Vuelve a decir que no entiendes de vino (que no pasa nada)
Hoy estáis de enhorabuena porque vengo en modo Ministro de Asuntos Wineloveristas, autoproclamado en fecha 31 de julio de 2019, para replicar un texto, por momentos desconcertante, publicado en la web de El Comidista el pasado 18 de agosto, bajo la firma de David Remartínez y con el titular “No vuelvas a decir que no entiendes de vino”. Santiago Rivas
Y es que contiene perlas que parecen pensadas para un manual de autoayuda. Cito aquí un pasaje: “no lo sabes, pero estás mintiendo: todos sabemos de vino, porque todos sabemos el vino que nos gusta y entender de vino consiste en eso: en satisfacer tu gusto. Punto pelota.”
Tantas letras para no decir nada que sirva.
Podría cerrar mi respuesta señalando que NO, que, obviamente, no todo el mundo sabe de vino y que, evidentemente, entender de vino no es lo que el autor dice que es entender de vino.
Pero si acabo ya, no creo que Sobremesa me lo vaya a aceptar y, además -qué hostias- merecéis que lo desarrolle.
Como de lo citado se sustenta el resto de sus ideas, pues, claro, todo está mal. Salvo la parte del “Punto Pelota”, que era un programa muy divertido, casi más que “El Chiringuito”. Lo que no es nada divertido es tratar al personal como si fuera idiota.
Porque, David, tu idea es pueril y egocéntrica.
No les podemos decir a los seres humanos que nos leen estas gilipolleces. Tú crees que no, pero lo mismo alguno va, te toma en serio, y suelta eso en una cena. Te pido un poco de responsabilidad.
Lector, en este caso Sobremeser, “saber de vino”, como saber de cualquier disciplina, por mucho amateurismo desde el que lo quieras ejercer, implica interés y, obviamente, formación.
Esta parte formativa tiene dos planos: el teórico (que no debería ser aburrido) y el práctico (que en temas vineros es bien divertido). Yo soy empirista escéptico, por lo tanto, le doy más a la segunda vía que a la primera, habiendo de ambas.
Con el debido tiempo y hábito se va adquiriendo un criterio, siendo importante que sea eso, tu criterio, y ya a partir de ahí podrás llegar a ciertas conclusiones, tus conclusiones.
Mientras esto no se dé, no sabes de vino. Pero ni de vino ni de nada. Punto pelota.
Porque para satisfacer tu gusto es que ni tan siquiera hace falta ser una especie animal consciente de su propia existencia.
Un tiburón blanco no parece un escualo muy foodie pero prefiere comerse una foca al casco de un barco.
Mi hijo de 2 años te juro que no sabe nada de gastronomía, pero sí sabe satisfacer su gusto a base de helados.
Yo no sé de música, pero sé si Ariana Grande me gusta o no me gusta.
Por supuesto, no sé nada de teatro nórdico, pero sé si las obras de Henrik Ibsen me gustan o no me gustan. Sé cero, pero cero, de aguas fecales, pero sé si la mierda me gusta o no me gusta.
Es que un concepto no tiene nada que ver con el otro.
Por supuesto, esta declaración que manoseas, en la vida real, viene a ser: “no sé de vino, pero sé el que me gusta y el que no me gusta”. Es cierto que la expresa mucho la gente con la que socializo al enterarse de que yo sé de vino (yo sí sé de vino, aunque aún me quede un universo por la naturaleza inabarcable de esta temática), pero no como declaración de principios, sino como disculpa.
Un “perdóname por no saber” al que, David, no hay que responderle que eso ya es saber. NO. No son imbéciles, pueden aceptar la idea de no saber y comprender el esfuerzo que implica adquirir un conocimiento. Da a la gente una oportunidad.
Yo soy de los que contesta que ni falta que hace saber si no tiene mayor afición y que beba lo que le salga de los cojones como le salga del coño. Faltaría más. Pero eso no es saber, y que si quieren beber bien les tocará echarle tiempo y dinero al tema, porque el vino es una materia muy compleja y ocultarlo desde la condescendencia es más nocivo que el peor de los esnobismos.
Que los hay, y la situación comatosa de consumo de vino en España en parte pasa por no haberlo sabido divulgar mejor, pero, desde luego, la solución no es infantilizarlo, porque no, no todo en la vida es cuestión de actitud.
Decirle a la gente que se tome por lo que no es… no es molar, es cuñadear.
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