Wineshopping

Llevo, con esto del coronavirus, un par de textos muy teóricos, psicológicos, casi filosóficos. Yo, que soy tan prosaico, tan práctico. Santiago Rivas
Se acabó, al menos por esta semana, el rollo reflexivo-motivacional de autoayuda. No soy Vicky Martín Berrocal (os recomiendo leer su inspiradora, e involuntariamente hilarante, obra “¿Qué haría Vicky?”), y esto es una revista de gastronomía.
Aclarado esto, estoy observando en redes sociales una alarmante disminución en la calidad de los vinos descorchados. Y es que a mucha gente se le está acabando el stock y me está preguntando dónde comprar y qué. Pues hoy vengo a eso: a algo tan funcional como indicaros qué comprar para haceros con un pack de emergencia para el confinamiento y no agravar esta situación más de lo deseable con vinos horrendos. No es plan.
También indico que quien tenga objeción de conciencia con lo de pedir vino online por aquello de hacer trabajar a terceros en tiempos de pandemia pues que dejen de leer y listo. No voy a entrar en ese debate, yo solo vengo a orientar globalmente una necesidad de algunos que acuden a mí con esa demanda.
Hoy va de comprar para recomponer despensas.
Y más allá de que estén funcionando a la perfección la mayoría de tiendas con parte online (Coalla, La Tintorería, Lavinia…) o las solo online (Decántalo, Vinissimus, Enjoywine, Cuatrogatos), además de los catálogos que andan rulando por Whatsapp de diferentes distribuidoras, yo, en este espacio, me centraré en el listado de Vinoselección, el cual nunca me había dado por cotillear, y veo que ha sido un (gran) error. Por ello, os voy a dar unas recomendaciones para que llegue a vuestra casa material suficiente para aguantar otro tirón de encierro.
Consecuentemente hay que hacer una distinción entre la parte del pedido que serán vinos de consumo diario -de los que habrá que pedir una caja y así aprovechar cierto descuento-, y otros ya de gama media para momentos más especiales, ya que a más de uno en los próximos días le caerán motivos “celebracionales” tales como cumpleaños, aniversarios o, simplemente, seguir vivos. También voy a incluir una categoría especial de botellas para descorchar al final de la pandemia, que algún día será, y eso exige taco gordo y, si se puede, añadas ready to drink.
Empiezo, dado mi optimismo natural, con dos tintazos espectaculares como Viña Sastre, Pesus, 2005, (325 euros) o Artadi, Viña el Pisón, 2009 (299 euros). Fuera de broma, son muy buenas ofertas.
Pero si sois más de blancos de guarda bíblica, el Chàteau Haut Brion, Blanc, 2015 (1050 euros) cumple. Y si a la salida os apetece un dulce, pues un Château d´Yquem, 2010, por 850 euros va fenomenal. Ya tenemos el vino de la wineparty final de apocalipsis cubierto.
Ahora volvamos al presente con vinos más asequibles, pero también muy espectaculares. Es hora de comprar por cajas, así es que nos vamos a la DO Valencia para trincar seis botellas del satánico Sentada sobre la Bestia, 2017 (76,80 euros el six-pack). Y ya que tenemos mediterráneo, lo completamos con atlántico y añadimos otra caja del DO Ribeiro (tinto) Finca Teira, 2018 (61,50 euros).
La parte roja la tenemos cubierta repleta de puntitos al carnet winelover.
Para la blanca, atención, que la caja de Blanco de Hornillos, 2018, de Bodegas Callejuela sale a 50,40 euros, convirtiéndose en una opción #tiesosfriendly. Pero si queréis algo más clásico de la DOCa Rioja: seis botellas de Gómez Cruzado, 2016, salen por 61,50 euros.
Con este póker de vinos asequibles y ricos, ya finalizo con aquellas etiquetas destinadas a ser holocaustizadas durante el confinamiento por motivos de celebración que nos pillen enclaustrados o por lo que nos queramos inventar, que con la que hay liada, cualquier excusa es buena.
Ahí le podéis dar al escaso Remelluri Blanco (ojo que es 2014), por 46,80 euros. Y si os hace un riberita, hay Hacienda Monasterio Tinto Reserva, 2015, por 49,95 euros. Pero si vais a por uno de mis vinos preferidos, que sea el Moncerbal, 2016, por 100 euros.
Y ya si para estas cosas lo que necesitáis son burbujas, con los básicos de Drappier (Brut Nature, 34 euros), Deutz (38,80 euros) y Bollinger (43,90 euros) lo tenéis hecho.
No digáis que no he sido útil, aunque lo he sido sobre todo para mí, que ante el aluvión que estoy recibiendo de solicitudes de recomendación de compra online, con copiar y pegar este texto lo dejo listo.
Encima, con tu primer pedido, si supera los 40 euros (umbral del que mis lectores aún se están riendo), te hacen regalitos.
Pues eso, sobremesers. Con moderación, pero beban. Es de las pocas cosas divertidas que se pueden hacer indoor y outdoor.
Y muchas de nada. Os perdono.
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