus privilegiados integrantes podrán elaborar una barrica de 225 litros, un ensamblaje exclusivo con etiqueta personalizada del que luego dar cuenta en forma de 300 botellas. Redacción Sobremesa

A escasos 20 minutos en coche de Pamplona, emoción y excelencia convergen en las 116 hectáreas de Bodega Otazu. Y no solo por su vastísimo y bien seleccionado patrimonio histórico del Señorío (iglesia románica del siglo XII, una torre palomar y dos palacios renacentistas del siglo XV), sino también por los innumerables relatos e historias entretejidas que se esconden en las raíces de estos viñedos. La pasión y el amor por la tierra, la historia, el arte y el vino trazan un viaje sensorial. Se trata de la bodega con denominación de pago más al norte de España, y ofrece programas y propuestas surtidas para que los visitantes se deleiten y aprecien entre tanto los múltiples matices de sus vinos, de sus suelos y su paisaje. 

 

A tal sentido, Otazu Private Cellar despliega la fragancia de exclusividad en el que tanto inciden en la bodega navarra. Una interesante propuesta donde los visitantes podrán descubrir los secretos de la elaboración del vino y, además, poner a prueba sus conocimientos para crear una barrica (única e intransferible) de 225 litros. A cada equipo se le hace entrega tres vinos monovarietales, uno por cada una de las variedades de uva cosechadas en Otazu (100% merlot, 100% tempranillo y 100% cabernet sauvignon) y, con la ayuda del equipo técnico de la bodega –que detalla con amplitud y pedagogía las características y cualidades de cada variedad– cada grupo tendrá que diseñar distintos ensamblajes combinando diferentes proporciones hasta lograr la mezcla perfecta. Para finalizar, se efectuará una cata a ciegas de los vinos propuestos por los diferentes equipos.

 

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Esa barrica privada y customizada será custodiada en la llamada Catedral del Vino durante todo el proceso de crianza. Los participantes, como parte de este proceso exclusivo y cuidado al detalle, ponen su rúbrica también la barrica y tendrán la oportunidad de diseñar la etiqueta de las botellas. Solo cuando el vino está en su momento perfecto, el personal de Otazu lo condensa en 300 botellas etiquetadas que se hacen llegar a sus creadores. Un paso más en este juego de ser enólogo. De esta forma, Bodega Otazu se consolida como uno de los destinos ideales para todo tipo de actos corporativos, visitas y eventos, no solo por sus vinos, sino también por sus actividades y espacios, que aúnan la belleza de un valle idílico junto a la tradición y el patrimonio histórico del Señorío de Otazu, el arte contemporáneo de su Fundación, la gastronomía de Navarra y lugares circundantes en los que aguardan experiencias memorables. 

 

 

Pléyade de genios 

 

Bodega Otazu es el viñedo con D.O.P. Pago más septentrional de España y tiene un aire bordelés en sus elaboraciones. Como telones de fondo, la Sierra del Perdón y la Sierra del Sarbil, con el río Arga como linde natural.  Todos sus vinos están elaborados exclusivamente con las uvas procedentes de las 116 hectáreas de viñedo propio que rodean la bodega: tempranillo, cabernet sauvignon, merlot, cabernet franc, chardonnay y berués. Un viñedo certificado como Denominación de Origen Protegida Pago (solo pueden sacar pecho de ello 24 en nuestro país), la máxima categoría que puede obtenerse en España, lo que garantiza la selección y la personalidad inimitable de todos sus vinos, en los que la bodega radica entre los propios viñedos formando parte del paisaje y del método. 

 

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Venezolano trotamundos

 

“Otazu es pasado, presente y futuro. El vino ha crecido en esta tierra durante 900 años y crecerá en esta tierra dentro de los próximos 900 años; una tierra que cuidamos y que queremos dejar, en una mejor situación de la que la recibimos, a las generaciones futuras”, reflexiona el venezolano Guillermo Penso, presidente de Fundación Otazu. Caraqueño del 82, viajero impenitente y enamorado de la belleza, la familia de Penso se instaló en Navarra en los años 90. Su trazabilidad académica delata que es ingeniero de Telecomunicaciones, especialista en Nanotecnología, y cuenta un doctorado en Filosofía. Sabueso del arte y sus laberintos mercantiles, Penso atesora una estupenda y valiosa colección, muchos de cuyos fondos completan la experiencia del visitante a su bodega.

 

En su perímetro laboral y personal, obras de nombres tan reputados como Ai Wei Wei, Anish Kapoor, José Manuel Ballester, Secundino Hernández, Rafael Barrios, Jim Dine, Jaume Plensa, Olafur Eliasson o Daniel Canogar. Y para su contemplación, embriagado del síndrome de Stendhal, el mejor vino de pago. Como las dos ediciones limitadas bautizadas como Genios de Otazu, de solo 300 botellas cada una. La primera tributa al genial David Magán, y son 300 botellas procedentes del pago, con una selección de 75% de merlot y  25% de cabernet sauvignon de la cosecha 2016; la segunda es una alianza con el versátil y experimental artista Pablo Armesto, y son 300 botellas de añada 2017 procedentes del pago, con una selección de cabernet sauvignon (70%), merlot (23%) y tempranillo (7%). 

 

 

 

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