Sobremesa para Alma Carraovejas
Quién es quién en el mundo del vino: Pedro Ruiz Aragoneses

El actual CEO del grupo Alma Carraovejas es la segunda generación de la bodega, hoy grupo, que fundó su padre, el reconocido restaurador segoviano José María Ruiz, compuesto por siete bodegas, una fundación, una distribuidora, una importadora de vinos y el reconocido restaurante Ambivium de Peñafiel. Redacción Sobremesa
Enumere brevemente los rasgos que definen a su bodega
Conjunto de proyectos singulares que trata de conectar territorios, personas, historia, culturas, paisajes…más allá de elaborar vinos singulares. Tratamos de interpretar cada proyecto desde el respeto a la identidad y singularidad de cada uno de ellos manteniendo una esencia común que es nuestra forma de sentir el vino tratando de comprender el ciclo histórico que lo ha traído hasta aquí, su cultura propia y el de sus gentes, respetando, recuperando y potenciando todo lo que compone su patrimonio y el de cada una de sus regiones para continuar un legado que no nos pertenece, sino que pueda trascender a las siguientes generaciones.
¿Cuál cree que ha sido la gran aportación de su generación al mundo del vino?
Creo que nos ha tocado vivir una época de vuelta al pasado. Nuestras generaciones anteriores, desde la necesidad, trataron de evolucionar técnica y tecnológicamente viniendo de un entorno más rudimentario. Los años 90 supusieron la llegada y aplicación a una escala mayor de maquinaria. Hoy tenemos el reto de equilibrar y volver a un pasado de mayor observación y respeto, habiendo conocido algunos errores cometidos en los años anteriores y el reto de elaborar con mejores condiciones y conocimientos técnicos, con mayor experiencia fruto de la evolución de las décadas anteriores y pudiendo aplicar tecnología e innovación que nos permita tener mayores datos y tomar mejores y más rápidas decisiones. Si unimos las posibilidades y recursos mayores y sabemos aunarlo con la necesaria sensibilidad, nos permitirá elaborar mejores vinos en todas las zonas, una inquietud latente por lo autóctono de cada lugar después de venir de una globalización que redujo las diferentes caracterizaciones a la imitación de los modelos más exitosos en aquellos años. Hoy, un mercado global más conectado, con mayores posibilidades, nos permite elaborar vinos diferentes que pongan en valor el origen y la historia de la identidad de cada uno de ellos. Con clientes con mayor inquietud y conocimiento que bebe menos per cápita pero que bebe mejor.
Complete la frase: el mundo del vino se tiene que poner en este 2024 a...
Tratar de aportar valor en cada una de sus regiones, potenciando la singularidad de cada una de ellas y la identidad de los diferentes vinos mirando al pasado para entender mejor qué nos ha traído hasta aquí sin dejar de mirar al futuro, conectando diferentes momentos históricos para no perder un patrimonio que forma parte de nuestra cultura, haciendo sostenible económicamente el trabajo desde el viñedo hasta el consumidor final, ofreciendo un modelo de valor añadido y desarrollo económico y social al mundo rural donde desarrollamos mayormente nuestra actividad.
Qué gran botella descorchó en una fecha que jamás olvidará
Recuerdo más las botellas que las fechas, la verdad. Afortunadamente hay fechas maravillosas que van acompañadas por vino y hay fechas, a priori no destacadas, que se hacen especiales por las botellas y los momentos vividos. Ha habido muchas. Por singularidad, la botella que me regaló mi mujer por mi último cumpleaños. Mazy-Chambertin de Rosseau después de haber compartido otra magnífica con anterioridad. La visita a Romanée-Conti y haber podido catar de sus barricas. O la última botella de Romanée Conti 2018 que hemos bebido recientemente en Diverxo o un Saint Vivant 2015 en Arzak hace años.Un Clos Vougeot de Leroy realmente sublime. La única vez que he podido degustar un Asteroide de Daguenau. O la botella de Julia que elaboramos en Emilio Rojo por la historia que tiene detrás y por su grandeza. De España un Pie Franco de Casa Castillo 2010 en la misma bodega después de un maravilloso Capellano pie franco, Espenyalluchs con Enric Soler y Mercé en su bodega o el Clos Erasmus 2021 con Daphne y Eric. O Simeta de Javi Revert. Una botella de Madeira de 1882 como uno de los vinos más increibles que haya probado. Y de Champagne, un Louis XV de Venoge 1996 que bebimos con Emilio Rojo y Julia el día que unimos nuestros proyectos. Un Overnoy 2015 recientemente en La Cigaleña o las siempre maravillosas botellas de Richard Leroy. Y muchos momentos de visitas a bodegas y compañeros en el mundo y en España, viviendo grandes momentos y con grandes botellas de vino.
Elija tres denominaciones de origen, de aquí o de fuera, para salvar de un apocalipsis filoxérico
Es difícil elegir solo tres.
