El vino de la semana

Mestres Visol 2016

Viernes, 29 de Diciembre de 2023

El último vino del año es un espumoso español, un cava que reúne en el sorbo placer, frescura, finura y complejidad, con el que se puede celebrar, claro, pero también disfrutar de una velada entera de burbujas, sea o no despidiendo este año que acaba. Raquel Pardo

Uno de los grandes logros de los espumosos es haberse escapado del consumo navideño y del brindis, o del postre, como únicas opciones para disfrutarlo. Hay que darle las gracias al champagne por ello, pero también a muchos elaboradores de otras zonas, incluyendo España, que apuestan por el espumoso como un vino más. Porque sí, para quien aún lo dude, el espumoso es un vino.

 

Aplaudiendo el hecho de que podamos tomarnos burbujas todo el año sin parecer los raritos de la mesa, o de la barra, hoy, en plenas Navidades 2023 y dos días antes de decir adiós al año, volvemos a recomendar un espumoso como vino de la semana, porque, y en esto estaréis de acuerdo, no hay como brindar, y celebrar, con una copa de buen cava, champagne, franciacorta o sekt, sentir esas burbujas excitar el paladar y dejarse llevar por las sensaciones festivas que estos vinos son capaces de avivar como ningún otro.

 

Así que el último vino del año es un espumoso, un cava que atesora la historia de una familia, Mestres, y además lleva a gala haber sido el primero al que no se le añadió licor de expedición, esto es, prescinde de ese toque final que se le añade a los espumosos al final de su elaboración y que puede contener azúcar, haciendo que resulte más amable. En 1945, a Josep Mestres se le ocurrió la idea de prescindir de este líquido y elaborar “solo vino”, y fue así como nació Visol, con esa visión publicitaria tan sencilla de hace décadas: “Si la mayoría de los cavas y champagnes no son solo vino, este tiene que reivindicar que sí lo es, y así lo voy a llamar para que no se le olvide a quien lo beba”, pensaría Mestres.

 

Esto, unido a la práctica de dejar reposando en rima los cavas durante varios años (Visol lleva al menos seis de reposo, o sea, que tarda casi siete en salir al mercado desde que se elabora) fue un atrevimiento que hoy, sin embargo, funciona como definición de espumosos de prestigio y son ya varios los productores que apuestan por largas, larguísimas crianzas que van más allá de los diez años, explorando límites cada vez mayores del envejecimiento de los vinos.

 

Visol 2016 es, por tanto, un cava brut nature (que no lleva adición de azúcar ni licor de expedición) y gran reserva, que combina un 55% de xarel·lo con 30% de macabeo y 15% de parellada, la trilogía de uvas del cava. Parte del vino base fermenta y se cría seis meses en barrica de castaño, y eso provoca que se vaya “acostumbrando” al oxígeno en microdosis, lo que lo preparará para una larga crianza. Después, pasa 72 meses en rima y tapado con corcho, lo que también sigue proporcionando una oxigenación muy medida y educando al cava para aguantar todo ese tiempo hasta su degüelle, que en este caso es manual.

 

Cuando llega a nuestras manos, es un vino que conserva mucha frescura de fruta y notas tostadas, propias de esta educación en contacto con el oxígeno y las lías de su segunda fermentación. Es fino, fresco, elegante y con un carácter jovial, pero con suficiente seriedad para sentarlo a la mesa.

 

Y es que, como comentaba el crítico del New York Times, Eric Asimov, en una entrevista de Yolanda Ortiz de Arri para Spanish Wine Lover, “en cualquier caso, el vino como acompañamiento en la mesa es algo que continuará existiendo siempre, al margen de las modas pasajeras”. Y aquí añadimos que también creemos que el espumoso como el vino de celebración también permanecerá ajeno a esos vaivenes. PVP: 23,40€.

 

Salud, y feliz año 2024.

 

 

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