Triste pérdida para el vino de Rioja Alavesa
Muere Fernando Remírez de Ganuza, innovador del vino en Rioja Alavesa

El bodeguero y fundador de Remírez de Ganuza ha muerto hoy en Barcelona a los 72 años. Gran conocedor del viñedo riojano, deja un legado en el que tienen cabida la innovación, la creatividad y la persecución de la excelencia. Raquel Pardo
“La nuestra fue la primera bodega de Rioja que instaló cinta de selección y la primera en tirar uva al suelo”, afirmaba Fernando Remírez de Ganuza en el monográfico 100 creadores de vino español, editado por PlanetAVino. Y esta frase recoge en parte no solo el talento del bodeguero, fallecido hoy a los 72 años, también una mentalidad innovadora que fue pasos por delante en el devenir de los vinos de Rioja. Tras acumular una amplia experiencia en el viñedo riojano realizando operaciones de compraventa de viñas, Fernando decidió construir en Samaniego (Rioja Alavesa) su propio proyecto bodeguero, al que puso su nombre, en 1989. Sin formación enológica, pero con un talante creador e intrépido, se propuso elaborar vinos que mostraran una selección minuciosa de la uva para tener que intervenir lo mínimo en la bodega. Se hizo, claro, con fincas de alta calidad y de ellas elaboró vinos de varios estilos, modernos, como Trasnocho, o más clásicos, como el Remírez de Ganuza Gran Reserva, cuya añada 2004 tuvo el máximo reconocimiento de la Guía The Wine Advocate, 100 puntos, entonces llamados “Parker”.
Remírez de Ganuza (Meano, 1951) era navarro de nacimiento y alavés de adopción, y procede de una familia dedicada a la producción y venta de embutidos, aunque su afición por los dibujos y planos le llevó a estudiar para ser delineante y, en la bodega, se encargaba de hacer los planos previos de sus obras. A finales de los 70 tomó contacto con el mundo del vino, dedicándose a permutar, comprar, arreglar, plantar y vender las viñas, y llegó a acumular más de 2500 operaciones, entre ellas, el acondicionamiento de la finca de Laguardia donde se ubica Torre de Oña, ya que también fue parte del grupo accionarial que fundó la bodega.
Su conocimiento de las viñas le impulsó a volar solo y se propuso elaborar uno de los mejores vinos de España partiendo, claro, de una selección exhaustiva de los viñedos. Esa mirada ajena a linajes vinícolas aportó a su proyecto una visión rompedora y participar en la creación de los riojas modernos, con estilos como la maceración carbónica que muestra en su Erre Punto, o los vinos de finca como Viña Coqueta, María o el recientemente lanzado Iraila, su primer tinto elaborado exclusivamente con garnacha.
Con una mente creativa que puso en juego en la bodega, Remírez innovó no solo con la mesa de selección, también ideó una prensa basada en una bolsa de PVC que se llenaba de agua para extraer el jugo y evitar la oxidación o una máquina para lavar las uvas con su propio mosto.
En 2010 se incorporó a la bodega el empresario José Ramón Urtasun, primero al 50% y en 2019, comprando su parte a Remírez de Ganuza. Urtasun, muy afectado, lo recuerda: "Nos quedamos sin la persona que empezó todo para nosotros, cuya visión fue en su dia extraordinaria y que tuvo el valor de lanzarse a producir un vino diferente de todo lo demás en su momento. Ha liderado todas y cada una de las vendimias de Remírez de Ganuza, incluida esta última, la 2023 y deja un legado tanto profesional como humano que ya es historia de Rioja y del vino”. Urtasun añade que "Fernando fue clasificado enseguida como un productor moderno por usar barrica francesa y nueva, por romper con lo establecido, pero tras esa imagen hay mucho más, como el cuidado de la viña, la elaboración con variedades riojanas y la pasión que tenía por el vino" y comenta que con él ha aprendido todo lo que sabe de vino: "No siempre hemos estado de acuerdo, pero incluso entonces, podíamos tener una conversación provechosa, porque no se han hecho en la bodega las cosas porque sí". Cree que se le recordará como un apasionado y perfeccionista, "cuya gran verdad estaba en el vino".
El consejero delegado de Vega Sicilia, Pablo Álvarez considera a Fernando Remírez de Ganuza "gran bodeguero y amigo" y "un innovador desde sus primeros pasos en este maravilloso mundo del vino, precursor de lo que hoy es la nueva imagen de parte de Rioja". Comenta que era un hombre "incansable, conocido y reconocido en toda la región y en el mundo del vino español" pero, por encima de todo, "amigo personal al que siempre aprecié y respeté. Un hombre que nos ayudó enormemente en nuestros primeros comienzos en la Rioja y con el que siempre estaremos en deuda". El empresario manifiesta desde estas líneas sus condolencias a su familia, "especialmente a su mujer y a sus hijos" y se despide con un "descansa en paz, Fernando, querido amigo".
El presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja, Fernando Ezquerro, declara que “es una muy triste pérdida de uno de los impulsores de la etapa más reciente de modernidad del Rioja, caballero y buen embajador de la excelencia de nuestros vinos”. Durante todo el día, desde las redes sociales y hasta el teléfono de José Urtasun no han cesado de llegar las muestras de cariño y admiración por el que muchos consideraron un amigo y al que muchos otros respetan por su labor y su aportación a los grandes vinos de Rioja. Remírez de Ganuza estaba casado y deja dos hijos, Cristina y Javier.