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Asturias en cuatro bocados: descubre la mejor gastronomía del Principado
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Gastronomía asturiana. Viajamos al paraíso del norte peninsular, al Principado de Asturias, para recorrer sus mejores restaurantes de la zona oriental, aquellos que interpretan con mimo el recetario ancestral mientras recorren montañas, praderas y costas para reunir en el plato los mejores manjares que ofrece Cantábrico y Picos de Europa. Teresa Álvarez. Imágenes: Arcadio Shelk
Comer en Asturias
Descubrimos en ellos su inigualable leche que se transforma en decenas de quesos distintos, su ternera ligera y suave, sus mariscos y pescados con la centolla como ilustre protagonista, sus prestigiosas y escasas angulas y, por supuesto, sus verduras locales.
Casa Marcial
En las colinas del monte Sueve, con el mar al fondo y las nieves de montaña en el horizonte sur, la familia Manzano recorre la gastronomía asturiana en un paseo emocionante lleno de retos, recuerdos, sabor e historia. Cuentan con los mejores proveedores y ellos mismos aspiran al autocultivo de vegetales que incorporar a sus platos. Entre sus proyectos, que las carnes de ternera también procedan de sus tierras. Con el cierre de El Pradal en Gijón por un problema con la concesión del local, Esther se vuelca por completo en los fogones de su casa natal conjuntamente con su hermano Nacho, logrando ese efecto de refinamiento y buen gusto que les ha llevado al éxito en todos y cada una de las empresas dentro y fuera de nuestras fronteras. Una cocina que es pura inspiración para la zona y que ilustra a la perfección el mar y montaña de este pedacito de paraíso. En el menú Nordeste, que azota estas tierras y que ellos acogen como musa, no faltan sus populares croquetas de jamón, seguramente las mejores que jamás se prueben, su cigala con su propio coral, llampares convertidos en delicia marina con crema de coliflor, láminas de vaca frisona sobre grasa de tuétano de ternera, juegos de interiores animales con yema, tuétano, ventresca, caviar y huevas de merluza en su chuletón de mar y por supuesto su pitu caleya guisado de manera tradicional. Un lujo de principio a fin.
Arbidel
Escondido en el casco histórico de la pequeña localidad marinera de Ribadesella, Jaime Uz, nacido en Oviedo en 1976, lleva años demostrando que la alta cocina puede ser asequible. Así, haciéndolo bien desde 2009 y con dos menús degustación a precios comedidos, el chef trabaja platos que no evitan materias primas como las excepcionales angulas que se recogen en el Sella. Un local pequeño y hogareño para jugar con la cocina auténtica asturiana reinventada para jugar con cierto refinamiento y apuntes técnicos novedosos. Aun así no falta una fabada al estilo riosellano (con ensalada a modo de refresque), el inolvidable meloso de centollo con callos de bacalao y papada ibérica, donde se aportan toques cítricos y picantes, sus platos con bonito (o atún si no es temporada) o de ternera asturiana -su preferida- que elabora como meloso con jugo de berza y apionabo.
Ayalga
Sin salir de Ribadesella, pero recorriendo el paseo marítimo de la hermosa y salvaje playa de Santa María. Un bravo Cantábrico ronronea mientras los caserones indianos imponentes encienden sus luces. En los jardines del palacete Villa Rosario se ubica este tesoro, como su nombre en bable recuerda (hallazgo en la playa), ideado por el sumiller Marcos Granda, que ya cuenta en su haber aciertos hosteleros en Marbella y Madrid. Pocos comensales y dos menús en los que Israel Moreno, chef curtido en fogones como los de Manuel de la Osa o Punto MX, demuestra su capacidad de absorción de la más pura tradición asturiana. Eso sí, con un toque de autor que la convierte en una experiencia diferente. Muchos platos viajan a Méjico o a Oriente con sutileza aunque sus mejillones escabechados no pueden ser más de la tierra, al igual que sus chipirones en un guiso perfecto con su propia tinta. En sala y como no podía ser de otro modo, Granda ha volcado su sabiduría, tutelando el servicio con el asturiano José Miranda, que conoce a la perfección el peculiar visitante de esta lujosa avenida junto al mar. Dominio de los vinos de la zona pero también visitas internacionales sin miedo.
El Retiro
Muy cerca de Llanes arbitra con sabiduría fogones y sala el chef Ricardo Sotres. En la sala, ambiente familiar conseguido con la continuidad aportada por la familia, con la sabia mirada de sus padres viendo con cariño los cambios aportados al negocio regentado durante décadas y la diligencia de su mujer dirigiendo el servicio. El local se abre sobre la piedra vista con una decoración intimista y contundente. Bastantes mesas sabiamente dispuestas y un reservado para tener en cuenta. En el menú, vieira sutil con ajo blanco de coco o centolla con el toque perfecto de un curry inolvidable. La estrella llega con el huevo de la casa, con apionabo y trufa. Sin duda, nadie se pierde el clásico estrella que nunca le permiten quitar de la carta, el guiso de morros y oreja asturcelta con carabinero en dos servicios, primero el guiso con toques de pimentón y chile chipotle con el cuerpo del carabinero, luego la cabeza a la parrilla. Una delicadísima mezcla donde la potencia sápida del carabinero pelea con soltura ante la contundencia de la casquería.