Los iniciados
Me parece increíble tener que escribir este texto, pero es que de un tiempo a esta parte me estoy encontrando en situaciones confusas, propias de una comedia de Globomedia, dado que el personal está malinterpretando un término que utilizo de manera recurrente y que, de no entenderlo bien, puede llevar a comprenderme, literalmente, al revés. Santiago Rivas
Lo que me resulta inesperado es que haya que explicarlo. O he perdido la perspectiva de la realidad o no atendéis al contexto, porque por mucho que creáis que una palabra significa lo contrario de lo que pensáis, y de lo que es, el conjunto de la situación debería llevaros a asimilar de manera correcta la información que transmito.
Pues no es así.
Empiezo a pensar que parte del hater que me lanzan, el que sea (tampoco estoy muy atento a eso), es porque no están de acuerdo con algo que creen que expreso cuando estoy divulgando lo contrario.
Al tema: hoy vengo a aclarar mi uso del vocablo “iniciado”.
Yo utilizo el término “iniciado” para referirme a todos esos seres humanos que beben vino de manera intelectualizada, estos y estas que a través de su consumo quieren proyectar una imagen de sí mismos; la que sea, la que creen que tienen, la que realmente tienen o la que quieren aparentar que tienen. Beben sabiendo lo que hacen, lo que yo denomino beber de manera autoconsciente.
Básicamente es lo que antes definía como winelover, pero para que la gente no se me enrede en si es un anglicismo (Pérez-Reverte, desgraciadamente, tiene muchos imitadores) o me degrade la idea subyacente al considerarlo una palabra algo frívola, al final, por puro rodaje, he optado por sustituirla por “iniciado”. El problema es que me he topado, y no en pocas ocasiones, con personas (al menos a simple vista lo parecen) que entienden el término “iniciado” como aquel que está en una fase inicial de consumo. Y claro, el error es total. Estos mamíferos, aparentemente conscientes de su propia existencia, al confundir iniciado con principiante se me convierten en agentes del caos.
Porque claro, aquella chavalada que esté empezando en esto y piense que iniciado es primerizo, y me lea que tal vino del Jura, o este Champagne de culto o aquella gallegada tinta parcelaria es lo que bebemos los iniciados, pensará que estoy loco y ellos, a años luz de lo que se supone que deberían descorchar para irse enterando.
Insisto: es haber entendido todo al revés, y de eso la culpa es vuestra y solo vuestra.
Y es que la definición de iniciado, según la RAE (que supongo nos gusta a todos, revertianos y normales), es o bien un miembro de una sociedad secreta, o bien aquella persona que comparte el conocimiento de algo reservado a un grupo limitado
Justo esto último soy yo.
En fin, lo siento por aquellos que tenían esto claro; espero no haberles hecho perder mucho el tiempo y que según hayan visto el percal se hayan ido a algún otro reportaje de Sobremesa. A los que a partir de hoy se sientan como en el final de la película “El Sexto Sentido”, pues nada: bienvenidos.
Y luego que si Christopher Nolan explica demasiado sus pelis.
En fin, ya sin excusas, ahora sí me pueden seguir el hilo.
Imagen: Ian Schneider en Unsplash
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