El triunfo ESPAÑOL entre los vinos de Burdeos
Inauguro columna hablando de vinos de Burdeos, o lo que es lo mismo, hablando de algunos de los mejores -y más caros- vinos del mundo. Sus bodegas, conocidas como "châteaux" –“castillos”, aunque algunos de los vinos puedan estar hechos en un garaje-, gozan de reconocimiento y prestigio intergaláctico. Javier Fernández Piera
Tanto es así, que muchos de ellos se comercializan solo como inversión, lo que hace que muchos de sus precios varíen, generalmente al alza, por la especulación. Pero hay que tener en cuenta que solo en Burdeos hay casi tantas denominaciones de origen como las de toda España; es decir, que el entramado real está formado por micropymes o pequeños productores sobre los que vuelan los escasos, y extraordinarios, cru classés. Esto hace que Burdeos sea una de las regiones con más variedad de oferta del mundo en calidades y precios -y puede que sea parte de su éxito-, aunque lo que un aficionado ve, y quiere probar, suele ser el segmento superior.
Porque, reconozcámoslo, mesadmes et messieurs; en el mundo del vino, pocas regiones ostentan el prestigio y la importancia que Burdeos tiene. Con su rica historia vitivinícola, sus majestuosos viñedos y sus renombrados châteaux, esta región francesa ha sido durante siglos el epicentro de la excelencia enológica. Sin embargo, más allá de sus propias fronteras, Burdeos ha sido testigo del ascenso de otros vinos, incluidos los españoles, que han conquistado paladares y ganado un lugar en la codiciada Place de Bordeaux. Esta especie de Wall Street vinícola donde los vinos se compran en primeur, antes de estar terminados, cuando todavía se están criando, especulando sobre su revalorización.
Pues ha sido gracias a nuestra querida Master of Wine, Almudena Alberca, que hemos podido disfrutar de una presentación de los vinos españoles que han entrado en este mercado tan exclusivo. Una cata de lujo que tuvo lugar en el marco de Madrid Fusión The Wine Edition Wines From Spain el pasado mes de enero. Telmo Rodríguez, Benjamín Romeo, Francisco Hurtado de Amézaga, Víctor Urrutia, Fernando González, Marcos Yllera, Ramiro Ibáñez y Willy Pérez, presentaron sus “acciones en alza”. Respectivamente; cuatro de Rioja, Yjar de Granja de Nuestra Señora de Remelluri, Alma de Bodega Contador, Tapias de Herederos del Marqués de Riscal y Real de Asúa de CVNE; Dólio de Adega Algueira (Ribeira Sacra); Vivaltus de Yllera (Ribera del Duero); y Macharnudo San Cayetano De La Riva (Jerez). Ovación y vuelta al ruedo y con un brindis deseándoles muchas vueltas en esa plaza, donde están al nivel de los grandes vinos del mundo (Yquem, Margaux, Lafitte, Cheval Blanc, etc).
Porque un bastión de vinos franceses, como es la Place de Bordeaux, está viviendo un cambio notable en los últimos años: la entrada triunfal de vinos extranjeros. Nuestros vinos, antes considerados desmerecedores en el mundo de la alta calidad vinícola, han logrado no solo ganar aceptación, sino también un lugar destacado. ¿Cómo lo han logrado? Con una combinación de experiencia, calidad excepcional, innovación y un toque de encanto de nuestros terruños. Los vinos españoles han demostrado que tienen mucho que ofrecer, y no sólo por la similitud de algunos al estilo bordelés, sino por su personalidad propia.
Este éxito no solo es motivo de celebración para nuestros productores -a quienes les deseamos mucha salud y buenas cosechas en el futuro-, sino que también destaca un cambio más amplio en la percepción y apreciación del vino a nivel mundial. Muestra cómo la diversidad y la calidad pueden abrir nuevas puertas y desafiar las convenciones establecidas. Así, mientras brindamos por el éxito de los vinos españoles en la Plaza de la Bolsa, brindamos también por la grandeza de Burdeos, de la que hablaremos en la próxima ocasión. Mientras tanto… ¡Salud y Bordeaux, toujours Bordeaux!
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