Sobremesa para Sei Solo
Ciaccona, magistral homenaje líquido a Javier Zaccagnini
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En el primer aniversario de su muerte, Michael, hijo del fundador de Sei Solo, y su nuera, María Gamboa, lanzan un nuevo vino homenaje que es, también, un testimonio de su inquietud y pasión por la vitivinicultura.
Javier Zaccagnini tuvo en Sei Solo su proyecto personal que evolucionó a familiar cuando se incorporó su hijo Michael, coautor de los vinos con foco en la tempranillo y una vocación de finura y elegancia que el emprendedor nacido en El Puerto de Santa María buscaba en la Ribera del Duero. Ahora, un año después de su fallecimiento, Michael y su esposa, María, le rinden tributo en forma líquida con Ciaccona, un tinto que es, también, la cima de una atrevida y apasionante trayectoria en el mundo del vino y la enología.
Ciaccona hunde sus raíces en la cosecha de 2012, en un viñedo sexagenario de Pesquera de Duero, una zona en la que el curioso explorador de terroirs ribereños no había recalado aún. Para la elaboración, se utilizaron levaduras autóctonas que habitualmente participan en la fermentación de vinos blancos, una decisión que responde a la curiosidad de los Zaccagnini y que, en esta ocasión, resultó en un vino sorprendente y distinto a lo que Javier había elaborado hasta entonces. El vino se embotelló y la crianza siguió su curso hasta su embotellado, en 2014. Diez años después, el tinto concebido por Javier ve la luz con el nombre de una pieza magistral del compositor Johann Sebastian Bach, parte, también, de la obra Sei Solo del genio alemán que bautiza la bodega. Esta pieza era una de las favoritas de Zaccagnini y también lo es de su hijo Michael, y hoy se perpetúa como el nombre del vino más exclusivo de la bodega y la obra cumbre de Javier.
La edición de Ciaccona 2012 se limita tan solo a 100 botellas que se lanzan como un homenaje a ese centenar de recuerdos que marcaron la vida de Javier y su compromiso con el arte. Es una forma de vincular el vino y su descorche con la vida y la pasión de Zaccagnini, el hombre inquieto, culto, creativo, inteligente y esencialmente emprendedor que, habiendo nacido en El Puerto de Santa María, brilló con fuerza en el panorama vitivinícola de la Ribera del Duero hasta el último día de su vida.