El vino también tiene estrella

Anoche la ciudad de Barcelona brilló como espléndida anfitriona de la Gala Michelin 2024. Una presentación que desde hace diez años viaja por toda la geografía española para otorgar las preciadas estrellas al talentoso mundo culinario de nuestro país. Los inspectores año tras año constatan la clara eclosión de nuevos talentos, en grandes urbes pero también en territorios inesperados que se traducen en esa primera estrella que cambia la vida del hostelero. Sumamos ya 15 restaurantes con el máximo galardón y la lista tiene muchos candidatos que echamos en falta por su merecido reconocimiento. También destaca el panorama gastronómico patrio por la conciencia sostenible clara y la revaloriza del territorio, y en los últimos años la guía ha ido entrando en la diversidad de profesiones del sector con premios especiales que ponen en valor trayectoria, sala y labor de formación y que este año suma, por fin, la imprescindible función del sumiller. Un avance necesario y esperado para la visibilización de la sala y la reivindicación del vino y de su importancia en la gastronomía.  

Como no podía ser de otro modo el premio ha recaído en Josep “Pitu” Roca, maître y sumiller de El Celler de Can Roca, asesor, comprador, sabio y encantador de serpientes que con sus conocimientos y su sensibilidad enamora al comensal de esas zonas, parajes, viñedos y personas que hacen posible que la magia aparezca al descorchar una botella.