Antonio de Benito, retrospectiva de una sensibilidad
Uvas de mesa, con el tiempo a su favor (Sobremesa nº 316, octubre de 2012)
Un fondo blanco y un gran chorro de agua cayendo sobre unas uvas gordas y luminosas que están en un colador, un gesto cotidiano cuando se trata de uvas para consumir y comer en casa, que De Benito convierte en imagen del reportaje. La fotografía desprende frescura, vivacidad y luz, con apenas tres elementos visibles, y arroja una composición con la que es casi imposible no salivar.
Higos y brevas, sabores de tentación (Sobremesa nº 329, julio-agosto de 2013)
Un bodegón de estilo casi renacentista por la iluminación y la exuberancia del fruto, con destellos que parecen más pictóricos que fotográficos. Una verdadera oda a los higos, protagonistas de este artículo donde de exaltan sus bondades, del mismo modo que Antonio supo ver en ellos la belleza casi pictórica en este auténtico retrato vegetal.
Pichón, esa exquisitez con plumas (Sobremesa nº 327, diciembre de 2013)
Dos pichones pendientes de una cuerda, sin más adornos que una luz pictórica, que llena de dignidad a las piezas, sobre un fondo sobrio y elegante. Una imagen rotunda y dura pero cargada de belleza y respeto por el producto.
Uvas de mesa, con el tiempo a su favor (Sobremesa nº 316, octubre de 2012)
Un fondo blanco y un gran chorro de agua cayendo sobre unas uvas gordas y luminosas que están en un colador, un gesto cotidiano cuando se trata de uvas para consumir y comer en casa, que De Benito convierte en imagen del reportaje. La fotografía desprende frescura, vivacidad y luz, con apenas tres elementos visibles, y arroja una composición con la que es casi imposible no salivar.
Higos y brevas, sabores de tentación (Sobremesa nº 329, julio-agosto de 2013)
Un bodegón de estilo casi renacentista por la iluminación y la exuberancia del fruto, con destellos que parecen más pictóricos que fotográficos. Una verdadera oda a los higos, protagonistas de este artículo donde de exaltan sus bondades, del mismo modo que Antonio supo ver en ellos la belleza casi pictórica en este auténtico retrato vegetal.
Pichón, esa exquisitez con plumas (Sobremesa nº 327, diciembre de 2013)
Dos pichones pendientes de una cuerda, sin más adornos que una luz pictórica, que llena de dignidad a las piezas, sobre un fondo sobrio y elegante. Una imagen rotunda y dura pero cargada de belleza y respeto por el producto.
Opiniones
Desde más allá de las columnas de Heracles
El de esta semana es un vino que habla de fragilidad y resurgimiento, de curiosidad y de historia, a través del empeño de un productor por evitar que se olvide parte del patrimonio vitícola del Marco de Jerez.