La matanza del cerdo, liturgia pecuaria en imágenes

La realidad descarnada

 

El encuentro entre la matanza y aquellos plenamente habituados a la ciudad es una colisión cultural en toda regla. Por más expuestos que estemos a la sangre a través de la asepsia de los medios, el sacrificio de un animal con fines alimentarios es algo que la mente urbanita tiende a soslayar. En la matanza los sentidos se expanden: el olor a pelo quemado, la visión de la sangre cayendo, los golpes de los cuchillos o el tacto del pellejo arrancado, el honesto sabor de una morcilla recién hecha… 

 
Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.