Efecto Mandela
Efecto que desconocía hasta hace dos días y que vine a escuchar en el divertido, y muy recomendable, podcast “Los Hermanos Podcast”. Santiago Rivas
También me parece muy recomendable traer aquí la definición del fenómeno que da Wikipedia: “El efecto Mandela, bautizado con este nombre por la pseudocientífica (jajaja) Fiona Broome, es el nombre con que se conoce popularmente el fenómeno de confabulación compartida por varias personas. Recibe el nombre del Premio Nobel de la Paz sudafricano Nelson Mandela, puesto que, cuando se anunció su muerte en 2013 varias personas afirmaron recordar que Mandela había muerto en los años 80”.
Yo, al no sorprenderme la muerte de Mandela como la de alguien que pensaba que ya había fallecido (y mira que esto me ocurre, pero justo no en este caso) desconocía que se denominaba así algo que sí sufro continuamente. Un ejemplo de efecto Mandela es que todos pensamos que en Star Wars, Darth Vader le dice a Skywalker “Luke, yo soy tu padre” resultando una frase icónica de la historia del cine que nunca se dio, ya que lo que dice es “Yo soy tu padre”. Sin lo de “Luke”.
Los tenemos futboleros como el “Rafa, no me jodas” que tampoco se dijo jamás; geográficos como la ubicación de Nueva Zelanda, más al sur de lo que pensamos; animados como los Looney Toons, que realmente son Tunes, o con chocolatinas ya que no hay espacio alguno que separe KitKat.
No hay una explicación clara del fenómeno, circunstancia que me da igual. El caso es que se manifiesta hasta en el mundo del vino.
Ahí voy con algún ejemplo:
- La Ribera del Duero solo da vinos maderizados: yo creo que es momento de derribar esta creencia ya que hay los suficientes proyectos en la DO como para que esta generalización sea particularmente injusta. Gente como Germán Blanco, Dominio de Atauta, Dominio de Es, Vega Sicilia, Pingus, Goyo García Viadero, Pago de Carraovejas, San Cobate o Hacienda Monasterio son grandes ejemplos de tintazos que no caen en este problema. Por no dejar de mencionar que la mayoría de elaboradores que sí cayeron en la praxis castoreante están en plena recogida de cable. Ahora mismo hay un gran número de referencias riberistas de gran bebilidad.
- La verdejo es una variedad asquerosa que no sirve para grandes vinos: como en el caso anterior, un asunto es que sí que cueste en la DO Rueda encontrar referencias interesantes y otro que la verdeja (que es como realmente se denomina) no ofrezca vinos de enorme clase como Barco del Corneta, Cantalapiedra Viticultores, Barón de Chirel, Esmeralda García, Menade u Ossian entre otros.
- Los vinos mediterráneos son muy alcohólicos: pues depende, hay grandes ejemplos de vinos “delgados”, sin pérdida de terroir, en Bullas (La del Terreno), Valencia (Celler del Roure, Filoxera i Cía), Priorat (aquí hay tantos que no caben en el texto) o Málaga (Cortijo los Aguilares o Viñedos Verticales). Al igual que no todo lo atlántico es fresqueo: hay elaboradores muy gallegos que le meten bien de todo, madera, alcohol y tanino. Lo atlántico no es solo una latitud que se menciona en la etiqueta, luego hay que refrendarlo con el propio vino. Pájaros.
- Un vino de viñedo singular es mejor que uno mestizo: tema muy polémico pero que puede que, literalmente, sí sea un efecto Mandela ya que nunca he escuchado formular esta idea así. Sí dar discursos con ese subtexto, eso en varias ocasiones. El caso es que no, para nada, vinos habrá malos, regulares, buenos y antológicos tanto parcelarios como no.
- Yo beberé una cabernet sauvignon española cuando un francés elabore un vino con una variedad foránea: pues ya lo hacen, y bastante, por ejemplo la garnacha no tiene origen francés y la cabernet franc tampoco (ver mi capítulo anterior dedicado a la Xenofobia Ampelográfica).
- No me pongas un Jerez que no me gusta el vino dulce: cierro con el más delirante de todos y que más se da entre la población civil, la no winelover. Por razones que desconozco, y que no consigo explicarme, el personal no iniciado se piensa que los vinos de Jerez son dulces, todos. Pero que yo he llegado al punto de ponerle una manzanilla a un ser humano, este olerlo, y ratificarse en que va a ser dulce.
Es muy alucinante.
En fin, que esto daría para un libro, pero yo ya lo dejo pensando en una segunda parte y así cobro dos veces. Ya sabéis que soy listísimo, eso sí que no responde a un efecto Mandela.
Imagen: Thomas Schaefer // Unsplash
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