"Sin paella no hay paraíso"

Miguel Ángel Silvestre

Jueves, 18 de Abril de 2013

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Requerido por directores de todo tipo, este actor camaleónico y versátil desvela su faceta de arrocero consumado, al tiempo que muestra un alto grado de compromiso ecologista con la protección de los océanos. Pedro Javier Díaz-Cano

Quizá muchas mujeres de nuestro país no sepan su nombre, pero todas ellas tienen muy presente el apodo de “El Duque” que ostentaba en la serie “Sin tetas no hay paraíso”. El papel de Rafael Duque que interpretaba en ella, un narcotraficante con corazón, catapultó a Miguel Ángel Silvestre (Castellón de la Plana, 6 de abril de 1982) a la categoría de sex symbol nacional por su varonil atractivo (no en vano, empezó trabajando como modelo), auténtico jamón ‘pata negra’ para el exigente gusto de las féminas españolas. Sin embargo, lo cortés no quita lo valiente, pues lo cierto es que este personaje proporcionó a nuestro entrevistado varios galardones importantes, como el Premio Ondas al Mejor Actor de Ficción Nacional de Televisión y dos Fotogramas de Plata: al Mejor Actor de Televisión y al Actor más buscado en la Red...

 

Damos fe de que gracias a su juventud (divino tesoro), su buena planta deportiva (hace footing, patina y practica el surf) y su cuidada barba de tres días, Miguel Ángel tiene muchas fans, que le piden autógrafos dedicados sobre fotos con el torso desnudo… El nuevo ‘chico Almodóvar’ de “Los amantes pasajeros” despierta pasiones y lleva a gala otra de sus distinciones, la que le acredita como “Mejor Embajador de Castellón en el exterior”. Lo cierto es que el despegue cinematográfico de este amante de la fotografía y forofo del Barça de Messi lo convierte en un actor de altos vuelos. No le importa interpretar personajes secundarios, como en su última película, “Alacrán enamorado”, para seguir creciendo dentro del arte de la farándula, a la par que a buen seguro sería el yerno preferido para muchas madres con hijas casaderas, ya que además, sabe cocinar paellas.
 

 

SOBREMESA: En “Alacrán enamorado” encarna al líder de un grupo de violentos neonazis, demostrando que es un actor camaleónico. ¿Le costó mucho meterse en la piel de un personaje así?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE:
El personaje era un reto importante, porque es un tipo muy antagónico a mi forma de ser y a mi ideología. Fue un desafío muy estimulante y una oportunidad muy bonita poder interpretar a un neonazi, una persona tan violenta, cuya manera de actuar parte de un miedo a la soledad y de una inseguridad personal muy acentuada.

 

S.: Este film se basa en la novela homónima de Carlos Bardem. ¿Se podría describir como la historia de Romeo y Julieta llevada a nuestros días, con personajes raciales, casi marginales?
M.A.S.:
Es una película que habla mucho de la superación y del lado oscuro. Mi papel está al servicio de la historia para contar la evolución del personaje de Julián, interpretado por Álex González, que es un joven que tiene que elegir entre la oscuridad o la superación, con toda la luz que hay detrás. A mí me ha tocado la parte tenebrosa del asunto.

 

S.: Con sus últimas películas está creciendo como actor. ¿Recogería el guante de convertirse en el nuevo galán del cine español?
M.A.S.:
Igual ese es un concepto, el de galán de cine, que ahora mismo no está de moda, pues los hábitos cambian y un galán ahora no es lo mismo que era antes. Yo no me planteo eso cuando me meto en un trabajo. Me gusta poder acercarme a los personajes y comprenderlos a través de los guiones. De hecho, los personajes que he hecho hasta hoy, exceptuando el de la serie de televisión “Sin tetas no hay paraíso”, se alejan bastante de ese estándar. Me estimula mucho más hacer personajes con una imagen diferente de la mía.

 

S.: En “Los amantes pasajeros”, de Pedro Almodóvar, encarnó otro papel diferente dentro de una película coral. ¿Cómo se sintió en el registro de la comedia?
M.A.S.:
Este papel fue un regalazo. Es un personaje pequeño en la película de Pedro, pero era la posibilidad de formar parte de su universo personal, con esos caracteres tan particulares que él escribe y que son tan auténticos. Al tratarse de una comedia, era muy divertido ir a trabajar, pues atrae otro tipo de energía al set de rodaje. Fue una gozada ver cómo Pedro dirigía a Javier Cámara, a Raúl Arévalo, a Cecilia Roth, a Carlos Areces… y un regalo los días que me tocaban las escenas a mí, y poder trabajar en una atmósfera tan lúdica y tan divertida como la que él crea.

 

S.: En “Alacrán enamorado” también trabajó al lado de Javier Bardem. ¿Qué ha aprendido o qué le ha impactado más de un actor con un Óscar como él?
M.A.S.: De Javier Bardem son muchas cosas las que me impactan: su concentración antes de cada escena, su generosidad con el resto de compañeros, y también una forma de trabajar muy valiente; que sale desde el juego, desde un lugar de aparente poca exigencia, pero con una precisión exacta. Es una combinación que desde fuera me llamó mucho la atención; ver a un actor tan libre y relajado, pero a la vez tan preciso, tan concentrado y defendiendo un personaje tan específico como el que interpreta en “Alacrán enamorado”, con momentos que, en directo, resultaban mágicos… Ya puedo decir que esto no se me va a olvidar nunca. Fue una gozada.

