Santiago Rivas

Todo a la vez en todas partes

Sábado, 17 de Febrero de 2024

Vengo con el nombre una de mis obras cinematográficas predilectas de los últimos años para, una vez más, poner orden y aclarar conceptos y situaciones. Santiago Rivas

Os cuento: por la inercia de mi actividad, es normal coincidir con gente del sector de todo tipo y condición a lo largo y ancho de la geografía española. Pues últimamente es muy común que, en estos encuentros, incluso en alguna que otra entrevista para un medio local, me pregunten si creo que los vinos de su región están infravalorados.

 

Que si en Málaga se están haciendo vinos muy interesantes, otros que en Navarra ya están apareciendo proyectos que merecen más foco, también que las Islas Canarias o Baleares tienen más vinos buenos además de los ya consabidos, otros que ven pocos vinos de Zamora para el nivel que están adquiriendo por no dejar de mencionar la escena tan bulliciosa y excitante que es el Levante español o la garnacha aragonesa. Así todos, intentando poner en valor sus zonas de actividad.

 

Y no, no son preguntas cara a la galería o conversaciones desde la duda o la curiosidad, qué va, me suelen interpelar desde la convicción absoluta de que sus vinos deberían estar mejor considerados y, por tanto, venderse más y mejor. Sí.

 

Pero hostia ¿Qué os habéis pensado que es esto?

 

Vamos a ver: yo entiendo que solo mirar hacía tu región genera cierto pensamiento monolítico, pero no hacer un sencillo ejercicio de comparación para ubicarse me genera desazón. Normalmente las regiones con mucho foco y prestigio tienen bastantes buenas bodegas y llevan muchos años instalados en la búsqueda de la excelencia; que tú empieces a hacerlo no va a hacer que el mundo iniciado gire la cabeza de repente.

 

Galicia, Rioja o Bierzo, por poner unos ejemplos, llevan ya tiempo haciendo las cosas muy bien.

 

Es cierto que luego hay otras latitudes, más jóvenes, que sí han sabido acaparar una cuota de atención interesante en poco tiempo, siendo quizá este fenómeno más anómalo el que está inspirando esas preguntas y existencialismos tan osados.

 

Si las garnachas de Gredos han podido ¿Por qué yo no?

 

Pues, dejando ya cuestiones de calidad y demás subjetividades, porque todos no pueden ser. Sería el primer sector que conozco en el que triunfan todos, como si se tratara de una competición infantil en la que todos se llevan su medalla.

 

Esto en el mundo de la empresa, y las bodegas lo son, no se da pero, sencillamente, porque al menos por ahora, no hay una demanda suficiente como para que todos los involucrados vendan todo, y lo venda bien, en todos lados. Son demasiados productores, y más si tenemos en cuenta que el mercado, para los bebedores interesados en descorchar con pretensiones, ya es global. Les cuesta el mismo esfuerzo comprar un Arribes del Duero que un tinto de Estiria.

 

Poco a poco.

 

Sé que no todo el mundo dispone del tiempo suficiente como para aguantar hasta que le llegue el foco, pero se tendrá que buscar la vida o replantear la situación. En vuestra mano solo está hacer buen vino, buscar todas las vías posibles para visibilizarlo y tener suerte.

 

Puede que lo hagáis todo bien y acabe saliendo todo mal, pero es más normal salir adelante desde la constancia que desde la tentativa de pelotazo.

 

Con ser bueno solo puede que no dé, porque al igual que en vuestro pueblo se están haciendo los mejores vinos de su historia, en el de al lado, y en el del hemisferio contrario, también.

 

Así es que nada, menos victimismo y conspiranoia, no me seáis calimeros y a pensar tanto en la viña, eso es lo principal, como en todo lo que rodea a una botella; eso también.

 

Mucha suerte.

 

 

 

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