Martínez Corta lanza su nuevo Reserva y estrena imagen en sus etiquetas

La transformación de la bodega, propiedad del grupo Bornos, no solo abarca su aspecto visual, sino también su gama de vinos, buscando transmitir los valores y la historia que se esconden tras el apellido Martínez y su apodo "Corta", que alude al antiguo oficio de la familia, el de carniceros. Un legado que se remonta al siglo XIX, cuando Catalina Martínez, precursora de la saga, dejó su pueblo para abrir una carnicería en Uruñuela, en el corazón de La Rioja Alta. Con el tiempo, esta iniciativa emprendedora evolucionó hacia el cultivo de viñedos y la elaboración de vinos, convirtiéndose en una pasión y un compromiso para las generaciones venideras.

El lanzamiento de Martínez Corta Reserva, criado durante 16 meses en barricas de roble francés y seis meses más en botella, se suma a la renovación de la bodega y la luce en su nueva etiqueta donde se ve a los pequeños de la familia corta asustando a unos patos. Su vino de bandera, Martínez Corta Crianza, con doce meses de crianza en barricas francesas y americanas, remite en su etiqueta a los tiempos en los que la familia llevaba corderos a distintos puntos de La Rioja en motocicleta.

Martínez Corta cuenta con ochenta hectáreas de viñedos ubicados entre los ríos Ebro y Najerilla, aprovecha las características climáticas y un suelo calcáreo y arcilloso, junto con la orientación sur de los viñedos, para obtener uvas de calidad que den como resultado vinos con rasgos propios y complejidad.