Aprendiendo a conservar el entorno
Jornada de Sostenibilidad en Bodega Numanthia: respetar la vida del viñedo

Numanthia trabaja junto a la ONG GREFA con el objetivo de promover la biodiversidad y enriquecer los suelos. Un compromiso con la sostenibilidad que la bodega plasmó en una jornada en la que desarrollamos acciones como la creación de hoteles de insectos y la plantación de árboles. Ana B. Gabaldón
Numanthia custodia un patrimonio excepcional de viñedos no injertados y centenarios. Pero no serían el origen de vinos entre los mejores de España si no los trabajasen con criterios de sostenibilidad. Para subrayar su compromiso con el medioambiente, la bodega toresana organizó en febrero una jornada a la que fuimos invitados periodistas del sector.
El lugar del encuentro, uno de sus viñedos en Valdefinjas (Zamora), donde nos aguardaba gran parte del equipo Numanthia y de la asociación conservacionista que les asesora: GREFA. También un arsenal de herramientas. Porque, además de aprender y conocer más sobre los problemas del entorno agrícola, trabajamos azada en mano, guantes y taladros, en diversas tareas orientadas a “mejorar la biodiversidad, enriquecer los suelos y luchar contra el cambio climático”, en palabras de Marine Roussel, enóloga y líder de sostenibilidad de Bodega Numanthia.
Retos del entorno agrícola
Lorena Hernández, de GREFA (siglas de Grupo de rehabilitación de la fauna autóctona y su hábitat) señaló que uno de los problemas de la comarca de Tierra de Campos es la gran simplificación del entorno agrícola. “Faltan árboles, y son muy importantes porque proporcionan refugio y comida a los animales. Existe una considerable pérdida de hábitat y las especies no encuentran refugio para reproducirse”. Así pues, pusimos nuestro granito de arena en la reforestación plantando una treintena de frutales autóctonos de 16 variedades diferentes que hace décadas crecían entre los viñedos y que Numanthia ha querido recuperar: ciruelos, perales, nogales, avellanos… Y algunas variedades exclusivas de la zona de Toro (Zamora) como el cermeño de Toro o el melocotón briñón.
Aumentar la biodiversidad botánica y faunística proporciona diversos beneficios a los cultivos. Por ello, una de las misiones de la bodega consiste en favorecer a los polinizadores. Y a esta tarea contribuimos creando hoteles para abejas silvestres. Realizamos orificios en cepas secas que servirán de nido a las abejas para depositar sus huevos. “Este viñedo es un entorno muy interesante para las abejas porque tienen alrededor bosquetes y bastante vegetación”, señaló Lorena. Para favorecer su presencia cultivamos además un buen rodal de plantas melíferas (jara, tomillo…) que les sirven de alimento y contribuyen a diversificar la flora del entorno. “Las abejas son buenos bioindicadores: si trabajásemos con pesticidas no estarían aquí”, precisó el gerente de viñedos, Alejandro Vicente.
“Desde que empezó la colaboración con GREFA en 2021, los resultados son muy positivos”, reveló la bodega. “Hemos observamos un aumento significativo de abejas y de otros polinizadores como abejorros y moscas, además de varias especies de avispas, mariquitas y crisopas depredadoras de otros insectos que pueden resultar perjudiciales para la vid. Registramos también un incremento de reptiles como lagartos ocelados, e incluso murciélagos, animales que no se habían identificado en esta zona”.
La vida de los suelos y el agua
En Numanthia saben que tienen en sus manos un tesoro: esos viñedos centenarios vivos, un legado que tantos antes han cuidado y ellos deben cuidar y legar a siguientes generaciones. La clave está en mantener vivos los suelos. Alejandro lo explicaba así: “Debemos incrementar la vida que tienen nuestros suelos y mantener las plantas vivas haciendo unas podas de respeto y solicitándoles una cantidad de uva adecuada a lo que pueden dar. Si les pides demasiado, se estresan y las acabas matando”.
También destacó la importancia de gestionar el agua ‘con mucha cabeza’ en una región donde cada vez llueve menos. Por fortuna, en esta zona el subsuelo es de areniscas petrocálcicas que actúan como esponjas del agua disponible, y la van cediendo poco a poco a las cepas según la necesitan a lo largo del periodo estival. “Ya lo descubrieron nuestros ancestros y por eso en Toro es posible tener viñedo. Por eso lo plantaron tan espaciado con cepas tan grandes, capaces de profundizar y tomar el agua del subsuelo. Aprendamos de lo que hacían bien las anteriores generaciones y apliquémoslo al conocimiento actual”.
La bodega laborea cuando es necesario para que el agua llegue a las plantas; y el resto del tiempo, mantiene toda la hierba que sea posible en el suelo. “Empleamos cubiertas vegetales sembradas y espontáneas, en todas las calles o en algunas, según las particularidades de cada parcela”. Pero matizó que son cubiertas temporales para no forzar el estrés hídrico. “Estamos en una región con un clima duro, con escasas precipitaciones y elevada evapotranspiración, a la par que gestionamos el viñedo en secano. Sacamos partido del beneficio que las cubiertas aportan a los suelos (reducción de erosión, mejora de la biodiversidad microbiana…) hasta que el estrés hídrico que provocan las cubiertas por competencia con el viñedo es elevado y contraproducente. Ese momento suele ocurrir en torno al estado fenológico de baya en tamaño guisante. A partir de entonces, desbrozamos o labramos las cubiertas para evitar este inconveniente”.
Antes de despedirnos atendemos al hecho de que nos encontramos en un viñedo con una plantación ‘keyline’, que aprovecha las curvas de nivel de tal manera que se minimiza la erosión del terreno y se mejora la infiltración del agua en el suelo. Una filosofía de trabajo comprometida con el respeto de la naturaleza. “Queremos cuidar el medioambiente para generaciones futuras”, sentenció el nuevo director de la bodega, Julio Rodríguez. Y así concluyó una jornada que sirvió para concienciarnos más sobre la importancia de la biodiversidad y la sostenibilidad. Porque la viticultura es altamente compatible con la conservación del medio ambiente. Al menos, así es en Numanthia.
Living Soils Living Together
El asesoramiento de GREFA a Numanthia se realiza a través de un acuerdo de custodia de territorio, un tipo de contrato reconocido por la ley de patrimonio natural para trabajar en favor de la biodiversidad, principalmente, en ecosistemas agrícolas. Este acuerdo se enmarca dentro del compromiso del grupo LVMH –al que pertenece la bodega- llamado Living Soils Living Together, y que plantea como objetivos mitigar el cambio climático, enriquecer los suelos, sensibilizar a sus colaboradores y empoderar a sus empleados. Desde 2019 la bodega cuenta con paneles solares, certificación ISO 14001 y certificación ecológica para su viñedo propio.