Dos subregiones pequeñas más allá de las denominaciones de origen: la zona del verdejo segoviano, con el epicentro en Nieva, para dar continuidad a viñedos históricos de un patrimonio inigualable para seguir elaborando blancos de guarda únicos. Y Pomerol, para mí algunos de los más grandes tintos en finura con estructura y potencia.
Borgoña, por ser capaz de ofrecer tantas posibilidades y tan diferentes en el mismo territorio, elaborando grandes blancos y tintos.
Y por último una amplia región que creo que tiene que decir mucho en el futuro en blancos y tintos, con grandes zonas, variedades, historia…Galicia en toda su dimensión.
Cuál será la próxima tendencia, ¿dónde habrá qué posar los ojos?
Parece que Italia empieza a ocupar un lugar que de alguna manera va perdiendo Borgoña por sus altos precios y un cambio climático que tampoco le favorece. Y concretamente Piamonte.
Pero quiero creer que muy pronto ha de ser el momento de España para el mundo. Aún no lo es. Tenemos trabajo por delante, pero una riqueza increíble de viñedos y de diferentes regiones con historia que tiene mucho que decir, elaborando cada vez mejores vinos en general y con el reto de posicionarnos en lo más alto en el mundo. Y dentro de España, creo que Galicia puede ser el gran baluarte de los vinos españoles a nivel internacional si somos capaces de hacerlo mejor.
Enmarque un lugar concreto para una magnífica tarde de enoturismo
Pues creo que me iría al Piamonte en época de trufa blanca. Sinceramente creo que lo tienen todo. Paisaje, vinos maravillosos, gastronomía y servicios con alternativas para poder hacer muchas cosas.
Tres restaurantes donde maridar estupendamente sus vinos
Es difícil elegir solo tres y voy a dejar fuera Ambivium por ser parte interesada, que para mí estaría entre estos tres. Sin duda hay dos maravillosos para mí donde me siento como en casa y son inspiración.
El Celler de Can Roca, con el gran Pitu al que tanto le debemos en el mundo del vino.
Y Taberna Laredo, en Madrid, donde disfruto muchísimo y es una suerte poder contar con Miguel y su generosidad.
El tercero lo voy a dejar entre dos restaurantes que me han sorprendió mucho este año de zonas relativamente pequeñas. Sugar, en Laguardia. Y Ca Pepico en Valencia. Me encantan por su autenticidad y su original y amplia carta de vinos.
Pero sería injusto no nombrar al menos lugares y personas en los que me siento como en casa. La Tana, con Jesús, Luisa y Óscar. García de la Navarra, con Luis. A Curva, con Miguel. O Vinology con Pilar. Y todos sus equipos.
¿Qué le diría a su yo (enológico) de hace 30 años?
Pufff…tantas cosas. Que me perdone, lo primero. Por mi ignorancia. Ahora también. Me gustaría saber mucho más, de todo, de cada área, de nuestros vinos y de los demás.
Pero, por otra parte, Gracias. Creo que el hecho de no venir del mundo del vino de inicio me hizo plantearme cosas que con el rigor técnico no me lo hubiera planteado porque se dan por hecho y no es así.
Está siendo un bonito viaje, descubriendo cada día nuevas cosas. Suelos, viñas, culturas, elaboraciones, personas, regiones, inquietudes, sueños, equivocaciones. También hay un coste personal y familiar alto entre los viajes, el tiempo… siempre intento encontrar ese equilibrio tan complicado. Mi mujer y mis hijos dan sentido a lo que hago, sin ellos no lo tendría. Y también debo mucho al equipo, que construye cada día lo que es Alma. Con un agradecimiento especial a mi madre, que hace posible ese equilibrio emocional en la sombra siempre.
¿Cuál es la idea más irreverente que ha puesto en marcha en una bodega?
Creo que Alma es irreverente en sí mismo. Me encuentro mucha gente que no entiende lo que estamos haciendo. La gente piensa en el negocio, pero Alma no se mueve por el negocio ni por el dinero. En base a eso no habríamos hecho nada de lo que estamos haciendo. El negocio es siempre la consecuencia de que haya una visión clara y una pasión necesaria que haga de motor en todo. Nunca hubiera imaginado de inicio en un plan de negocio siete bodegas en 2024, más Ambivium, más la importadora SVW, más la Fundación Cultura Líquida, más otras cosas que hay, más lo que pueda venir. Todo ha nacido de la pasión y el amor por cada paisaje y cada historia que nos ha llevado a crear proyectos nuevos, siempre partiendo del viñedo, o a dar continuidad a proyectos apasionantes que debemos proteger y desarrollar.
Pero si tuviera que quedarme con la idea más irreverente creo que fue la de eliminar los conceptos de Crianza y Reserva en Pago de Carraovejas. Vinos con una demanda del doble o el triple de lo que elaboramos y fue hacer un triple salto mortal con tirabuzón que dio sentido a lo que hoy es Alma y a marcar la esencia de lo que hacemos, fijando siempre el origen en la viña y apostando por vinos singulares de mucho valor que también hagan de tracción para la región. La apuesta, vista hoy, difícilmente pudo salir mejor.