RELAX
Puerto Antilla Grand Hotel: calma onubense, gastronomía marina y un océano de luz

Situado en primera línea de playa, casi acariciando la frontera con Portugal, este establecimiento onubense condensa todo lo que requieren unas vacaciones familiares: gastronomía, ocio calmado, rutas aledañas, desconexión y despreocupación de los progenitores... Javier Vicente Caballero
Donde las lindes suroccidentales de España se cauterizan con la hermana frontera portuguesa, el visitante encuentra playas infinitas, gastronomía marina, de brasa y de fuego, días con pausa y un mar de luz. De tal modo que Isla Antilla, en este esquinazo onubense de la península, presume de un hotel donde conjugar el descanso, la restauración, las jornadas familiares y el ocio sosegado en una simbiosis plácida con el entorno, fundiéndose con el paisaje del litoral y la donosura atlántica. Ahora que se cumplen dos décadas de su apertura y con una reciente renovación de su mobiliario y sus habitaciones, Puerto Antilla Grand Hotel Islantilla personifica todo lo bueno y plácido de la costa onubense, donde la luminosidad y una atmósfera relajada marcan el tempo como un diapasón cadencioso. Aquí tienen acomodo los mejores planes familiares, y aquí se erige un hotel que además se desdobla como sede desde donde trazar planes para visitar desde Doñana, la desembocadura litoral de Ayamonte y su Guadiana, Huelva y sus matices colombinos. Desde su imponente fachada estilo colonial andaluz saluda a sus visitantes, sobre todo madrileños, sevillanos y portugueses, que conforman una clientela fiel que se ha convertido en prescriptora. Playas infinitas de arena dorada, más de 3000 horas de sol anuales, 300 días despejados con temperaturas suaves son acicates suficientes para acercarse a la costa onubense. El paseo marítimo de Islantilla transcurre a dos pasos del hotel, invitando al paseo al atardecer.
Agua y green
En cifras, el complejo dispone de cinco piscinas, pista de pádel, y 1000 m2 de zona spa & wellness (circuito de aguas que incluye piscina climatizada, jacuzzi, sauna finlandesa, baño turco / baño de vapor, ducha de cubo, ducha nebulizada, ducha corporal, ducha aromaterapia y cromoterapia, fuente de hielo y pediluvio, y zona de masajes y fisioterapia). En el miniclub infantil, pleno de actividades a diario tanto indoor como al aire libre, los animadores se encargan de que el ocio de los más pequeños sea completo para despreocupación de los mentores. Para el descanso de todos, 400 habitaciones (84 en ático, y donde las 86 Junior Suites Sea View dan acomodo a familias sin problemas de espacio, con televisión en cada habitación), redondean la estancia en este hotel que también cuenta con siete salas de reuniones con todo lo que requiere un Congress Center (equipamiento audiovisual, wifi, cabinas de traducción...) con capacidad para 800 personas. Para los amantes del putt y el birdie, los feligreses del swing, el cercano Islantilla Campo de Golf ofrece 27 hoyos con tres recorridos diferentes para distintos niveles.
En cuanto a distancias, para los que trazan planes aledaños, la célebre localidad de Lepe se ubica a apenas 20 minutos en coche; la estación del AVE de Santa Justa, Sevilla, dista algo más de una hora, y la localidad portuguesa de Faro, en el corazón del Algarve, se encuentra a 85 km por carretera. Además, se organizan excursiones a Almonte y la Ermita de la Virgen del Rocío, Doñana y su singularidad paisajística de marismas y fauna, el Monasterio de La Rábida o la visita a uno de los pueblos más bonitos de España, Almonaster la Real, en la Sierra de Aracena.
Grill bajo las estrellas
Respecto a la oferta gastronómica del Grand Hotel Islantilla, en el restaurante Los Porches, que además cuenta con terraza al aire libre con vistas al jardín y al lago, se ofrece el desayuno, almuerzo y cena, siempre con un discurso de entorno de productos de la provincia, con tonos de cocina internacional. Plancha siempre dispuesta para platos recién hechos, pescados de la zona, pastas, carnes y ensaladas frescas... Bajo petición, platos especiales para celíacos, diabéticos, así como menús adaptados a diversas intolerancias. Junto a la piscina principal, el restaurante El Mirador de Puerto Antilla, con su grill y su cielo nocturno estrellado y sereno, despacha una amplio surtido de pescados y mariscos que han dado realce a esta hermosa porción de Andalucía. Y quizá como gozoso preámbulo, un cóctel o una manzanilla en el bar El Golf suponga el aperitivo perfecto, o el brindis por unas vacaciones tan necesarias como memorables.