Santiago Rivas

Continente y luego, contenido

Sábado, 09 de Marzo de 2024

En esta ocasión retorno a los básicos que veo que hace falta. Santiago Rivas

Como, imagino, cualquier mente inquieta interesada por los temas vínicos, cada vez que veo una serie o una peli en la que sale una botella intento averiguar que referencia es ya que, aunque con excepciones, suelen ser marcas reales cuando no es, directamente, product placement salvaje, al más puro estilo “Médico de Familiao “Los Serrano”. Se me viene a la mente aquella escena del tren en “Casino Royale” en la que chupaba más cámara un Château Angelus de 1982 que sus protagonistas Daniel Craig y Eva Green.

 

[Img #23177]El caso es que esta pulsión me ha llevado a caer en una nueva manía; es lo que tiene cuando haces cosas: que pasan otras cosas. He empezado a fijarme también en las copas de los contenidos de ficción que consumo, sobre todo, si tienen por protagonistas a gente adinerada, a supuestos amantes de vino o todo a la vez.

 

Hay una serie muy prestigiosa, llamada “Succession” (no viene al caso que a mí me esté pareciendo un bodrio) que trata de los tejemanejes de gente descomunalmente rica en la que, aún, en las dos temporadas que llevo, no ha salido una copa decente.

 

Y no me refiero a que no sean Zalto o el último grito de Riedel, no, es que son copas pequeñas, con filigranas horrendas, vamos que me planta ese recipiente mi tía Luisa y recojo los bártulos y me voy. Hasta copas de flauta estrechitas he visto. Creedme.

 

Además, que no es que la familia protagonista haga caso omiso al vino, qué va, al menos en un episodio de una boda resulta un punto relevante. Pues nada, con la excepción de que cuando van a un restaurante la copa es de cierto nivel (tampoco para tirar cohetes) el resto de cristalería es la de mi prima Paqui. Hasta cuando van de visita a otras casas de ultra magnates, el nivel se mantiene en el putapenismo.

 

No lo entiendo ¿No hay ahí un asesor vinero que ponga orden? O, peor ¿Podría darse el caso de que esto sucediera de verdad? ¿Amancio Ortega beberá en copas similares a las del ajuar de bodas de mi tío Antonio?

 

Claro, a toda la gente de pasta que conozco le gusta mucho el vino, por tanto, el menaje es siempre de nivel, pero lo mismo esto es así con los que no les interesa tanto y vas a casa de Florentino Pérez y te pone una copa con publicidad de una bodega, al más puro estilo mi vecino guionista del 4ºD.

 

Lo de la copa deficiente sí es esperable en clases socioeconómicas más normales.  Por eso cuando quedo con civiles y me piden que lleve un vinillo bueno les cae una regañina por no tener el hardware adecuado.

 

Que luego encima te presentas en una de estas casas con tu copa y te ponen de gilipollas para arriba, que ya ves tú lo que me importa con tal de tomarme ese 4 Kilos como Dios manda; pero que pasas ahí un trance, por no hablar de que luego me las suelo olvidar, lo que hace que tenga spiegelaus guapas repartidas por medio Madrid.

 

Pero claro, toda mi exigencia se pone en tela de juicio cuando uno de estos vea otra serie de ricachones y, como todo lo que sale de una pantalla es verdad, me exponga airado un “¡Pero mira donde beben esos forrados neoyorquinos!”.

 

En cualquier caso, teniendo en cuenta que, si me estáis leyendo, como mínimo, el vino os interesa y que actualmente hay packs de dos copas más que decentes por entre 20 y 30 euros, no entiendo que no se empiece por ahí antes de querer probar un Vega Sicilia.

 

Primero continente y luego contenido, sobremesers.

 

Eso sí, acabo con esperanza, porque mientras escribo estas líneas tengo de fondo el documental Esta Ambición Desmedida de C. Tangana, artista con el que, por cierto, ya he coincidido en algún restaurante de muy buen gusto; y oliéndome que este no me iba a fallar, en una escena nocturna en la que están brindando de confidencias, se aprecia, por fin, una copa buena, creo que una Gabriel Glass de las caras.

 

Así sí.

 

Una vez más Puchito marcando el camino.

 

Sin cantar ni afinar, pero con buen cristal. Tomen ustedes buena nota.

 


 

Imagen: Klara Kulikova // Unsplash

 

SOBREMESA no comparte necesariamente las opiniones vertidas o firmadas por sus colaboradores.

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.