 

S.: El personaje de ‘El Duque’ en la serie “Sin tetas no hay paraíso” le convirtió en un sex symbol, en uno de los hombres más atractivos y deseados de España…
M.A.S.:
El personaje en sí tenía mucho atractivo: era una persona muy equivocada en su camino, en la vida, pero con una necesidad muy grande de que alguien le ayudara a salir de ahí. El papel tenía muchos ingredientes para tener éxito, sobre todo por el romance que tenía con Catalina. Al público que le gustaba la serie, conectaba muy bien con esa historia de amor imposible de una mujer tan pura como era Catalina y de un hombre tan corrompido como Rafael Duque.

 

S.: Antena 3 TV le ha fichado ahora para protagonizar la nueva serie “Galerías Vélvet”, que va a empezar a grabarse en mayo, junto a Paula Echevarría. Todo indica que aquí sí va a ser el galán…
M.A.S.:
Los guionistas igual tiran por ahí, ya veremos… Yo también estoy muy expectante. La serie va a tener suspense, intriga… Aunque la descripción de galán es la del actor que interpreta un papel principal de joven enamorado, no sé muy bien cómo definir al personaje, porque también va a tener un lado muy oscuro… Pero si te refieres a eso, en cuanto a que Alberto es el protagonista, el hijo del rico propietario de unas galerías, y que puede desarrollarse una posible trama de romance con el personaje de una costurera que encarnará Paula Echevarría, tampoco puedo desvelar mucho…

 

S.: A la actriz Blanca Suárez, su compañera sentimental, la conoció en el rodaje de “The Pelayos”. ¿Ser actores les hace comprenderse mejor?
M.A.S.:
Se pueden compartir también muchas cosas del trabajo, eso es lo positivo.

 

S.: Habida cuenta de que se han convertido en una de las parejas más mediáticas, ¿la parte negativa es que les persigan los paparazzi?
M.A.S.:
Al final, uno se acostumbra a todo, como son las cosas nuevas que conlleva la popularidad. Hay que tomárselo con la importancia justa que tiene, con naturalidad y quitándole hierro a la situación, porque no tiene importancia alguna.

 

S.: Cambiando de tercio, siendo natural de Castellón de la Plana, ¿será todo un gourmet de la paella, no?
M.A.S.:
Sí, además la paella es lo que más me gusta del mundo. Es mi plato preferido. De paella podemos hablar todo lo que quieras.

 

S.: ¿Cuál es su tipo de paella preferida?
M.A.S.: La paella de carne es la que más me gusta, en concreto de pollo y cerdo.

 

S.: ¿Usted también las cocina?
M.A.S.:
Sí, he hecho paellas, sobre todo junto a mí tía. Mi abuela se la enseñó a hacer a mi tía, en realidad a todas sus hijas, entre ellas a mi madre. A mí me gusta cocinar. Muchas veces nos reunimos en Castellón toda mi familia en una especie de caseta que tenían mis abuelos, que poco a poco estamos reformando para hacer comidas familiares. Allí hacemos las paellas con leña de naranjo, que es como se hacen en mi tierra, con romero y con el agua de allí; dicen que las paellas salen tan buenas por el agua… Forma parte del mito de la paella valenciana: la leña con la que la haces y el agua.

 

S.: ¿Cuáles son sus otros platos favoritos, después de la paella?
M.A.S.:
Me gusta mucho la pasta, sobre todo con pescado, en concreto con dorada o con lubina, y con vino blanco.

 

S.: ¿Y qué vinos le placen más?
M.A.S.:
La paella la tomo con agua. Para comer no me gusta beber alcohol. De vez en cuando, tomo un poco de vino tinto. No soy ningún entendido de vinos, pero me gusta el crianza de uva tempranillo de La Rioja. Siempre que cito a La Rioja, me acuerdo de dos riojanos de pro como Javier Cámara, un amigo y un actor al que admiro muchísimo, y Santiago Tabernero, el director con el que rodé la película “Vida y color”.

 

S.: ¿Cree que hay alimentos afrodisíacos que excitan el apetito sexual?
M.A.S.:
No sé si afrodisíacos, pero sí que hay alimentos que cuando los tomas, te levantan un poquito el ánimo, como por ejemplo el chocolate… Dicen también que la canela, pero no soy especialista en el tema…

 

S.: La palabra ‘ambrosía’ procede del griego y significa “alimento de los dioses que confiere la inmortalidad”. Para usted, ¿sin qué ambrosía no hay paraíso?
M.A.S.:
Ojalá hubiera un alimento que diera la inmortalidad… En mi caso, sin una buena paella no hay paraíso…

 

S.: ¿Hace honor a su apellido, Silvestre, en alguna faceta de su vida?
M.A.S.:
Sí, colaboro con Oceana, que es la organización internacional que protege los océanos del mundo, evitando la pesca masiva de especies que están en peligro de extinción como el atún o el esquilmo que se hace cada vez que quieren pescar aleta de tiburón, como todos los delfines que se llevan por delante… El ecosistema tiene una muy fácil recuperación, pero necesita de mucha conciencia. Es muy difícil que nosotros sepamos realmente cuál es el pescado que hay que tomar en cada momento, por lo que Oceana está intentando sensibilizar a las grandes instituciones para que lleguemos al supermercado y que cada pescado tenga su etiqueta al respecto. Por ejemplo, la etiqueta azul es la que certifica que ese es el pescado más saludable para comer en el momento y, por tanto, el que más ayuda a la regeneración de un ecosistema tan frágil como el marino, que se estima que no tendrá peces comestibles para el año 2043 si continuamos así.

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